Hacía seis años que no se veía al rey Felipe posando junto a la infanta Cristina. Ha sido una cita privada la que ha dado lugar a esta imagen. Una instantánea tan similar y a la vez tan diferente del enlace de Almeida y Teresa Urquijo. Aquella boda dio lugar a un posado histórico de los Borbón, con el rey Juan Carlos, sus dos hijas y algunos de sus nietos.
En esta ocasión ha sido en la boda de Victoria López-Quesada y Enrique Moreno de la Cova. Se sabía que reunirían a muchos miembros de la familia. Pero la sorpresa fue mayúscula a la llegada a Algete. Se produjo una foto que nadie habría imaginado: el monarca conduciendo su propio coche con su hermana Cristina de copiloto.
No contentos con eso, en una serie de fotografías que la casa real ha compartido con los medios, la familia de don Felipe ha posado con orgullo. En una de la imágenes, la que encabeza esta noticia, aparecen el Rey, las dos infantas Elena y Cristina, y la reina Sofía. Entre los ausentes estaba el emérito, que no ha viajado a Madrid para el enlace. Tampoco estaban doña Letizia ni sus hijas: la Reina se encontraba en París, la princesa Leonor en Pontevedra y la infanta Sofía en Gales.
Una reconciliación que se fragua desde hace tiempo
Pero este reencuentro de don Felipe con sus dos hermanas escenifica una reconciliación que se estaba fraguando desde hacía tiempo. Con motivo del cumpleaños de la infanta Elena, toda la familia compartió mesa en Madrid, sorprendiendo después de tanto tiempo sin ser vistos juntos.
El hecho de que tres de los hijos de la infanta Cristina (Juan, Miguel e Irene) hayan estado viviendo en la Zarzuela con el permiso de los Reyes era indicador. La relación entre el rey Felipe y su hermana no era tan tirante como podía parecer después de tantos años de silencio y distancia. Una aparente consecuencia directa del caso Noos.
Aquel que llevó a la cárcel a Iñaki Urdangarin y sentenció a su mujer a pagar una multa de más de 260.000 euros. Ahora, el matrimonio ha firmado su divorcio y los hijos de Cristina se han ido de casa mientras ella continúa viviendo, ahora sola, en Suiza.
Sin duda, la fotografía de la boda ha sido la prueba definitiva de que Felipe y Cristina se han reconciliado. Una imagen que nada tiene que ver con la del rey Juan Carlos con sus nietos en la boda de Almeida. Aquella parecía un acto de rebeldía por parte del emérito, pero quizás era también el comienzo de una nueva etapa.
La causante ha sido Victoria López-Quesada, cuya familia tiene una muy cercana relación con los Borbones. En particular es ahijada de Felipe VI y fue una de las damitas de honor en su boda con la reina Letizia. Además, es hija de Cristina de Borbón-Dos Sicilias, de quien es amiga íntima la infanta Cristina. Y hay un detalle más, puesto que el hermano de la novia está formándose como Leonor en la Escuela Naval Militar de Marín, Pontevedra.
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