Aunque influencer es una palabra relativamente reciente, hace siglos que existen personas influyentes que, sencillamente con su carisma, consiguen influir en las masas. Según la nueva exposición del Palacio de Liria, llamada La moda en la Casa de Alba, la primera influyente por excelencia es la emperatriz Eugenia. Eugenia de Montijo, esposa de Napoleón III, es quien comienza el relato de más de 100 piezas sobre la conexión entre la moda y la Casa de Alba.
Un relato marcado por los matrimonios de moda, tal y como cuenta Lorenzo Caprile, que es comisario de la exposición junto a Eloy Martínez de la Pera. El diseñador asegura que esos acuerdos de colaboración son ahora "a golpe de talonario", pero que en ese momento se producían de manera natural. Alega que eran una muestra de confianza y complicidad, y que todos los duques y duquesas de Alba han tenido una unión así con algún modista.
Matrimonios de moda que marcaron la historia
En el caso de Eugenia de Montijo, la condesa de Teba se "casó" con Frederick Worth, y juntos convirtieron la moda en lo que es ahora. Fue este diseñador quien empezó a poner su firma en sus obras, como hacían pintores o escultores, y como llevan ahora todas las prendas que lucimos. Para Caprile, la conexión entre la emperatriz de Francia y el modista francés equivale a las de Audrey Hepburn con Givenchy, Naty Abascal con Óscar de la Renta o Catherine Deneuve con Yves Saint Laurent.
"Coincidió con un momento muy particular de la industria textil. Es cuando se estaban fabricando y patentando los primeros tintes sintéticos", explica Caprile. Eugenia de Montijo era amante de la moda, pero también conocía el poder político de su vestimenta. Por eso, y como ejemplo, encargó más de cien trajes para lucir en su viaje al Canal de Suez con motivo de su inauguración.
Uno de ellos teñido con uno de esos tintes sintéticos que Frederick Worth llamó "Verde Nilo" en honor al viaje al Canal de Suez. Algunas de esas prendas tan cuidadosamente lucidas y después conservadas han viajado ahora a Madrid, saliendo por primera vez de Francia para esta exposición. Son cinco piezas, una de ellas es el corsé que luce en el retrato que le hizo Federico de Madrazo en el Palacio de Dueñas de Sevilla.
Otra pieza expuesta es su velo de novia, que nunca había sido expuesta hasta ahora ya que pertenece a una colección privada. Y por supuesto, a estas prendas inigualables les acompañan cuadros y esculturas que ayudan a entender su importancia. Por ejemplo, a través de los cuadros de Sorolla se aprecia también el amor por el detalle de las prendas, algo que se nota también en los de Madrazo.
La exposición está en las antiguas oficinas del duque de Alba. Y la presentación ha sido bajo la atenta mirada de Carlos Fitz-James Stuart, el actual jefe de la Casa Ducal, que acudió a la presentación para dar su sello de aprobación pública al proyecto.
Una exposición de conexiones
Algo que ha guiado a los comisarios de la exposición ha sido el interés por las conexiones. Es decir, Eloy Martínez de la Pera y Lorenzo Caprile han querido trazar una línea desde Eugenia de Montijo hasta Sofía Palazuelo, la futura duquesa de Alba, o Tana Rivera (hija de Eugenia Martínez de Irujo). Pasando por supuesto por Cayetana Fitz-James Stuart y, aunque no perteneciera a la Casa Ducal, por Victoria Eugenia de Battenberg, reina de España y mujer de Alfonso XIII.
La conexión con Victoria Eugenia viene por tres vertientes: la primera es que tanto Eugenia de Montijo como la reina Ena fueron mujeres fuertes. Capaces, independientes y muy relevantes para la historia española. Que además hicieron lo que pudieron para completar la tarea que pesaba sobre sus hombros. Además, fueron mujeres muy populares por su belleza y su estilo, también muy recordadas gracias a que las prendas y joyas que lucieron se han conservado en perfecto estado.
La segunda conexión es que Eugenia de Montijo fue madrina de bautismo de Victoria Eugenia y, a su vez, Victoria Eugenia fue madrina de Cayetana. Tres mujeres que ofrecieron su protección, aunque fuera simbólica y no práctica, a su "sucesora".
La tercera es que tanto Eugenia de Montijo como Victoria Eugenia eran grandes amantes de montar a caballo. Por eso hay varios trajes expuestos, uno de ellos el de amazona de la reina Ena, que nunca había visto la luz. Fue Lorenzo Caprile quien consiguió que Patrimonio Nacional cediera este estilismo para la exposición, después de mucho esfuerzo y en tiempo récord.
Cayetana nunca fue fashionista
La exposición llega a Cayetana, la duquesa de Alba que todo el mundo tiene en mente al oír el título. Su caso fue diferente, ella tenía un estilo relajado, ibicenco, casi hippie, le gustaban los zapatos planos, los colores claros y los tejidos fluidos. Una inspiración que su única hija Eugenia Martínez de Irujo continúa teniendo en cuenta.
Y a pesar de esta visión, la duquesa Cayetana ha marcado la conexión de la moda con la Casa de Alba. Por ejemplo, cuando ejerció de anfitriona en el histórico desfile que la firma Christian Dior realiza en el Palacio de Liria. Fue en 1959 a beneficio de las Escuelas Salesianas, y era la primera vez que la maison desfilaba fuera de París.
Vino a España gracias a Cayetana y un jovencísimo Yves Saint Laurent que acababa de empezar como director creativo de la renovada casa de modas. Hubo más de 2.000 invitados y algunos de los diseños pasaron por las salas donde transcurre la exposición.
Cayetana vivía la moda "de una manera tranquila, porque aunque apreciaba la belleza que se escondía detrás de la alta costura, nunca fue fashionista". Según explica el comisario Eloy Martínez de la Pera, podría haber escogido cualquier diseñador para su primer vestido de novia. Era una de las mujeres más populares y más buscadas, cualquiera habría querido tener el honor. Y sin embargo, escogió a Flora Villareal.
"También quiero reivindicar desde aquí la figura de Flora Villarreal, oscurecida por esa gran sombra de Balenciaga que, con permiso de Eloy, es muy alargada. Pero ella fue una de las grandes, grandes, grandes de los años 40", explica Caprile. La influencia de Flora en Cayetana era tal que, cuando su taller cerró y lo absorbió otra firma siguió acudiendo y confiando en las costureras con las que siempre había tratado.
Ahora, sus herederas de estilo son su hija Eugenia y su nieta Tana Rivera. De la primera está el vestido de novia y de la segunda, la chaquetilla que le hizo Caprile para la Goyesca de 2020. Por último, Sofía Palazuelo, la actual duquesa de Huéscar y futura duquesa de Alba.
La exposición podrá verse del 19 de octubre al 31 de marzo. Y especialmente para ella, la Fundación Casa de Alba ha producido un catálogo que reúne textos de Eloy Martínez de la Pera y Lorenzo Caprile. Junto a ellos, once especialistas, dando como resultado la primera publicación de referencia sobre la moda en la Casa de Alba.
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