Lo que antes era un prestigioso festival de cine como Cannes se ha convertido, además, en una de las más importantes pasarelas del mundo. Son diez días de desfile de las mayores estrellas luciendo los mejores diseñadores, con los vestidos más lujosos, las joyas más caras y los estilismos más extravagantes. Aunque el sabor de boca recuerda a la moda del Capitolio en Los juegos del hambre, ofrece una pequeña pista de por dónde irán las tendencias en el futuro.
Algo que llevamos viendo un tiempo y que se ha confirmado definitivamente en Cannes es el cambio de paradigma en lo que respecta a la moda masculina. No es la primera vez que un hombre rompe con los cánones de lo que es la ropa "apropiada" para su género, pero sin duda es el momento en el que más cambios estamos viendo.
La prueba visual más evidente fue el photocall de Extraña forma de vida, la última película de Pedro Almodóvar, presentada fuera de concurso en Cannes. Manu Ríos, José Condessa o Jason Fernández aparecieron con estilosos looks en donde la tradicional camisa blanca y americana negra no tenían lugar. En vez de eso veíamos blusas fluidas con cuellos originales y volúmenes diferentes a lo habitual. No solo eso: en el caso del intérprete de Élite, además del espectacular estilismo de Saint Laurent lucía un collar de diamantes de Cartier.
Algunos titulares aseguraban que Manu Ríos había "desafiado" a sus compañeras actrices a un reto de estilo con su apuesta. Sin embargo, la sensación debería ser más bien positiva, pensando que los hombres por fin abren la puerta a disfrutar de la moda y jugar con la ropa.
Los otros ejemplos de Cannes
Además de Manu Ríos y el resto de sus compañeros en Extraña forma de vida, otros intérpretes han presumido de ese nuevo estilo masculino. Por ejemplo, Troye Sivan, que ha formado parte de la presentación de IDOL, la nueva serie de Sam Levinson (creador de Euphoria). El joven actor y cantante ha apostado por looks de Valentino y Alexander McQueen, seleccionados por su estilista que es, casualmente, el mismo que el del actor español: Marc Forné.
"La gente viene buscando salir de la norma", nos cuenta Daniel Rodríguez, del showroom 15 segundos. "Están cansados y aburridos de la normatividad", añade. Fue de su espacio, lleno de moda, de donde salió el top de transparencias y flores que Miguel Ángel Muñoz se puso en Cannesseries para presentar la nueva UPA Next. Esta búsqueda de la novedad también ha llegado, de otra manera, a estrellas extravagantes como Jared Leto o a ídolos divertidos como Jonah Hill.
"Miguel en su vida personal es más clásico en la alfombra roja le gusta destacar", nos dice su estilista, Berta Álvarez, que considera que esta tendencia viene a quedarse. "A mí parecer ha venido dándose gracias a la energía renovada que encontramos en el sector, con gran influencia de las nuevas generaciones y de cambios sociales como romper las barreras de género. Sin olvidarnos de diseñadores consagrados como Marc Jacobs o Thom Browne, que llevan años proponiendo salir de la zona de confort", finaliza.
Cuando un personaje tiene vocación de extravagancia se le permiten más licencias. El reto es coger a un hombre que, como Miguel Ángel Muñoz, tiene una imagen seria y definida, y dar un giro en su imagen hacia prendas más atrevidas. En su caso, la apuesta por elementos típicamente femeninos como el encaje o las transparencias no ha pasado inadvertida.
Esta nueva forma de vestir se ha visto en los escenarios y ante las cámaras con más normalidad que en la alfombra roja. Por eso, podría señalarse a Harry Styles como uno de los responsables de la normalización de ciertos elementos, típicamente femeninos, en el vestuario masculino.
"Ahora hay una mayor visibilidad , gracias sobre todo a los artistas musicales", nos cuentan desde ENNEGES, una marca que reutiliza y reinterpreta ropa antigua. De esta firma han sido algunos de los looks más llamativos de Miguel Ángel Muñoz. Sobre si el desplazamiento de los trajes aburridos ha llegado para quedarse o no, responden que "las tendencias son eso, tendencias, así que nunca se sabe".
El brillo de Harry Styles
En 2019, Harry Styles se emancipó de la imagen de conquistador, romántico británico que había fraguado desde su separación de One Direction. Si en Sign of the Times le veíamos con un estilo más parecido al dandy británico, en Watermelon sugar había menos nostalgia y cielos grises y más libertad, colores y años 70.
Watermelon Sugar fue un éxito, y le siguió el álbum Fine Line, en cuya portada Harry aparecía con pantalones palazzo y camisa rosa. Había llegado el final de la prudencia y ya no había miedo de probar cosas nuevas. Desde entonces se han sucedido las lentejuelas, las chorreras, los colores estridentes, los tacones y otras muchas apuestas arriesgadas.
Sin duda, en el caso de Harry, como en el de Timothée Chalamet, hay mucho respaldo en el hecho de tener una gran maison de moda ofreciéndote los estilismos. El actor y cantante suele vestir de Gucci mientras que el protagonista de Dune acaba de fichar como imagen de Chanel. Aunque cuando dejó a todo el mundo con la boca abierta con su espalda al descubierto en Venecia iba vestido de Haider Ackermann.
Las críticas en los comentarios
Y a pesar de que las cosas estén cambiando, eso no quiere decir que todo el mundo esté de acuerdo. De hecho, revisando los comentarios de publicaciones en redes sociales como la de Miguel Ángel Muñoz se aprecia que todavía hay mucha resistencia por parte de cierto tipo de público. Una suerte de fobia interiorizada según la cual solo una vestimenta clásicamente masculina es apropiada para el hombre de verdad.
"Me encantas pero he de decir que esa camisa negra transparente no te va nada", se puede leer en una de las publicaciones. "La verdad hubiera preferido algo más sobrio. El encaje no me gusta. Menos con un rojo furioso. Eres encantador igual pero un smoking sobrio", añade otro usuario en una imagen distinta. "¿Quien te vistió? Despídelo", dice otro de sus seguidores en los comentarios de otra foto. Totalmente opuestos a los que le dejan a Harry Styles o a Manu Ríos en sus publicaciones. ¿Qué diferencia entonces a Muñoz de estos artistas? Su público.
Lo que queda preguntarse es si es una cuestión de edad, si la generación Z acepta más este tipo de estilo mientras que los millennials o la generación X, no terminan de aceptarlo. ¿Será cuestión de tiempo? ¿Está España, con una población envejecida y una cultura más enfocada al talento que al espectáculo (en comparación con países como EEUU), lista para este giro de guion?
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