Algunos artistas, como Justin Bieber o Miley Cyrus, hacen su paso a la adultez a través de su música o sus espectáculos. Sienten la necesidad de romper con la imagen infantilizada a través de la sexualización de sus letras o sus bailes. También le ha pasado, en España, a Aitana. Otras, como Billie Eilish, juegan con otras normas. La artista nunca ha seguido las reglas estéticas que sí han tenido en cuenta otras estrellas del pop.
Cuando Billie Eilish se hizo famosa con Ocean Eyes en 2016 tenía solo quince años. Pocos se fijaron, puesto que su imagen y su música no tenía la misma carga adolescente de otros compañeros de profesión. Pelo negro con raíces verdes, rostro con muy poco maquillaje, ropa ancha y poco interés por las tendencias mainstream. Era rompedor ser diferente.
Su cambio de imagen
Cuando llegó Happier Than Ever en 2021, el año en el que la cantante cumplía veinte, se produjo un cambio de estética muy comentada. Esta incluía pelo rubio, colores pálidos y corsés con vestidos femeninos o ropa interior visible en vez de sudaderas anchas. Una imagen que chocó a sus fans, ¿por qué se mostraba tradicionalmente sexy si se había hecho famosa luciendo un estilo totalmente diferente?
En une entrevista de 2020 con Dazed aseguró que llevaba ropa ancha porque tenía inseguridades con su cuerpo y porque sentía que no podía ganar ante las críticas del público. Por eso, cuando empezaron las críticas por su cambio de imagen, Billie admitió lo mucho que le dolió. "De repente soy una hipócrita porque no puedo enseñar piel, soy fácil, una puta. Si lo soy, estoy orgullosa. Todas las chicas y yo somos putas y a la mierda, ¿sabes?", decía en la versión británica de Vogue.
Lo mismo ocurrió cuando, en una entrevista con Variety, contó que le gustaban las mujeres. Una "salida del armario" que ella misma cuestionó a posteriori, diciendo que pensaba que todo el mundo lo sabía. Al parecer, en su próximo disco, Hit Me Hard and Soft, que se publica el 17 de mayo, seguirá explorando esta parte sensual de Billie Eilish.
Billie Eilish y el sexo
En su última entrevista con Rolling Stone, Billie EIlish ha querido dejar una cosa clara: le encanta hablar de sexo. Que no haya sido un tema habitual hasta ahora en sus conversaciones con los medios ha sido meramente circunstancial. En su álbum explora la atracción sexual, la compara con algo tan placentero como comer, y por supuesto habla de tener relaciones con mujeres.
Como ella misma dijo, pensaba que todo el mundo sabía que le gustaban las mujeres así que no hay que dar más explicaciones. Al igual que Rosalía y Hunter Schaffer, ya no se exige que los personajes públicos etiqueten sus preferencias sexuales para entenderlas. Mientras tanto, otros artistas como Harry Styles siguen siendo el objeto de rumores sin ningún tipo de aclaración para sus fans.
"Hablo sobre sexo siempre que puedo. Es mi tema favorito, literalmente. Mi experiencia como mujer ha sido que se ve de una manera muy rara. La gente está muy incómoda hablando de ello y les parece raro que las mujeres estén muy cómodas con su sexualidad y hablen de ella", expresa en la mencionada entrevista.
Piensa lo mismo de la masturbación, que considera un tabú especialmente para las mujeres, aunque a ella le ha hecho sentirse más segura de sí misma. "La gente debería estar tocándose, tío. No puedo repetirlo más, y eso que he tenido problemas serios con mi cuerpo y dismorfia toda mi vida", insiste. E incluso, desvela uno de sus placeres ocultos. "
Me gusta masturbarme ante el espejo, en parte porque es sexy y también porque me hace tener una conexión cruda y profunda conmigo misma y mi cuerpo. Y tengo un amor por mi cuerpo que no había tenido nunca", admite.
El sexo como herramienta de amor propio
Billie Eilish confiesa que para ella masturbarse en el espejo es una oportunidad para aprender a quererse. "Puedes modificar la situación para estar segura de que tienes buen aspecto. La luz suave, un outfit específico o una posición concreta que es favorecedora", comenta. "Mirarme y verme a mí misma sentir placer me ha ayudado a quererme y aceptarme, me siento empoderada y cómoda", añade.
Es evidente que el sexo es uno de los temas principales del álbum. Al menos en lo que respecta a Lunch, el segundo tema del disco y del que parece que se va a hablar mucho. "Esa canción me ayudó a convertirme en quién soy, a ser real", admite.
"Escribí parte antes de hacer nada con ninguna chica y el resto después. He estado enamorada de chicas toda mi vida pero no entendía, hasta el pasado año, que quería mi cara en una vagina. Nunca planeé hablar de mi sexualidad, nunca en un millón de años. Es muy frustrante que se hablara de ello", confiesa.
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