El príncipe Andrés no pretende moverse del Royal Lodge, la mansión en donde ha vivido las últimas décadas con su familia y donde falleció la madre de Isabel II. No le importa que el edificio esté en obras o que su hermano, Carlos III, pretenda que se mude a Frogmore Cottage. No se quiere ir. Sin embargo, el Rey de Inglaterra considera que el duque de York no tiene "futuro a la larga" en este palacio situado en los terrenos de Windsor.

El Royal Lodge tiene problemas de humedades y está pendiente de una serie de reparaciones que van a costar más de dos millones de dólares. Por eso, Carlos III dudaba de que su hermano pudiera acceder a la cuantía económica necesaria para mantenerlo en el estado que le corresponde. Sobre todo después de perder la asignación anual y su papel institucional debido a la polémica de Jeffrey Epstein.

El príncipe Andrés en una imagen de la coronación de Carlos III
El príncipe Andrés en una imagen de la coronación de Carlos III | EUROPA PRESS

Una mansión de 30 habitaciones

Una de las primeras decisiones de Carlos III fue cortar el flujo económico a su hermano. El príncipe Andrés recibía una cantidad anual estimada de 250.000 libras, por lo que su vida tendría que haberse visto bastante afectada. Sin embargo, el duque de York asegura que aún puede hacerse cargo del Royal Lodge y sus gastos y no quiere marcharse. Ni siquiera durante las obras que ya habían empezado, todo por miedo a que no le dejaran volver.

Hasta el punto de que el Rey ha tenido que ceder y le ha permitido permanecer más tiempo hasta que pueda verificar si está en condiciones o no de permitirse semejante mansión. Cabe señalar que el Royal Lodge tiene treinta habitaciones, siete dormitorios y un salón. En sus terrenos de cuarenta hectáreas hay piscina y hasta una capilla propia.

Una imagen aérea del Royal Lodge, en Windsor
Una imagen aérea del Royal Lodge, en Windsor | Google

Varias fuentes cercanas consideran que el príncipe Andrés no está siendo "realista" sobre su situación financiera. Sin embargo, él no ha tenido problema en desembolsar unas 200.000 libras para arreglar el techo. A lo largo de los años, el "favorito" de Isabel II habría pagado "muchos millones en renovaciones", lo que supondría un problema para Carlos III si finalmente decide echarle.

A diferencia de Meghan y Harry en Frogmore Cottage, Andrés y Sarah tienen desde 2004 un contrato de arrendamiento de larga duración. Se mudaron a la mansión dos años después de que la Reina Madre falleciera allí, donde vivió los últimos años de su vida. Y desde entonces han estado cuidando la propiedad sin problema. Así que si el Rey decide echarles por la fuerza podrían incluso exigir que se les devolviera parte de ese dinero que han invertido en la propiedad.

Una ilustración del Royal Lodge
Una ilustración del Royal Lodge | William Daniell/ Royal Collection Trust

La nueva vida del príncipe Andrés ¿incluye una segunda oportunidad?

El príncipe Andrés era el favorito de Isabel II, aunque la Reina no tuvo más remedio que apartarlo tras el escándalo de Epstein. Cuando Carlos III ascendió al trono se dijo que su hermano menor sería definitivamente desplazado en un intento del nuevo monarca de reducir al mínimo la monarquía. Y aunque es verdad que no tiene un papel oficial, se le ha visto junto a la familia en varias ocasiones.

El príncipe Andrés a su llegada a Westminster para la coronación de Carlos III
El príncipe Andrés a su llegada a Westminster para la coronación de Carlos III | EUROPA PRESS

Por el momento, parece que el duque de York ha ganado la batalla a su hermano Carlos III, ¿pero es este el final de la guerra? Aunque la relación con el Rey parecía incómoda en los últimos años, ha trascendido que este verano han tenido una reunión privada en Balmoral. Además, a nivel legal el príncipe Andrés está cubierto, ya que llegó a un acuerdo con la chica que le acusó y no hay cargos contra él.

Sin embargo, a principios de año parecía que el príncipe Andrés tenía intención de contratacar a Virginia Giuffre, la víctima de Epstein que le había denunciado. Ella había retirado una demanda contra otro hombre por considerar que se había equivocado al acusarle, por eso el duque de York pretendía exigir a la mujer que se retractara públicamente también en su caso.