En 2003 Penélope Cruz y Halle Berry fueron testigos de cómo Robert Downey Jr. se enamoraba en el rodaje de Gothika, una película de terror con la que intentaba recuperar su reputación. Había estado en la cárcel, sus problemas con las drogas y con el alcohol eran más que conocidos, y muy poca gente confiaba en él.
Eran otros tiempos, y el abusar de las sustancias se consideraba todavía algo natural y respetable dentro de la profesión. Así que aquel actor de 36 años, que ya había pasado por rehabilitación y todo tipo de escándalos, que se agarraba a la vida y a la fama, seguía teniendo oportunidades.
Robert Downey Jr. tocó fondo en los noventa
Cuando conoció a Susan Levin, Robert Downey Jr. ya había empezado su proceso de sobriedad. Un recorrido que no es una línea recta, tal y como tantas veces se ha contado, y en el que ya se había tropezado más veces. El actor había probado la marihuana con 6 años, de manos de su padre, con quien encontraba una conexión gracias al consumo.
Empezó a beber a diario cuando era un adolescente y en 1996 llegó a tocar fondo. Adicto a un cóctel que podría haber sido mortal de cocaína, heroína y alcohol, Robert Downey Jr. llegó a estar detenido en tres ocasiones en solo cuatro semanas. Pero no fue hasta 1999 cuando le mandaron a la cárcel, con una condena de tres años de la que finalmente cumplió menos de uno.
El pasado mes de junio Robert Downey Jr. todavía consideraba que esa condena fue excesiva a pesar de haber marcado un antes y un después en su vida. Le parece lo peor que le ha pasado nunca, y recuerda la cárcel como un lugar donde "no existen las oportunidades". Salió en el año 2000, y para 2003 ya tenía dos proyectos estrenándose. El primero era El detective cantante, de la mano de Mel Gibson, que tuvo que hacerse cargo él mismo del seguro del actor.
El segundo fue Gothika, dirigida por Mathieu Kassovitz, y con un reparto de lujo que incluía a Halle Berry y Penélope Cruz. Tenía un presupuesto de 40 millones de dólares y triplicó esa cifra en la recaudación. Pero cuando empezó el proceso, todo era mucho más sencillo: los protagonistas se reunieron con el director y la productora, Susan Levin, para una comida en Montreal.
Robert Downey Jr. era "raro" pero también interesante
Susan Levin era una productora con cierta experiencia que tenía en Gothika su primera oportunidad de crédito en solitario. En esa comida, lo primero que pensó de Robert Downey Jr. es que era un tío "interesante pero raro". "Todo el mundo pidió comida japonesa pero él nos contó que la avena era una superfood. Así que se trajo su propio paquete de avena para comérselo con diferentes hierbas y cosas. Y después empezó a hacer movimientos de yoga", recordó la mujer del actor en una entrevista con The Hollywood Reporter.
A pesar de que Susan no tenía intención de empezar a salir con el protagonista de la película, el encanto de Robert Downey Jr. fue suficiente para convencerla. En cuestión de un año estaban juntos, e hicieron su primera aparición oficial en la premiere de El detective cantante. Un mes más tarde, antes del 30 cumpleaños de la productora, el actor le pidió matrimonio. Ni siquiera se había estrenado todavía Gothika.
Todo fue rápido, y la sobriedad de Robert Downey Jr. no estaba del todo clara. Nadie confiaba en que se hubiera recuperado, así que de puertas para fuera nadie se fiaba de que esta relación fuera a durar. De hecho, ni siquiera se había finalizado el divorcio anterior del actor con Deborah Falconer, con quien el intérprete había tenido a su primer hijo, Indio Falconer Downey, en 1993.
Robert Downey Jr. justifica sus adicciones con la edad
A pesar de que había pasado de largo los 30 cuando conoció a Susan, Robert Downey Jr. considera que el motivo de su cambio de vida no fue el amor sino la madurez. Así lo comentó en una entrevista con Vanity Fair: "Para algunas personas es una cuestión de edad. Es perfectamente normal que la gente se obsesione con algo durante un periodo de tiempo y que luego lo abandone".
Fuera lo que fuera, está claro que ese 2003 fue un antes y un después en su vida. No volvió a meterse en problemas, ni se conoció de más abuso de las sustancias. Su compromiso con Susan fue largo, a petición de la propia productora, y se casaron en agosto de 2005.
Su boda tuvo lugar en Long Island (Nueva York), ante todo tipo de estrellas. Desde Sting hasta Keanu Reeves, pasando por Billy Joel, fueron testigos del "sí, quiero". Aunque no se enteraron de que los nervios de Robert Downey Jr. terminaron con una sesión de kung fu de 30 minutos o un baño con su hijo, que tenía 10 años.
Junto a Susan, Robert Downey Jr. volvió a ser padre en febrero de 2012 de un niño llamado Exton Elias, y en noviembre de 2014 llegó al mundo la niña, Avri Roel. Reconvertido en un actor de culto tras los éxitos de Sherlock Holmes y Iron Man, en 2015 y con una familia modelo, el intérprete pudo borrar su historial delictivo. Borrón y cuenta nueva que, ocho años después, sigue saliendo rentable: la prueba está en su papelón en Oppenheimer y en que sigue estando uno de los mejor pagados de Hollywood.
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