Hace unos días se publicaba que Tamara Falcó ingresaría en una clínica de bienestar para perder peso antes de su boda. Algunas televisiones se hacían eco de su supuesto cambio de imagen y la colaboradora se veía obligada a desmentirlo. "Estoy en mi normopeso", decía, reivindicando además que el vestido de novia está hecho a medida, así que no necesita adelgazar para poder ponérselo.

Esta serie de titulares no solo revela cierta gordofobia y la normalización de la cultura de la dieta que aún tenemos en España, sino la presión que sufren las novias, en este caso agravada por el culto al cuerpo de nuestra sociedad.

Tamara Falcó en su cuarenta cumpleaños, en 2021. | EUROPA PRESS

Persiguiendo la belleza

"En la mayoría de realidades sociales se busca la delgadez como intento de perseguir la belleza", dice Miss Loot, tiktoker y activista body positive. "Es difícil aprender a quererse cuando nos pasamos todo el tiempo comparándonos con los demás", señala. En el caso de Tamara Falcó, algunos medios han cometido incluso la imprudencia de compararla con otros momentos de su vida.

La boda de una pareja suele ser un auténtico evento cuya organización, en muchos casos, recae sobre la novia. Como las mujeres han crecido con la idealización de este día, que será "el mejor de su vida", son también las responsables de conseguirlo. No todas las niñas sueñan con su enlace, pero sí es habitual oír este tipo de conversaciones desde una muy temprana edad.

Tamara Falcó en una de sus visitas a 'El Hormiguero'. | EUROPA PRESS

"Las mujeres más perfeccionistas sufrirán porque todo sea como imaginan, y muchas veces como lo de fuera no se puede controlar al 100%, intentarán volcar ese control sobre sí mismas y su físico", nos explica Lucía, del centro de psicología Decide.

"Nadie espera de la novia que sea ingeniosa en el brindis, ni se comenta en el cóctel que es una tía brillantísima en su trabajo. De lo que se habla es de que está guapísima, del tipazo que le hace el vestido, etc...", añade la psicóloga.

El problema principal, según Cristina Rosa, CEO y wedding planner de Imagina tu boda, es que las novias sienten que tienen que "cumplir con las expectativas". Más aún cuando se trata de grandes celebraciones, que suelen estar más marcadas por los compromisos sociales y tienen más protocolo.

Muchas mujeres han crecido con la idealización del día de su boda y son las responsables de conseguirlo. Fotograma del "capítulo de los vestidos de novia" de la serie 'Friends'. | HBO

Para la wedding planner, la presión por el aspecto físico, "por suerte", está cada vez menos presente entre sus clientas, aunque sigue habiendo algunas que "quieren ponerse en forma y ofrecer en su mejor versión". Pero reconoce que también ha visto novios con preocupación por su aspecto físico. Según Miss Loot, los hombres también se ven condicionados por los cánones que deben apreciar en las mujeres.

El negocio en torno a bodas y dietas

Esta idealización de la novia y su físico tiene que ver en parte con el modelo de negocio creado alrededor de las bodas. El estrés de la organización, las dietas e inseguridades con el cuerpo ofrecen a muchos la oportunidad de sacar tajada. "Pienso que todo lo que se hace por acomplejar a las mujeres es por monetizar sus complejos. Así como las bodas se han convertido en un negocio con el paso de los años, la exigencia física sobre la novia en ese día también lo es", considera Miss Loot.

Omar Sánchez y Anabel Pantoja durante su boda, celebrada en Canarias en 2021 | EUROPA PRESS

La otra visión es la de Cristina Rosa, que considera que en un negocio como el suyo es imprescindible tener asesoramiento emocional. "Se les envían a las novias unos correos con pautas y explicaciones de cómo pueden estar sintiéndose", cuenta la wedding planner a este periódico. El estrés y la presión resultan inevitables, a su parecer, por lo que contar con la ayuda de una psicóloga en su empresa es imperativo.

Las clínicas para adelgazar

Por eso las clínicas para adelgazar, las dietas milagro y los métodos de detox y cleansing resultan tan peligrosos, ya sea de cara a una boda o en general. Sobre todo para personas con vulnerabilidad previa: aquellas con trastornos de alimentación, pero también con "autoestima baja, altamente perfeccionistas o incluso las que tengan dificultades con las relaciones sociales", nos cuenta Miriam, socia de Lucía en el centro de psicología Decide.

"Así como las bodas se han convertido en un negocio con el paso de los años, la exigencia física sobre la novia en ese día también lo es"

'miss loot'

En Google aparecen casi 15 millones de resultados cuando buscas "clínica de adelgazar". Desde métodos rápidos e intrusivos, como un balón gástrico, hasta otros más "saludables" que se alejan de las dietas y presumen de ser holísticos, las opciones son interminables. Muchas hablan en términos más que criticados por psicólogos y activistas.

También dan soluciones para "dolencias" como la celulitis. Según la Academia Española de Dermatología y Venereología (AEVD), entre un 85 y un 98 por ciento de las mujeres la tendrán en algún momento de su vida, pero ofrecer borrarla sigue siendo lucrativo.

La boda de Hussein de Jordania con Rajwa, celebrada esta semana en Amán. | EUROPA PRESS

El dinero como motivo de estrés

En los últimos años, organizar una boda en España ha ido encareciéndose hasta situarse en torno a los 40.000 euros de media para una celebración de entre 120-130 personas. Ya no es solo la ceremonia y la mesa, ahora hablamos de cóctel de bienvenida, photocall, comida o cena, barra libre y cena o recena.

Solo hay que echar un vistazo a las influencers de bodas para descubrir que añadir toques originales y/o hechos a mano resulta casi imprescindible. También ciertos detalles en la organización de las mesas o regalos para invitados clave, ramos de novia para repartir entre varias amigas o, incluso, a la madre, abuela o tía.

El protocolo de bodas ha ido evolucionando hasta convertirse en un evento social pensado para los demás. Presionados por la cultura del influencer, parece intolerable tener una boda sin este tipo de detalles: sería un enlace pasado de moda expuesto a odiosas comparaciones.

Por eso, los expertos coinciden en que a la hora de dar el paso y pronunciar el romántico "sí, quiero", lo más importante es recordar el objetivo de la jornada. Es un momento para los novios, para celebrar su amor y el comienzo de una nueva etapa juntos. Todo lo demás es accesorio y prescindible.