La Ordenatriz es ya toda una institución de la limpieza y el orden en casa. El perfil de Instagram que lleva Begoña Pérez, o Bego, una mujer de 50 años con siete hijos, se ha convertido en una sorpresa hasta para ella. Tiene más de 1,6 millones de seguidores que siguen con atención todos sus consejos para eliminar manchas de todo tipo. La prueba del interés que genera está en la cantidad de comentarios que acumula y las visualizaciones de sus vídeos, que suelen rondar el millón. Es el sueño de cualquier analista de engagement.
Y lo más sorprendente es que esta cuenta surge solo hace cuatro años, en la pandemia. Bego ya era "organizadora profesional" (ordenaba los armarios de la gente) cuando decidió lanzarse a las redes sociales, a compartir sus trucos. Ahora ya es conocida como la 'Marie Kondo española'.
Nunca se podía haber imaginado que la vida le traería por este camino: ahora es colaboradora del programa de Sonsoles Ónega, tiene el suyo propio en una plataforma y publica su segundo libro, Los trucos de la Ordenatriz, después del éxito abrumador del primero. Está disponible a partir de este miércoles y es una "pequeña enciclopedia" de manchas, trucos y detalles para cuidar la casa.
El Independiente: Vaya recorrido desde que publicaste tu primer libro hasta ahora. ¿Cómo sientes el cambio?
La Ordenatriz: Pues la verdad es que en comparación con el primero este proceso ha sido el mismo. Lo que pasa es que ahora parece que tiene más repercusión el tema, porque yo creo que se ha puesto más de moda todavía. Pero muy bien.
El Independiente: Además ahora sales también en televisión. ¿Cómo llevas la fama?
La Ordenatriz: Yo creo que me lo tomo como algo normal, aunque es emocionante todo. Pero estoy rodeada de gente que trabaja muy bien y que me ayuda mucho, entonces muy guay. En ese sentido me veo muy segura. Voy avanzando con eso, cosas de tele o con algo de radio. Así que es muy ilusionante.
El Independiente: ¿Alguna vez te habías imaginado en una posición así?
La Ordenatriz: Para nada. Además ha sido una sorpresa porque acabo de cumplir cincuenta, así que ya me veo mayor y de todo. Pero para nada.
El Independiente: Pero como estudiaste publicidad y relaciones públicas sabías algo de este mundillo.
La Ordenatriz: Sí, y es verdad que me dicen que se me nota. Hay ciertas cosas que no me dan vergüenza, porque suelo estar enterada de lo que estamos hablando. Pero de ahí a imaginarme que yo iba a estar a este lado pues no. Ha sido todo como muy casual.
El Independiente: Cuando empezaste a crear contenido ya te dedicabas a ordenar casas, pero realmente han sido las manchas lo que ha supuesto el gran boom para ti. ¿Hay alguna que aún se te resista?
La Ordenatriz: Sí, hay varias. Una por ejemplo es la mancha del pompero, el juguete de niños para hacer pompas, eso se incrusta y no sale. Otra es la mancha de lejía. Y una que he descubierto gracias a las redes sociales es la mancha de rotulador de pizarra blanca. Esa es impresionante, no sale con nada. ¡Que yo sepa, claro!
El Independiente: ¿Y cómo es el proceso para encontrar soluciones? ¿Empiezas manchando tú o te ves víctima de las manchas teniendo siete hijos?
La Ordenatriz: Sobre todo siendo víctima y echarle tiempo a pensar. Es lo bueno, si uno piensa sobre las manchas y cómo funciona la detergencia de los productos. Aunque también ha habido algunos casos que me ha ido diciendo la gente. Y los trucos de toda la vida. Pero parándose a pensar creo que todo el mundo llegaría a las mismas conclusiones a las que yo he llegado.
El Independiente: ¿Y cuál es la mancha por la que más te preguntan?
La Ordenatriz: La grasa. Claramente. La fórmula mágica [es decir, medio litro de agua caliente, dos cucharitas de jabón en escamas y 50ml de amoniaco] para quitar manchas de grasa y me dicen "¡no! Es grasa de bici". Y respondo, "ya, pero es grasa". Así igual con el pimentón de un guiso o de haberse quedado enganchado en las escaleras mecánicas. Sigue siendo grasa.
El Independiente: ¿Cómo es el perfil de tus seguidores? ¿Hay más mujeres de tu edad, jóvenes, hombres...?
La Ordenatriz: Pues mira, en un primer momento eran mujeres de mi edad. Después llegaron más chicas más jóvenes, se ha ido ampliando. Y tenía un 2% de hombres, pero ahora tengo un 6%, no está nada mal. Está muy guay, 6% de más de un millón y está muy bien ver que todos nos preocupamos de las manchas, de la limpieza y del orden. Está cambiando la cultura.
El Independiente: ¿Crees que con la globalización, con marcharnos del pueblo y separarnos de nuestros abuelos, estamos perdiendo ese conocimiento sobre las cosas de casa?
La Ordenatriz: Totalmente. Porque si no yo no me explico el éxito que tiene mi perfil (bromea). Creo que precisamente el boom que ha tenido y que está teniendo es por necesidad, la gente necesita este estilo de conocimiento y ver cómo se pone en práctica. Y sobre todo que es verdad, que las cosas que pongo es porque me salen a mí. Luego también es el boca a boca.
El Independiente: ¿Crees que los milenials o la generación zeta tiene vergüenza por preguntar estas cosas?
La Ordenatriz: No. De hecho, al contrario. Diría que hay dos versiones: la juventud que se nota que lo tienen todo hecho, ahí la culpa la tenemos los padres que resolvemos todo, da igual un roto que una mancha que un tornillo oxidado. Aquí entra La Ordenatriz por la madre o el padre que está harto y le dice a su hijo que se meta en el perfil a mirarlo. Y por otro lado están los jóvenes que se están yendo de casa, los Erasmus, que están aprendiendo y piensan "que mis padres tampoco saben cómo se quita esto, así que mejor le pregunto a la Ordenatriz".
El Independiente: Tus hijos, teniendo siete tendrán todo tipo de edades.
La Ordenatriz: En efecto, tengo de todo.
El Independiente: ¿Y te dificultan o te inspiran en las tareas de influencer?
La Ordenatriz: Hay de todo. Por un lado están muy orgullosos de mi reinvención, de verme en la tele o porque sus amigas me han visto. Y otras veces que me vienen diciendo "ay, he hecho esto... pero no pasa nada porque mi madre es La Ordenatriz". Y yo digo "¡no!", porque La Ordenatriz no es mágica y no lo quita todo. Pero más orgullosos que avergonzados, aunque hay veces que también se avergüenzas.
El Independiente: Y algo curioso de tu perfil es que elementos que nadie habría pensado, como la laca, son un instrumento secreto para quitar manchas. ¿Alguna vez te ha escrito alguna marca admitiendo que no sabían que su producto valía para eso?
La Ordenatriz: No, yo creo, de hecho, que me tienen algo de manía porque piensen que estoy desprestigiando la laca. Pero no, yo la sigo usando, no mucho porque la gente en general no la usa mucho pero yo no la veo mala. Al contrario, la veo buena y la verdad es que la compro muchísimo. Y una cosa es usarla en un chorrón para quitar una mancha y otra cosa es así al aire para quitar la electricidad estática, tanto del pelo como de la ropa.
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