Es la estrella del momento. Lamine Yamal, que este sábado ha cumplido los 17 años, está en boca de todos. Los expertos en deporte auguran una larga y prolífica carrera a este joven talento que marcó el gol del empate en la semifinal ante Francia y franqueó la clasificación para la final del combinado español. El público dentro y fuera de nuestro país está totalmente entregado al talento y el carisma de este desenvuelto adolescente, y las marcas ya se frotan las manos al pensar en el inmenso público que arrastra antes de alcanzar la mayoría de edad.

"Yo de fútbol no tengo ni idea pero marcó un golazo contra Francia. Es el mejor de la Eurocopa y todavía está en 4º de la ESO", dice R. L., de 17 años, demostrando que el efecto Lamine Yamal va más allá del fútbol. Este joven nació el mismo año que el futbolista y se siente inmensamente alejado de él. Pero tienen muchas más cosas en común de las que creen. La primera de ellas es que tienen toda la vida por delante.

Lamine Yamal abraza a Mikel Merino en el partido contra Alemania. | Europa Press

Las comparaciones parecen inevitables para él después de que Yamal rompiera récords y se convirtiera en el jugador más joven en marcar en una Eurocopa. El futbolista ha reinventado lo que es el éxito y ha roto con muchos prejuicios hacia los más jóvenes. La suya es una historia entre un millón, el cuento fantástico de un joven extraordinario que ha puesto en pie a todo un país.

Muy unido a su familia

Lamine Yamal nació el 13 de julio de 2007 en Esplugues de Llobregat, en el seno de una familia multicultural en la que su abuela Fátima ha sido uno de sus pilares. Fue ella quien, hace 30 años, se trasladó de Tánger a Madrid para que su familia tuviera una mejor oportunidad y ha sido el gran apoyo del futbolista después de la separación de sus padres.

Tras pasar unos años viviendo en Madrid, Fátima se estableció en Mataró (Barcelona), donde se criaron sus cuatro hijos. Entre ellos estaba Mounir Nasraoui, que conoció a Sheila Ebana (de Guinea Ecuatorial) en esta misma localidad catalana.

De esta unión nació Lamine, que pronto empezó a destacar en La Masia, la cantera del F.C. Barcelona. Pero pese a su éxito precoz, el delantero nunca ha olvidado sus orígenes: su foto oficial para la Eurocopa es haciendo un gesto con las manos que representa el código postal de Mataró. Ese 08304 le acompaña después de cada gol (lo hizo al marcar contra Francia). Además de la bandera española que luce en la equipación, en las zapatillas lleva las de Marruecos y Guinea Ecuatorial. Una muestra de que no olvida sus orígenes ni cómo el destino y el trabajo le han llevado hasta donde está ahora.

Del niño humilde nacido en Esplugues queda bien poco, sobre todo si se tiene en cuenta su cuenta bancaria. Según publicó Relevo, Lamine Yamal está cobrando unos tres millones de euros anuales. Cuando empezó a ganar dinero no solo del Barça sino también de su acuerdo de patrocinio con Adidas, decidió invertirlo en lo más importante para él. Le compró una casa a su abuela, otra a su padre y otra a su madre. Una muestra de agradecimiento y deferencia para quienes le han ayudado a llegar donde está ahora.

"Siento orgullo de que haya conseguido lo que todos hubiéramos deseado"

"Lamine está cumpliendo el sueño de todos los chavales, y me sorprende ya no solo lo bueno que es, porque hay muchos muy buenos, sino que además parece bastante maduro en comparación a la gente de su edad", asegura D. V. B., de 17 años. Para él, que acaba de terminar segundo de bachiller y es futbolero, fue una sorpresa ver que un chico tan joven debutara en el equipo blaugrana, aunque no fuera su equipo.

Además, le parece "humilde" y que no va "haciendo el gilipollas como otros futbolistas que destacan jóvenes". "Siento orgullo de que haya chavales que hayan conseguido lo que todos hubiéramos deseado", comenta. Y admite que Lamine le inspira "un poco" porque "ha demostrado que no hace falta tener una edad para conseguir cosas".

María tiene 30 años y es de origen marroquí. Estudió la carrera en Barcelona tras haberse educado en un colegio español en Marruecos. Llegó a vivir y trabajar en España durante ocho años y aún tiene familia en el país. Ahora, vive con emoción al ver a Lamine Yamal triunfar y cierta intriga por ver el resultado de su éxito. "Te toca muy de cerca incluso aunque no seas aficionado al fútbol", admite.

"He vivido muchos prejuicios, he visto que te hacen de menos por tus orígenes, en el trabajo, en círculos de amigos...", explica. Recuerda los gestos de sorpresa y cierto rechazo de la gente al descubrir que era de Marruecos. "Da esperanza", comenta María, ver a alguien como Yamal triunfando. "A ver ahora qué dicen con el pequeño marroquí que ha traído el éxito. Aquí se ha visto bien la suma del talento español, marroquí y ecuatoguineano, lo bueno que pueden traer las mezclas y que la inmigración no aporta cosas malas", finaliza con ilusión.

Hasta el Rey es fan de Lamine

Lamine es el futbolista más joven en marcar un gol en el torneo y ha batido muchos otros récords por su edad. Además, es un héroe español al que Estopa, por ejemplo, le ha dedicado un himno musical. David y José Muñoz crecieron en Cornellà de Llobregat, a unos 40 kilómetros de Mataró, donde la familia de Lamine Yamal se estableció.

Con dos años de diferencia, los dos hermanos dejaron el instituto para empezar a trabajar cuando eran muy jóvenes, asumiendo diversas responsabilidades para ganar algo de dinero. Estopa refleja precisamente esa idea de venir de barrio y llegar a lo más alto: aunque parezca que su historia no tenga nada que ver con la de Lamine Yamal, las similitudes son innegables.

El rey Felipe también mencionó al héroe de la Selección Española en su discurso durante los premios Princesa de Girona, y lo hizo de manera improvisada: no estaba en el texto oficial. No es ningún secreto que el monarca es muy aficionado al fútbol y, como su hija Sofía es del mismo año que Yamal, seguro que lo ve con otros ojos.

"Es lo mismo que vemos también estos días en Alemania, en un equipo, en un grupo joven que nos transmite ilusión, alegría y seguridad [dentro del discurso que se compartió oficialmente]", decía don Felipe. "Y esperemos que el domingo consigan lo que pretenden", añadía con una sonrisa, haciendo que el público estallara en aplausos.

"Es esta generación la que vemos aquí y allá la que me hace –nos hace– tener tanta confianza en el futuro de nuestro país", continuaba, siguiendo el guion. "Y ya si hablamos del destello que nos regaló Lamine Yamal, con 16 años, pues ya queda todo dicho", añadía de manera improvisada y con una sonrisa.

Porque Yamal ha hecho también que toda una nueva generación despierte. Que abran los ojos esos chavales con la mirada puesta en el móvil y sin tener muy claro qué futuro les espera. "Me inspira a espabilar", dice A. L., de 16 años, aunque es consciente de que como él hay pocos. Muy pocos.

"El mundo del fútbol necesita este tipo de perfiles"

Si antes de la Eurocopa a Lamine ya empezaban a lloverle las colaboraciones, tras su gol en el partido contra Francia el fenómeno ha estallado del todo. Se espera que a su vuelta del torneo se convierta en el rostro favorito de las marcas. "Transmite desparpajo, juventud descarada y hasta un puntito canalla", comenta David Martin Gutiérrez, jefe de área de marca y experto en deporte en la agencia de comunicación MARCO.

"Es el chico que todos hemos sido", añade, explicando que es así por carácter y por edad, transmitiéndolo con su personalidad y con su juego. "Es fácil identificarse con una persona así", explica.

Sobre todo porque "parece que lo que hace es muy fácil", comenta David. "Eso habla mucho, a nivel mental, de la fortaleza que tiene para normalizar una situación que es extraordinaria", añade. "Tanto él como Nico Williams podrían estar haciendo esto y pasárselo igual de bien en el campo de fútbol de su barrio", comparte el periodista, que antes de trabajar en agencias se especializó como redactor deportivo.

Lamine Yamal y Nico Williams tras el partido contra Alemania. | Europa Press

Cualquier marca desearía poder contar con una persona que ofrezca esa cercanía, sería un acierto y un aporte de "frescura". Ahora mismo, Lamine Yamal "es una de las caras y de las imágenes más representativas de España", revela David, que ha trabajado para el área de contenidos audiovisuales del Real Madrid y ha sido responsable de prensa de la Federación Española de Bádminton.

"Es muy fácil para el consumidor identificarse con él", según comenta el experto, que reitera además que "el mundo del fútbol necesita este tipo de perfiles". "Hay que bajarse del endiosamiento que muchas veces el deporte produce en sus protagonistas y hacerlo algo más cotidiano, más natural", finaliza David.

Gestionar el éxito con los pies en la tierra

Sí, Lamine es natural y cercano. Pero, ¿podrá seguir siéndolo cuando descienda sobre él el hambre de información del público? Gestionar tal nivel de éxito no es fácil. La prueba está en como tantas y tantas estrellas juveniles sufren las consecuencias en su salud mental.

El Independiente se ha puesto en contacto con una especialista para hablar sobre cómo puede mantener los pies en la tierra un chaval que está en pleno desarrollo. Marta Fernández López, psicóloga clínica, explica que "gestionar un éxito grande es muy complejo". "Muchas veces tampoco es fácil hacerlo para las personas adultas", comenta. "Se genera una situación muy confusa en la que por un lado, de repente son alabados y admirados y por el otro, se convierten también en el blanco de todas las miradas y todo lo que hagan está sujeto a análisis y crítica".

Lamine Yamal celebra su gol ante Francia. | Eu

Unas circunstancias especialmente complicadas en la adolescencia: "Aunque la autoestima siempre está en construcción y en revisión, en esta etapa se es especialmente sensible a la mirada de los otros, porque una de las tareas de la adolescencia es encontrar nuestro lugar en el mundo, averiguar a quién nos queremos parecer, cuáles son nuestros valores...", comenta Marta Fernández López. "Es un proceso de búsqueda, de exploración en el que lo normal es hacer cambios y cometer errores", añade.

Proteger a la persona

Pero no hay que olvidar que Lamine Yamal es, ante todo, un chaval. Y que también tiene sentimientos. "Es difícil pensar que un adolescente pueda llevar a cabo un trabajo de tantísima responsabilidad sin tener ninguna repercusión para su desarrollo", revela Marta Fernández López. "Por supuesto esta experiencia tendrá también probablemente consecuencias positivas para él y su futuro, pero seguramente no serán solamente positivas".

Por eso, tanto el público como la prensa tiene que mantener una distancia de respeto, señala Marta. "Tenemos que intentar apartarnos de la crítica y el sobreanálisis de todo lo que pueda hacer o decir", comenta la psicóloga.