Hace algo más de un año que Victoria Federica ha reconducido su carrera como influencer. Sobre su paso por la universidad no se habla desde hace meses, ya que no terminó sus estudios ni se ha llegado a graduar como tampoco hizo su hermano. Pasó de ser una chica privada y seria que iba a clase en patinete a sumarse a la rueda de eventos, photocalls y fiestas de las creadoras de contenido. Este sábado ha sido una de las más esperadas en la boda de José Luis Martínez-Almeida, ya que es amiga desde la infancia de la novia, Teresa Urquijo.

Su llegada ha sido acompañada de su madre, la infanta Elena, y su hermano Froilán. Cuando sonaban las campanadas de las 12 del mediodía, la hora a la que, en teoría, empezaba la boda, se bajaban de un coche en la puerta de la iglesia. Unos quince minutos antes habían llegado (por separado pero seguidos) la infanta Cristina, acompañada de su hijo Juan, y el rey Juan Carlos.

La infanta Elena llega junto a Victoria Federica y Felipe. | La infanta Elena llega junto a Victoria Federica y Felipe.

Con un traje de estampado geométrico, manga larga, nido de abaja a cintura y raja hasta media pierna, la joven de 23 años demostraba una vez más su estilo. Se trata de un diseño de Himba, la firma de la influencer María García de Jaime, que es además una gran amiga de la nieta del emérito. Una elección que conecta este evento familiar con su profesión, su modo de vida.

Ha sido su manera de vestir, elegante y a la vez moderna, uno de los factores que han propiciado su cambio de papel dentro y fuera de la Familia Real. Entraba en la iglesia cogida del brazo de su hermano y sin hacer caso ni a la prensa ni al público. Froilán, a pesar de haber sido el más mediático (para mal) durante sus años de adolescencia, ahora pasa desapercibido en Abu Dabi.

Ascenso meteórico

En octubre de 2021, Victoria Federica dio un paso al frente y decidió hacer público su Instagram, que hasta entonces había estado cerrado. Desde entonces ha ido, poco a poco, dando forma a su nuevo papel como influencer. En un primer momento, compartía su relación con Jorge Bárcenas, un DJ al que había conocido en el Starlite de Marbella, y algunos pocos detalles más de su vida.

Victoria Federica de Marichalar a su llegada a la iglesia de San Francisco de Borja, donde se ha celebrado la boda de José Luis Martínez-Almeida. | José Oliva / Europa Press

Pero poco a poco fue soltándose. Cogiéndole gusto a los fotógrafos que toda la vida ha tenido que aguantar como persona pública. A partir de 2022, su ascenso como influencer fue meteórico. Desde entonces ha protagonizado campañas de moda, ha estado en desfiles en París, ha acudido a fiestas y ha prestado su imagen para marcas. Pero el mayor volantazo fue cuando, a principios de este año, se anunció que formaría parte de un programa de televisión.

Según aseguró el periodista Nacho Gay, para participar en este espacio presentado por Roberto Leal Victoria Federica puso dos condiciones. La primera fue no hablar de su familia, ni siquiera aunque la actualidad lo reclame. Y la segunda habría sido poder escoger la ropa que se pondrá durante el desarrollo del concurso: "No se ve con transparencias ni ropa ajustada para hacer las pruebas".

Salir en televisión, un volantazo a la vida pública

Victoria Federica de Marichalar saluda a José Luis Martínez-Almeida a su llegada a la Iglesia para presenciar su boda. | José Oliva / Europa Press

Sin embargo, que dé el paso de salir en televisión marca, sin duda, un antes y un después. Hay precedentes de influencers, como María Pombo o Laura Escanes, en el mismo programa. Pero Victoria Federica tiene que mantener el delicado equilibrio que supone ser parte de la familia del Rey y, a la vez, una figura en las redes sociales. Es esa conexión con los Borbón lo que la ha situado en donde ahora está, por lo que no puede hacerla peligrar.

En cambio, con cada nueva información que se publica sobre ella la atención que genera es cada vez mayor. Se ha visto, por ejemplo, el interés por encontrarle una pareja después de su ruptura con el DJ. Recientemente se ha hablado de varios jóvenes pretendientes, pero las cámaras siempre están tras ella, haya o no rumores de relación.

En dos años su cuenta de Instagram ha pasado de unos 150.000 seguidores a más de 270.000, incluso a pesar de apenas comparte cosas de su día a día. Una muestra de que no son solo los medios de comunicación quienes están interesados en ella.