Georgina Rodríguez no se pierde su cita con las alfombras rojas del mundo. Es habitual verla en Cannes luciendo diseños que abrazan sus curvas, y nunca pasa desapercibida. Por eso, su paso por la Mostra de Venecia ha dejado nuevas imágenes que se suman al archivo de lookazos de la pareja de Cristiano Ronaldo.

Esta vez, Georgina Rodríguez se ha lucido con un estilismo que recuerda a uno de los vestidos más icónicos de la historia reciente del cine. La modelo ha posado con un vestido rojo hecho para ella por Guram Gvasalia, director ejecutivo de la firma Vetements y en colaboración con Elie Saab.

Georgina Rodríguez posa con su espectacular vestido al más puro estilo 'Pretty Woman' | EUROPA PRESS

Con escote Bardot de corazón y mangas caídas, con toda la parte superior fruncida sobre un corsé armado y una amplia cola, el diseño recordaba a una versión aún más glam del famoso traje de Vivian (Julia Roberts) en Pretty Woman. El toque final lo ponían los guantes blancos, como los que lleva la protagonista de la película, y el espectacular conjunto de collares de diamantes y rubíes firmados por Pasquale Bruni.

Tampoco pasa desapercibido el detalle del lazo en el bajo vientre de Georgina. La doble apuesta de fruncido y nudo marca su cintura y potencia su cadera, además de ofrecer más personalidad al diseño.

Para el beauty look, Georgina apostó por sus básicos: los tonos tierra para unos ojos discretos pera brillantes y unos labios jugosos que, por supuesto, llevaba delineados. La influencer ha sabido sacar partido a su belleza con este maquillaje discreto y con el pelo efecto mojado. De esta manera rompía con la formalidad del vestido rojo.

El look venía con sorpresa

Pero esta inspiración del glamour clásico tenía truco. Al final venía de la mente de Guram Gvasalia, un diseñador especialmente rompedor al igual que su hermano, Demna Gvasalia (director creativo de Balenciaga). Por eso, cuando Georgina se colocaba el vestido en la alfombra roja todo el mundo se quedó con la boca abierta al ver que debajo de la tela roja no había sandalias o zapatos de salón.

Georgina llevaba unas espectaculares botas de charol de color negro. Los botines, de plataforma y taconazo, eran de media caña y con los laterales de goma, como si de unas tipo Chelsea se trataran. Un calzado que rompía por completo con la elegancia del estilismo y devolvía a la modelo la esencia urbana que suele lucir en las alfombras rojas.