Lorenzo Caprile es uno de los diseñadores más famosos y valorados del panorama español y Madrid ha querido homenajearle con una exposición única. Un total de 120 trajes están expuestos desde este miércoles 16 hasta el próximo 30 de marzo en la Sala Canal de Isabel II. Eloy Martínez de la Pera y José Luis Massó Guirao han conseguido reunir prendas de hasta 80 dueños diferentes para representar la esencia del modista con una museografía muy cuidada.

La elección del nombre no es casualidad. Se aprecia en la entrada como Caprile encabeza el título de la exposición y le sigue Lorenzo, para reflejar que el diseñador romántico y barroco y el hombre sencillo y modesto son muy diferentes. Con entrada gratuita (aunque se recomienda reservar), el público puede disfrutar de varios pisos de moda para ver los diferentes estilos y lugares donde ha dejado su marca. Varias de las piezas corresponden a momentos grabados en la retina, como es el vestido rojo que la reina Letizia lució en la boda de Federico y Mary de Dinamarca.

"La mitomanía ya me la he curado"

Lorenzo Caprile

Trajes de sangre azul

La Casa Real ha prestado varios diseños. Tanto la reina Letizia como las dos infantas y la reina Sofía han dejado algunas de las piezas más famosas de su vestuario, entre las que está también el famoso vestido rosa de la infanta Elena en la boda de Victoria y Daniel de Suecia. Uno que está acompañado por la inspiración goyesca que ha marcado gran parte de su recorrido, puesto que también le ha valido para hacer trajes a varios toreros.

A pesar de que la exposición está llena de trajes que han lucido personas conocidas, no hay fotografías. "La mitomanía ya me la he curado, es algo que sufren los jovencitos", bromea Caprile, de 57 años, antes de comenzar el recorrido. "De hecho no tengo ni televisión, solo escucho a Julia Otero", comenta con sentido del humor. Los comisarios explican que no han querido añadir representaciones de cómo quedan los vestidos, ya que mucha gente tiene la imagen clara en su recuerdo.

Especialmente fácil de recordar es el traje de "la patada", como mencionan los comisarios. El que se puso Froilán para ejercer de paje en la boda de Felipe VI y Letizia, que está junto al que se puso Victoria López-Quesada para la misma cita. Se encuentran juntos y entre otros dos vestidos que terminan de dibujar el amplio recorrido y la fidelidad del diseñador. El que se puso Cristina de Borbón-Dos Sicilias para su enlace en 1994 y el que se puso este mismo año su hija, Victoria López-Quesada, para su boda con Enrique Moreno de la Cova.

Vestidos de cine

No solo de la realeza, puesto que también hay algunas prendas de alfombra roja, del mundo del teatro e incluso del cine, como es el caso del vestido de novia que luce Margot Robbie en El lobo de Wall Street. Es decir, un vestido que ha abrazado Leonardo DiCaprio y que ha pasado a la historia de Hollywood.

Vestidos diseñados por el modista y diseñador, Lorenzo Caprile, durante la inauguración de la exposición Caprile Lorenzo, en la Sala Canal de Isabel II. | Jesús Hellín / Europa Press
El icónico vestido rojo de la reina Letizia, el que se puso para la boda real de Dinamarca, forma parte de la amplia exposición. | Jesús Hellín / Europa Press

En el cine español también ha dejado su marca en una de las películas más taquilleras de nuestro país. En la exposición se encuentra el vestido de novia de Clara Lago en Ocho apellidos vascos: solo una de las faldas, porque durante la película se quema una de las varias que se hicieron. Dos premios Goya se sitúan junto a uno de los diseños, el que llevó Emma Suárez a los Goya 2017 cuando ganó dos cabezones en la misma noche. También el de Malena Alterio cuando recibió el suyo en la última edición de los galardones de la Academia de Cine.

Los detalles más emotivos

La museografía, sobre todo en un lugar tan especial como es el antiguo depósito de la sala Canal Isabel II, es muy importante y el equipo ha cumplido con creces. Si bien la planta baja muestra las bases del trabajo de Caprile –se encuentra su mesa de trabajo y su primer figurín–, en la última está su cerebro. La única que tiene una iluminación dinámica y que está coronada por el espectacular traje que llevó la influencer Marta Díaz al festival de Cannes el pasado año. Un enorme conjunto con cola de cientos de metros de tul en un color amarillo con el que pretendía jugar con los colores de la alfombra roja y crear una enorme bandera de España.

Los vestidos de novia tienen un especial protagonismo en la muestra del recorrido de Caprile. | Jesús Hellín / Europa Press
El primer vestido que Caprile creó en su taller también forma parte de la exposición, que se puede visitar a partir de este miércoles 16 de octubre. | Jesús Hellín / Europa Press

El único diseño que no corresponde a Caprile que está expuesto en Canal es un vestido que perteneció a su madre y que le inspiró para su conocido como "rojo Caprile". Se encuentra expuesto junto con otras piezas icónicas y reconocibles, que son cuatro de los vestidos de Anne Igartiburu para presentar las campanadas.

El hombre modesto tras la máscara de cascarrabias

También refleja, una vez más, que Caprile no tiene problemas en vestir a la reina emérita y a la vez a la influencer de moda de las nuevas generaciones. Abarca también a todos los tipos de mujer que se encuentran entre medio. Juega con todo tipo de tejidos y Su actualidad se mantiene pese al paso de los años, y también permanece relevante en los medios mainstream con su participación en Maestros de la Costura.

Admite que tanto ajetreo de rodar y seguir trabajando en su taller– le pasa factura. Más allá de eso, se ha pasado la mañana dando entrevistas y respondiendo preguntas sobre su propio trabajo y está fumando en la puerta de la exposición. A la salida todo el mundo le felicita y aplaude la exposición tan completa. Su carácter es tierno y a la vez tiene fama de mal genio, casi cascarrabias, pero en las distancias cortas es divertido y cómplice. "Yo no he hecho nada, algunos de los vestidos ni me acordaba de que existían", bromea el modista. Cede toda la responsabilidad de la exposición a los dos comisarios, con quienes ya había trabajado en el pasado. La admiración es mutua: Eloy Martínez de la Pera y José Luis Massó Guirao solo tienen buenas palabras para él.