Juan Gómez-Acebo fallecía este lunes en Palma de Mallorca a los 54 años. Víctima de un cáncer que había querido llevar en la más estricta intimidad, estaba de vacaciones en la residencia familiar cuando falleció rodeado de los suyos. Siguiendo esa máxima que ha marcado su vida, la privacidad y discreción, su cuerpo ha sido incinerado este martes.

Los restos mortales de Juan Gómez-Acebo, primo del rey Felipe, han sido traslados en torno a las 8:00 horas del tanatorio de Calvià al de Sóller. Allí ha sido incinerado en la más estricta intimidad y sin la presencia de ningún miembro de su familia. A lo largo de las próximas horas sus seres queridos viajarán con sus cenizas a Madrid, donde el 15 de agosto se celebrará un funeral en su honor.

Juan Gómez Acebo a su llegada al funeral de su hermano, Fernando Gómez-Acebo. | Europa Press

Será en el panteón familiar del cementerio de San Isidro donde se produzca su último adiós este jueves. El mismo lugar donde se encuentra enterrado su hermano menor, Fernando. Fue en su sepelio donde se vio públicamente a Juan Gómez Acebo por última vez, hace solo cinco meses.

Solo la reina Sofía acudió al tanatorio

Completamente abatida, la familia más cercana se despedía de Juan Gómez-Acebo este lunes. Los primeros en llegar fueron los tres hermanos restantes, hijos de la infanta Pilar de Borbón. Simoneta estuvo arropada por sus hijos María y Pablo Fernández-Sastrón. Beltrán acudió junto a su mujer Andrea Pascual y su hijo Luis. Y, finalmente, Bruno con su esposa Bárbara Cano y sus hijos. Todos ellos han celebrado una capilla ardiente en el tanatorio de la localidad mallorquina de Calvià antes del funeral.

La reina Sofía con sus sobrinos, Beltrán, Bruno y Simoneta durante el tanatorio de Juan Gómez-Acebo y de Borbón. | Europa Press

De la Familia Real, la única que ha estado presente ha sido la reina Sofía, tía política de los hermanos Gómez-Acebo. Los reyes Felipe y Letizia, y sus hijas, están disfrutando de unas vacaciones privadas en un destino que no se ha hecho público. Mientras que la emérita continuaba en Mallorca, por lo que pudo desplazarse hasta el velatorio para dar sus condolencias a sus sobrinos y despedirse de Juan.

La familia del rey Juan Carlos siempre ha tenido una relación muy estrecha con los hijos de la infanta Pilar, en particular con el propio Juan.