La intérprete de Apartamento para tres, Suzanne Somers, ha dicho adiós a los 76 años. Según ha contado su publicista en nombre de su familia, la actriz falleció en paz en su casa en la mañana del 15 de octubre, después de haber sobrevivido una forma agresiva de cáncer de pecho durante 23 años. Se fue rodeada de los suyos, con el cariño de su marido Alan, su hijo Bruce y otros seres queridos.

Falleció un día antes de cumplir los 77 años. "En vez de celebrar su cumpleaños celebraremos una vida extraordinaria", añade el comunicado, que agradece también a sus fans y seguidores todo su cariño. La familia se despedirá de Suzanne esta semana en privado y planeará una despedida pública para el mes de noviembre.

"Era una guerrera feroz que no solo luchó por su salud sino también para que todo el mundo defendiera sus propios intereses", ha asegurado su hijo Bruce en Instagram.

En julio, Suzanne Somers desveló en Instagram que el cáncer que tuvo en el año 2000 había vuelto, pero que estaba tranquila. "No es nuevo territorio para mí. Sé cómo ponerme la ropa de combate y soy una luchadora", aseguraba.

Despedida por pedir igualdad salarial

Una imagen promocional de 'Apartamento para tres'

A finales de los 70, Suzanne Somers se convirtió en todo un icono por su papel de Chrissy Snow en Apartamento para tres. Ella ya había tenido relativo éxito con alguna producción, pero consiguió meterse en los hogares estadounidenses y de medio mundo con esta comedia de situación. Cien episodios sobre las desventuras de dos mujeres (Somers y Joyce DeWitt) que compartían apartamento con un hombre (John Ritter) y que llegó a ganarse un premio Emmy.

A pesar de ser un reparto de tres la más querida por el público era Suzanne. Cuando, en la quinta temporada, decidió pedir un aumento de sueldo para equiparar el sueldo que recibía al de su compañero John Ritter, fue despedida.

Los años siguientes fueron difíciles para ella, llegó a protagonizar La mujer del sheriff durante dos años, pero las críticas eran pésimas. No terminaba de encontrar el proyecto que le funcionara.

Fue en los años 80 y 90 cuando Suzanne Somers encontró el otro programa que le cambiaría la vida: hablamos de la teletienda. La actriz empezó a anunciar ThighMaster, un aparato que prometía tonificar cada parte de tu cuerpo, y en los vídeos incluía demostraciones con modelos de diferentes tipos de ejercicios. Años más tarde desveló que ganó unos 300 millones de dólares gracias a este producto.

Poco después, sin embargo, consiguió volver a hacerse un hueco en televisión con Paso a paso. Entre 1991 y 1998 dio vida a Carol Foster Lambert, volviendo a hacer lo que ya había conseguido unos años antes: encontrar el ritmo de una comedia que sin ella no brillaba tanto.

Drew Barrymore calificó a Suzanne Somers el pasado año, durante una entrevista con ella en su show, como un "tesoro nacional" para Estados Unidos. Fue una de las primeras que puso de moda el ejercicio en casa, las herramientas para un "cuerpo perfecto". Toda una pionera del wellness, no lo tuvo fácil pero consiguió siempre recuperarse de los golpes de la vida.

Una infancia difícil y un amor de toda la vida

Suzanne también encontró el éxito como escritora. Llegó a publicar 27 libros, en algunos de los cuales hablaba sobre su dura infancia con un padre alcohólico que, con frecuencia, la insultaba. "Cuando vives con violencia o adicción o alcoholismo de cualquier tipo aprendes a gestionarlo de una u otra manera: o te hundes sin poder aguantarlo o te metes en el modo crisis. Cuando entras en esta fase te tranquilizas mucho, analizas la situación e intentas rebajarla", explicaba la intérprete sobre cómo creció bajo estas circunstancias.

Susanne Somers y su familia en una foto publicada por su nuera, Caroline | @carolinesomers

Sin embargo, la vida le sonrió cuando encontró al amor de su vida, Alan Hamel, presentador canadiense. Se conocieron en 1968, el mismo año en el que Suzane se divorció de Bruce Somers, con quien había tenido a un hijo a quien llamaron Bruce. En 1977 se casaron, y han pasado juntos los 46 años siguientes.

Según ha desvelado el publicista de la actriz, un día antes de su cumpleaños Alan Hamel le regaló un poema escrito a mano a Suzanne. Un romántico texto que leyó antes de irse a dormir el día previo a su fallecimiento: "El amor lo uso cada día, a veces varias veces al día, lo uso al final de emails para mi querida familia. También en emails a amigos cercanos. Lo uso cuando me voy de casa", comienza. "Pero no hay versión de la palabra que sea aplicable a Suzanne", añade.

"55 años juntos, 46 casados y ni siquiera una hora separados durante 42 de esos años. No es suficiente. Irnos a dormir a las seis y darnos la mano mientras dormimos no es suficiente. Mirar tu preciosa cara mientras duermes no es suficiente. Vuelvo a cómo me siento: no hay palabras, acciones, promeses o declaraciones", insiste. "Por eso lo llamaré 'nosotros', únicos, mágicos, indescriptiblemente maravillosos, 'nosotros'".

Nunca dejó de trabajar

Algo que enorgullecía a Suzanne Somers y a toda su familia es que nunca dejó de luchar, tampoco de trabajar. Su visión como emprendedora seguía trabajando e incluso en estos últimos meses de su trayectoria seguía promocionando diferentes productos.

En su programa Suzanne Somers Breaking Through, un talk show online estrenado en 2012, consiguió reconciliarse con su compañera de reparto en Apartamento para tres, Joyce DeWitt. Las dos mujeres llevaban 31 años sin verse ni hablarse. Precisamente, la actriz consiguió que su programa se convirtiera en todo un éxito por su cercanía, simpatía y por su diverso rango de temas de lo más atractivos para su público. Por eso se llevó su propio premio Emmy.