El tercer episodio de Juan Carlos: la caída del rey se ha estrenado este lunes, dejando un último capítulo para terminar la emisión el próximo día 12. Dos relatos de unos 40 minutos cada uno que cuentan con los testimonios de las personalidades que más han seguido al emérito, desde Jaime Peñafiel hasta Andrew Rosenthal (del New York Times), contando por supuesto con Corinna Larsen y su exmarido Philip Adkins.
Son precisamente Corinna y Philip Adkins quienes una vez más llevan la narrativa principal del documental. Durante gran parte de la producción parecen estar de ataque en ataque, la empresaria defendiéndose y el estadounidense desacreditándola.
Un relato con tintes machistas
De hecho, Philip Adkins asegura que le "gusta pensar" que fue gracias al millón de dólares de su divorcio como Corinna "empezó". Como si de Kanye West y Taylor Swift se tratara cuando el rapero cantaba "I made that bitch famous", mientras que la cantante ya estaba ganando premios cuando él se interpuso en su camino.
Un relato con claros tintes machistas que parece poner más culpabilidad sobre la empresaria que quiso aprovecharse del rey que sobre el emérito, que era "un hombre enamorado". De hecho, una de las últimas frases que se escuchan es la de Ana Romero diciendo: "Ella tenía 39, él tenía 66, estaba al final de su vida. Y podría haber sido maravilloso, y romántico y bonito. Pero salió mal".
Juan Carlos: la caída del rey está claramente producido para un público extranjero que, a medida que van pasando los episodios, va descubriendo los secretos. De hecho, no es hasta esta segunda parte del documental cuando se van conociendo todos los delitos y conflictos legales en los que están involucrados los protagonistas.
"Nadie se salvó excepto el rey"
Si bien en los primeros episodios se presenta al rey como el gran representante de la monarquía, un hombre coqueto y ligón, en los dos siguientes la trama va por otro lugar. Se exploran los escándalos financieros en los que se ha visto involucrado en los últimos años, de los que una y otra vez ha salido indemne. "Tanta endogamia entre empresarios, banqueros y el rey... nadie se salvó excepto el rey", asegura la periodista Ana Pardo de Vera.
De hecho, Mario Conde, uno de los protagonistas de esa etapa, recuerda cómo fue su llamada con el rey cuando empezó a descubrirse la trama que le llevó a la cárcel. Juan Carlos I era una de sus mayores amistades, y según recuerda hablaban todos los días. Hasta que en una ocasión el monarca le llamó para decirle que iban a intervenir Banesto. Se hizo un silencio y el empresario respondió: "Pues no se meta en política, señor". "Yo noté una cierta distancia entre el rey y yo. Yo también sabía qué iba a ocurrir", recuerda.
Se habla con tranquilidad del amor por el dinero de Juan Carlos, que Jaime Peñafiel califica como "digno de un psiquiatra". De hecho, se deja entrever durante todo el documental que era por todos conocido que el rey se llevaba comisiones por sus gestiones. Algo que habría comenzado en el año 73 con Franco. "Le marcó la carencia económica", cuenta el conocido periodista.
Pero es Corinna quien va más allá y desvela que, según ella, habría una habitación en Zarzuela donde se guardaba el dinero. Metálico que Juan Carlos se traería en maletines de sus viajes internacionales, junto con trofeos de caza y todo tipo de regalos. Según ella, todo el mundo en la familia hacía uso de ese dinero.
Los infames 65 millones
La examiga de Juan Carlos intenta defenderse de las acusaciones y del acoso que dice haber sentido en España. Durante todo el documental insiste en que los 65 millones de euros que le "regaló" el rey fueron por amor. "Me dijo que no había ninguna condición atada al dinero", y que era una cantidad equivalente a la que su mujer, la reina Sofía, había recibido en todos los años de matrimonio. De hecho, enseña un documento firmado por ambos en el que se certifica esta donación.
Sin embargo, Philip Adkins asegura que Corinna interfirió para gestionar ese dinero y que lo hizo para asegurar "los gastos del futuro de la Casa Real española". Además, alega que "ella le prometió a él que la mitad de ese dinero siempre sería suyo". "Ese es el acuerdo que hizo ella", insiste el amigo del rey Juan Carlos, sin problema de asegurarlo ante la cámara. También Mario Conde duda de la versión de la examante del emérito: "Si me hablas de 100 euros me lo creo, pero en cuanto pase de 1.000 euros no".
Según Corinna, lo que el emérito quería (en verano de 2014) era poder acceder a ese dinero libremente. "No era consciente de lo que era legal e ilegal", alega, explicando que era inviolable y no le importaba incumplir las normas, y todo el mundo a su alrededor le defendía.
Supuestamente, tal y como explica el periodista José María Irujo, el dinero sí fue un regalo porque el rey tenía "un proyecto de vida" con Corinna. Unos planes que incluían casarse tras la abdicación, a pesar de que el divorcio con la reina Sofía resultara impensable. Precisamente a la mujer de Juan Carlos apenas se la menciona, por lo que cualquier persona ajena a la Familia Real podría incluso pensar que no ha sido un factor a tener en cuenta.
Corinna, preocupada por su seguridad
Corinna, que enseña su mansión en medio de la campiña británica y admite estar preocupada por su seguridad, explica que ya no se siente a salvo. Asegura que, tras intentar contactar con el rey Felipe para aminorar las tensiones internacionales, don Juan Carlos la llamó. Apareció en su casa de Londres con sus guardaespaldas, en lo que la empresaria y su seguridad privada formada por expertos israelíes aseguran que fue un intento de amedrentarla. Fue la última vez que se vieron y que hablaron, pero evidentemente la conversación no llegó a buen puerto.
Desde el comienzo de este caso, Corinna ha conseguido evitar las condenas de los diferentes procesos a los que se ha enfrentado. De la investigaron en Estados Unidos salió indemne. El proceso abierto en Ginebra también se cerró sin encontrar pruebas de su culpabilidad. Eso sí, no sin ensuciar la imagen de la empresaria cuando ella misma tomó la decisión de contratar a un detective privado para investigar al fiscal que trabajaba en el caso. "Es una mujer capaz de todo", alega Irujo.
El documental termina además plantando la semilla de la duda. Recuerdan que, desde que don Felipe es rey, está también protegido por la misma inviolabilidad que protegió a su padre.
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