Miley Cyrus ha sido (hasta ahora) una de las últimas pop stars que sintió la necesidad de romper con su pasado Disney saltándose las normas. Después de haber vivido toda su infancia ante las cámaras, cuando se acercaba a la mayoría de edad se rebeló ante todo y todos. Fue ahí cuando descubrimos su versión más polémica y sexualizada. Se enfrentó a las críticas más duras y sobrevivió, tanto física como pública y mentalmente.

Ha vivido muchas etapas que poco a poco han alejado a Miley Cyrus de Hannah Montana. Desde la sesión de fotos con Anne Leibovitz cuando tenía 16 años; o aquel Can't Be Tamed, cuando escandalizó al público del Rock in Rio en Madrid; hasta la interpretación de Blurred Lines con Robin Thicke en los VMAs, que este año cumple una década. Para celebrar ese aniversario, la cantante que popularizó Jolene más allá de los 70 ha lanzado un tema titulado Used To Be Young (que se traduce como solía ser joven).

Disney siempre será parte de su pasado

Para acompañar a su nueva canción, ha participado también en un programa especial donde ella misma comenta algunos puntos clave de su vida y su carrera. Con ambas ideas pretende reconciliarse, y a la vez dejar atrás, aquellos momentos "salvajes", como ella misma los califica en Used To Be Young. "Hannah es para niños, Miley es para hombres adultos que llevan tacones", dice con sorna la artista, apelando a su nuevo público.

Y es que Miley cumple este año los 31 y hace mucho que dejó de ser para niños. Se ve en sus estilismos, pero también en sus letras y sus acordes. Ahora habla abiertamente de sexo, de compromiso, de infidelidad, de soledad... Tampoco es ya la veinteañera polémica que muchos todavía recuerdan.

En Used To Be Young, Miley recupera tres guiños a su pasado: uno es la camiseta de Mickey Mouse bajo su corsé rojo brillante, apelando a su tiempo como niña Disney. Otro es que la canción recuerda a The Climb, banda sonora de la película en la que conoció a su ex, Liam Hemsworth. Y por último, el formato del videoclip. Está rodado para recordar a Wrecking Ball, al mostrar a la cantante interpretando su canción ante la cámara, sin más artificio, llorando en algunos momentos y sonriendo en otros.

El crecimiento musical de Miley Cyrus

A nivel artístico Miley ya se había emancipado hace mucho tiempo de su imagen infantil. Lo hizo con Bangerz (2013), el disco en donde se incluía su éxito Wrecking Ball. Un polémico single, ya que en el vídeo la cantante aparecía desnuda sobre una bola de demolición, dando martillazos al set de rodaje y llorando ante la cámara.

Miley Cyrus en el videoclip de 'Wrecking Ball', de 2013. | YouTube

El álbum entero hablaba de ser traicionada por una pareja, pero el mensaje que perdura no es el de las canciones ocultas sino el de los singles promocionales. Así que la imagen de Miley se asoció a las drogas de las que hablaba en We Can't Stop, a los desnudos y a los estilismos más extravagantes.

De hecho, fue el mismo año de la actuación con Robin Thicke. Y en 2014 presentó los VMAs con una serie de looks que son difíciles de olvidar. Sin embargo, Bangerz fue el primero con el que consiguió una valoración positiva en Metacritic, plataforma especializada en crítica cultural.

Le siguió su apuesta más loca, Miley & her Dead Petz, un disco psicodélico que dio lugar a una gira aún más extravagante. Renegó de su pasado, criticó a Hannah Montana y a aquellos que aún la buscaban en ella, se perdió por completo a ojos de muchos fans que la seguían desde que era una niña. Y de repente llegó la calma: con Younger Now en 2017, la cantante quiso reconciliarse con el público. Hacía años que no pretendía alcanzar a las masas, pero quiso volver a poner el pie en el mainstream: estaba probando la sobriedad y volvía a estar enamorada.

Miley Cyrus interpreta 'Karen Don't Be Sad' en SNL en 2015. | YouTube

Hasta ahora sus discos mejor valorados son los dos últimos de su carrera. Plastic Hearts (2020) y Endless Summer Vacation (2023), el primero es rock ochentero, con muchas colaboraciones icónicas como la que tiene con Billy Idol o Joan Jett. El segundo es puramente pop y, sin embargo, es el que tiene la nota más alta en Metacritic, con un 79.

Su vida personal, un elemento más de su carrera

Como le pasa a tantos y tantos artistas, es imposible hablar de la carrera de Miley sin mencionar su vida personal. Tras conocer a Liam Hemsworth en el rodaje de La última canción, la cantante vivió una década de relación intermitente con el actor. En 2019, finalmente, se divorciaron cuando llevaban unos ocho meses casados.

Para cuando la noticia se hizo pública, la artista estaba ya saliendo con una mujer, por lo que buena parte de la opinión pública la vilipendió. La imagen que había cultivado (en una sociedad machista que no perdona la libertad sexual) se volvió contra ella.

@mileycyrus

Used To Be Young (Series) - PART 19

♬ Used To Be Young - Miley Cyrus

"Si no sabíais que era bisexual por esta imagen...", bromea Miley Cyrus en su especial con motivo del estreno de Used To Be Young. En la foto aparece con su compañera de reparto Emily Osment, Taylor Swift y Demi Lovato, y ella es la única que va con pantalones y sin tacones. "Creo que estamos saliendo de los Grammy para ir a Cheesecake Factory", recuerda la cantante.

Cuando estrenó Flowers a principios de este año, la narrativa que corrió por las redes sociales es que estaba llena de mensajes hacia Liam Hemsworth. Algunos fans contribuyeron a extender bulos como que el traje que llevaba era de su ex, o que la casa donde se rodó había sido donde el actor le había puesto los cuernos.

Si bien la canción tenía potencial, no hay ninguna duda de que la línea argumental terminó de vender el tema y se ha convertido en uno de sus mayores éxitos de los últimos años. Incluso aunque en Bangerz y Plastic Hearts haya referencias mucho más evidentes a su relación. "La intención era mostrar poder incluso cuando tienes el corazón roto", expresa Miley sobre el videoclip de Flowers.

Su enfrentamiento con Sinéad O'Connor

En su especial, Miley ha querido también hacer referencia a otras polémicas de su pasado, como su enfrentamiento con Sinéad O'Connor, que desgraciadamente falleció en julio. En su era de mayor sexualización, la cantante irlandesa publicó una carta abierta en la que le pedía a la joven que dejara de hacerlo. Además, insinuaba que no era una idea que la intérprete de Wrecking Ball había tenido, sino que otros hombres la controlaban para que lo hiciera.

"Esperaba que hubiera polémica, pero no que otras mujeres hablaran sobre mí con desprecio o me dieran la espalda, sobre todo mujeres que habían estado en mi posición antes que yo", comenta Miley Cyrus. Admite arrepentirse de la respuesta que tuvo en ese momento, cuando se burló de la salud mental de Sinéad O'Connor para intentar defenderse.

"Me habían juzgado durante tanto tiempo por mis decisiones, que simplemente estaba agotada. Por fin había llegado a un punto en el que tomaba mis propias decisiones, y que alguien me arrebatara eso me afectó profundamente. Dios bendiga a Sinéad O’Connor, de verdad", finaliza Miley.