Marina Carmona tiene 31 años pero aún está descubriendo su identidad. La hija de Antonio Carmona y Mariola Orellana ha sacado su primer disco con la esperanza de hacerse un hueco en el mundo de la música, en el que realmente lleva viviendo toda la vida. A pesar de que empezó a estudiar la carrera de periodismo, poco después se marchó a Estados Unidos a centrarse en sus estudios musicales. Pensaba que quería trabajar en el aspecto técnico hasta que finalmente se dio cuenta de que su propio proyecto era lo que más le interesaba.

Mi identidad es su primer álbum en solitario tras haber participado en giras por todo el mundo como la de C Tangana. Marina Carmona es una de las artistas que aparece en el Tiny Desk de El Madrileño y junto a él ha aprendido el valor de un buen espectáculo además de la voz o la música. La primera consciente del privilegio que tiene como artista es ella, que no puede estar más orgullosa de formar parte de una familia como la suya.

El Independiente: ¿Quién es Marina Carmona?

Marina Carmona: Pues soy una cantante perteneciente a una 'familia premium' como me han dicho justo esta mañana. La saga de los Carmona.

EI: Presentas tu nuevo disco, titulado Mi identidad. ¿Cuál es tu identidad?

Marina Carmona: Mi identidad está desarrollada en este disco, diez canciones que hablan un poco de todo, lo que una va aprendiendo poco a poco. Buscar la paciencia, el perdón… son cosas que hacen que una vaya encontrando su identidad, su sonido y de lo que quiere hablar.

EI: Tú has tenido precisamente un recorrido muy completo, ¿cuándo te diste cuenta de que querías dedicarte a la música?

Marina Carmona: Pues en el momento que vi que la música formaba parte de mi esencia, que era como una forma de vida que quería adaptar. Aunque la música era una banda sonora en mi vida, pero hasta que no estudié fuera y me quité el peso de la familia, de dónde venía, de quién era mi padre o mi abuelo… empecé a desmelenarme y a vivir la música de otra manera más divertida. Ahí fue cuando me di cuenta de que quería dedicarme a full a esto.

EI: Varias de tus canciones incluyen fragmentos en francés. ¿Por qué? ¿Pretendes cantar en más idiomas?

Marina Carmona: A mí los idiomas me encantan y creo que también forman parte de mi identidad. En particular el francés, sobre todo. La primera canción que yo me atreví a grabar en un estudio fue Ne me quitte pas por bulerías con mi tío Juan [Carmona]. Luego La historia de un amor también. Por eso esos guiños en el disco, era una manera de crear ese misterio que produce la música francesa. Yo el francés lo hablo desde que soy muy pequeña, me encanta, también la música o el cine francés. Simplemente lo he adaptado como algo que forma parte de mí.

EI: ¿Quiénes son tus artistas de referencia, tanto franceses como internacionales o de aquí?

MC: Pues sobre todo las mujeres. Hay muchas mujeres a las que admiro, que además siento que se lo han currado mucho hasta que por fin se han dado a conocer. En el mundo francés por supuesto te diría Edith Piaf, que es una grandísima que me encanta. Sobre todo cómo interpreta, la fuerza que tiene con lo chiquitilla que era. También es muy grande Kany García, es una de mis referentes. Rozalén, Mon Laferte, la Niña Pastori… hay muchas mujeres a las que admiro y a las que sigo desde hace mucho tiempo. Justamente las tomo como ejemplo porque hay cosas que hay que hacerlas a fuego lento para que luego den su fruto cuando la vida te lo ponga por delante.

EI: ¿Qué es lo bueno y qué es lo malo de trabajar en familia?

MC: Lo bonito de trabajar en familia es la química, esas miradas que se producen en el escenario que, sin saber lo que está pasando, tú ya estás conectando. Yo tengo la suerte de llevar de gira con mi padre casi nueve años y lo que yo siento cantando con él, lo que he aprendido con él en el escenario a mí no me lo ha dado nada en este mundo. Para eso me siento muy privilegiada. Y lo malo, yo creo, es que quizás rozamos más porque al final hay mucha confianza. Mi guitarrista es mi primo Carlos Carmona y creo que cuando hay mucha confianza también salen las personalidades. Pero por lo general yo tengo mucha suerte. Además creo que todas las sagas (los Morente, la familia Flores, la de Farruquito…) cuando les ves por separado te gustan pero cuando están juntos hay una magia que dices, me encanta. A mí me encanta formar parte de una saga.

EI: En tu disco se aprecian diferentes estilos, que hay canciones más pop y otras que son más el estilo de tu padre. ¿Cómo se define tu estilo?

MC: Lo que más busco es no categorizar mi música. Yo creo que lo bonito es que es internacional, está hecha para todos los públicos, es una forma de comunicarte cuando no hablas el mismo idioma. Dedicarte canciones para decirte algo es la manera más bonita de expresarte. Yo creo que lo bonito de la fusión es que es una búsqueda constante de ti mismo, eso en su momento lo hizo Ketama rompiendo con todos los moldes. Yo creo que he seguido esa misma línea porque es lo que me nacía. A mí no me gusta definir mi música como puro flamenco o puro pop. Me gusta definirla como fusión, quiero que sean canciones bonitas que no pasan de moda.

EI: ¿Y cómo es tu público? ¿Te conocen por tu padre o no tienen ni idea de dónde vienes?

MC: Es gente de todo tipo. De repente me encuentro a las que llevan toda la vida siguiendo la música de Rosario o de mi padre y dicen 'ay, qué bonito que las nuevas generaciones vengáis pisando fuerte'. Y luego de repente hay un público que no tienen ni idea de quién es mi padre, por edad. El otro día me encontré a unas niñas que tenían 16 años y me dijeron que por qué no me presentaba a Operación Triunfo. Les dije que no lo veía claro pero se lo agradecí.

EI: ¿Y te has planteado presentarte a otros programas?

MC: No me lo planteo mucho, no. Pero porque yo siento que toda mi carrera musical tiene que venir a fuego lento. Creo que la tele a veces es un arma de doble filo, yo quiero asentarme, que la gente me reconozca a mí y a mi música, y luego ya vendrá la tele. Aunque lo que sí me divierte más y me he reído mucho es con Rosario en La Voz Kids. Yo sería un poco como ella, me daría la vuelta con todo el mundo. Pero sí creo que es un programa muy bonito.

EI: ¿Y qué me dices de probar suerte en Estados Unidos?

MC: Bueno, creo que eso es lo que buscamos todos, ¿no? En algún momento. Entrar en Estados Unidos es otra película, es un reto muy grande para todo artista, verte allí, tan lejos, que la gente escuche tu música… cuando alguien de Latinoamérica me escribe deseando que toque por allí me parece un regalazo. Así que mientras pueda ir y venir, porque el hogar a mí no me gustaría perderlo, yo encantada.

EI: A Víctor Martínez le conociste en el Tiny Desk y ahora has trabajado con él en tu disco y es tu pareja. ¿Cómo ha sido ese proceso?

MC: Víctor y yo nos conocimos en el Tiny Desk pero no nos llevamos bien. Los dos éramos muy exigentes. Yo no sabía quién era en ese momento C Tangana, así que imagínate cómo es la vida. Pero ya empezamos a tener un poco más de conexión entre nosotros cuando estuvo dirigiendo el proyecto de mi hermana Lucía Fernanda. Ahí ya nos vimos las miraditas, como siempre digo yo, había una conexión musical muy bonita. Y entonces nos llamó Pucho para irnos a México y recorrer toda Latinoamérica y el mundo y nació ahí. Me di cuenta de que era un gran compañero de vida y un gran compañero musical.

EI: ¿Qué has aprendido, a nivel personal y profesional, de la gira con C Tangana?

MC: Pues sobre todo la exigencia que hay que tener con uno mismo. Cómo hay que subirse al escenario no solamente sabiendo cantar sino creando un espectáculo. Ahí es cuando la gente realmente conecta contigo, se van a sus casas hablando de ello. He visto cada detalle, cada músico que había, para mí era como estar en el Circo del Sol. Cuando ves un espectáculo de ese calibre te das cuenta de que no solamente te fijas en una persona sino en un elenco. Cuando hay un equipo tan grande el artista se vuelve todavía más grande.

EI: ¿Y cómo es C Tangana en la distancia corta?

MC: Tengo ganas de que vea lo que cada uno de nosotros hemos ido diciendo de él después de la gira. Es un currante. Tiene un coco bastante heavy. Es un tío muy visionario. Lo tiene muy claro. Te ríes mucho con él. Hay mucha gente que me dice que si es un colgao. Si es un colgao mira la que ha formao el colgao. Pucho desde siempre lo ha tenido muy claro, se ha sabido rodear muy bien, de Kiko Veneno, de mi padre, de La Húngara… leyendas de la música. Me parece que eso ya le hace grande.

EI: ¿Cuáles son tus colaboraciones soñadas?

MC: Pues cualquiera de las mujeres que te he mencionado me encantaría. También hay muchos hombres que me encantan. Por ejemplo Alejandro Sanz, Macaco, o de la nueva generación también hay muchos que me gustan. Me encanta Leo Rizzi, me gusta Pol Granch. Hay mucha gente joven haciendo cosas muy guays. Wolf también es otro que, aunque parece que no tenemos nada que ver, siempre le tengo ahí, como un tío original, ¿sabes? De todas maneras para eso yo soy muy de piel. Hay que conocerse, enamorarse y ya de ahí ver si te parece hacerlo. Las estrategias hay que tener cuidado con ellas porque hay veces que no casas del todo.

EI: Has actuado en el Congreso, ¿cuál es el sitio más curioso en el que has actuado?

MC: Sí, eso fue surrealista. Ese día me acuerdo que nos reímos mucho porque yo me sentía totalmente perdida, como que no pertenecía ahí, de alguna manera. De los conciertos más especiales fue la primera vez que canté con Vanesa [Martín] en el Wizink. Yo desde pequeña había soñado con ese escenario. Que me diera esa oportunidad cuando yo no había hecho prácticamente nada, solamente por la conexión que tuvimos entre nosotras, fue increíble.

Marina Carmona posa en el bar Abonavida de Madrid.

EI: ¿Cómo llevas la fama, que te busquen y quieran hablar de tu vida privada?

MC: Bueno, creo que es lo que hay cuando eres un personaje público, no me puedo enfadar. Si algún día por lo que sea me encuentro a la prensa en la puerta de mi casa pues soy consciente de que forma parte de esto. Aún así en mi familia hemos sido bastante reservados, no hemos sido mucho de la prensa del corazón, aunque nos quieren muchísimo. Siempre nos han tratado con mucho cariño y no hemos tenido malas experiencias. Nunca hemos querido tampoco fardar o vender nuestra vida. Lo pienso como una parte de mi profesión.

EI: Pero lo mencionas en una de tus canciones.

MC: Sí, en No lo veo claro, ¿no? "Echándole la culpa a la fama cada vez que me fallas". Eso fue una crítica a alguien, en plan, "no pases de mí porque te estés haciendo famosillo porque entonces no me mola nada".

EI: Así que escribes de tus propias experiencias.

MC: Sí, todo son cosas que o bien he vivido yo de alguna manera o he tenido un caso cercano que me ha inspirado a escribir un poco sobre eso. Las letras de Luces y sombras, Perdón, Buscando el aire, No lo veo claro o Contar hasta diez, esas cinco, son temas reales que yo he vivido en primera persona.