Muchos podrían quejarse de que cada dos días sale una autobiografía de un famoso, pero Angy Fernández escribió la suya consciente de esas potenciales críticas. Por eso se alejó de las pretensiones y consiguió conectar con su lector a través de la naturalidad que siempre la ha caracterizado. Aquella adolescente que se hizo famosa en Factor X con su voz y su desparpajo, y que después marcó a una generación en Física o química y dejó a todos con la boca abierta en Tu cara me suena. Esa chica sigue siendo la misma: espontánea, vulnerable y muy rápida.
Su libro Bonito desastre es el reflejo de todo eso. Pero también es una historia de "luces y sombras", como ella misma dice, en donde abre la ventana a una intimidad desconocida. Angy tiene 34 años, nació en Palma de Mallorca el 5 de septiembre de 1990, en una familia que pronto terminaría rompiéndose. Su padre, que había sido policía, estaba atormentado por el síndrome del norte. El pesar de sus experiencias en el cuerpo se ve volcado en algunos de los poemas que la cantante ha recuperado para su libro, cuyas primeras páginas terminan siendo una carta de amor hacia su progenitor.
Gestionar todo eso a esa edad no fue fácil
Le perdió cuando tenía solo nueve años, pero es posible que salga de él ese evidente talento que la catapultó a la fama en 2007. Se ve en las fotos, los poemas y los recuerdos que Angy guarda de él. A lo largo de su relato va explicando todos los momentos que la han convertido en quien es, aunque como ella misma admite, tiene miedo de que se destaquen solo los aspectos negativos. Sobre todo por la repercusión que tuvo en 2019 tras hablar de su depresión.
Pero lo cierto es que se extrae también su pasión por la profesión, la emoción y apreciación que tiene por poder dedicarse a esto desde hace veinte años. También en la conversación telefónica que tuvo con El Independiente, en donde expresó su deseo por volver a ponerse delante de las cámaras. Ahora mismo está sobre las tablas en Una terapia integral, en Teatro Fígaro (Madrid), pero Angy tiene aún cuerda -y ganas- para mucho más.
El Independiente: Hola, Angy. ¿Qué tal? ¿Muy ocupada?
Angy Fernández: Bueno, con lo que ha pasado en Valencia hemos cancelado algunas cosas. Pero yendo al teatro todos los, aunque con todo lo que está pasando no hay ganas de hacer mucha cosa…
EI: Tu libro Bonito Desastre es sincero, vulnerable. Muy emocionante. Es como leer a una amiga contando su historia.
AF: Muchas gracias. Yo siempre me critico y pienso que hay cosas que podría mejorar pero siempre pasa. Me encanta que me digas que es como leer a una amiga, es muy bonito.
EI: Sobre todo cuando te expones tanto es muy fácil que tú misma te critiques. Pero siempre has sido muy cercana.
AF: Sin duda. Es como me sale ser.
EI: Empiezas diciendo que te dan mucho miedo los titulares y los clickbait. ¿Qué es lo que te daba más miedo que se contara mal de tu historia?
AF: Más que se contara mal tenía miedo de que todos los titulares recalcaran que he tenido depresión o lo mal que lo he pasado. No quería que solo fuera un mensaje negativo y que solo se hablara de eso. Aunque yo hablo de eso mismo intento no hacerlo todo el rato porque es verdad que también he pasado momentos bueno y eso es de lo que va la vida. Aunque siempre algún periodista termina preguntándote si sigues teniendo depresión, pero por el momento está yendo todo bien. El miedo era que no se leyera como un diario de vida de luces y sombras sino que se centraran en las sombras.
EI: Otra cosa interesante del libro es que compartes muchas fotografías y cosas muy personales. ¿Te ha costado seleccionar?
AF: Pues me he quedado con ganas de poner más cosas, hay muchas que no tenían calidad. Pero yo quería hacer un homenaje a las personas que son importantes en mi vida.
EI: ¿Cómo han sido las conversaciones con las personas que salen, cuando les has dicho que ibas a poner esta u otra foto en el libro?
AF: Pues sí, sobre todo con mi madre, que es muy vergonzosa, pero hablo un montón de ella y le he preguntado sobre lo que puedo contar de su relación con mi padre. Todo con mucho respeto, no le he contado todo. Porque en mi infancia y en su vida también han pasado otras cosas que no creo que debiera contar. Pero he contado a grosso modo porque al final es su vida, y he intentado que nadie se sintiera incómodo.
EI: Incluso hay una foto de cuando ibas a clase de teatro de pequeña, ¿sigues en contacto con ese profesor de teatro?
AF: Qué va, porque al final llevo tantos años en Madrid que hace muchos años que no sé de él. Le perdí la pista incluso en el instituto, pero si lo lee algún día verá que me acuerdo y que fueron años muy bonitos.
EI: Hablas muy positivamente de programas como Factor X o Física o química, entiendo que volverías a hacerlo todo a pesar de los malos momentos que te han traído.
AF: Claro. No hay que arrepentirse de nada en la vida -a no ser que le hayas hecho daño a alguien-, cuando has pasado por cosas es porque igual tenías que pasarlas. Buenas y malas. Gestionar todo eso a esa edad no fue fácil, para nadie, lo que pasa es que yo lo verbalizo más. Aún así yo volvería a hacerlo porque es mi camino y no me veo haciendo otra cosa.
EI: ¿Ni siquiera empezarías más tarde?
AF: Pues no. Porque hubo un momento en el que yo pensaba 'qué hago con 16 años yéndome a Madrid'. Porque yo quería estudiar algo en Mallorca, aunque no tenía ni idea de qué porque no me gustaba estudiar. Yo no tenía pensado irme tan pronto. Pero la vida de repente te lo pone y yo lloraba, pero mi familia me empujó porque la vida me estaba dando esa oportunidad, 'a lo mejor es tu camino', me decían. Pero mi madre también tenía miedo, pero ella se vino conmigo y al final lo hice. Aunque fue un momento en el que mentalmente no estés preparado, a lo mejor con 30 a veces tampoco lo estás.
EI: Al principio del libro cuentas que tu madre te dijo que nunca dejaras un trabajo por un novio y después explicas que la pareja que tuviste tras Factor X [José David] quiso convencerte de que no aceptaras Física o química. Le hiciste caso.
AF: ¡Hombre, claro! Tenía el novio este diciéndome que cómo iba a hacer eso, que cómo iba a besar con otro chico. Menos mal que no hice caso. Y mi madre me lo sigue diciendo, porque ahora soy más madura y he avanzado, pero a veces el amor nos puede. Creo que tiene que haber un balance, ni lo puedes dejar todo por tu pareja ni puedes dejarlo todo por el trabajo. Tienes que ver lo que te hace feliz. Ella me lo decía porque dejó lo que le gustaba, eran otros tiempos, porque al final cuando mi padre salió del cuerpo porque no estaba bien era mi madre quien trabajaba.
EI: Cuentas precisamente que cuando tu padre dejó de ser policía fue quien te cuidó. Algo poco habitual en los años 90.
AF: Sí, fue muy bonito. Además tengo muchos vídeos, que ojalá hubiera podido ponerlos en el libro. Siempre me grababa en vídeo y tengo un montón jugando, él haciendo que cantara, no sé. Creo que a pesar de que no estaba bien me cuidó bien y mi madre se sentía tranquila, mi padre me quería mucho.
EI: Algo gracioso del libro es que explicas qué es Física o Química como si no fuera historia de España. ¿Por qué? ¿Por futuras generaciones?
AF: Me dijeron que igual habría que explicarlo, que a lo mejor hay gente que nunca la ha visto o que de repente lo lean en otro país y que lo pusiera. Yo no lo iba a poner, porque si no la conocen siempre existe internet, pero me lo pidieron.
EI: Desde que acabaste el libro hasta ahora, ¿hay algo que te hubiera gustado añadir que no has podido contar?
AF: Cuando lo he vuelto a leer he ido quitando, he ido poniendo... pero a veces pienso que a lo mejor se podría explicar, sin victimismos, cuando cuento por ejemplo que no dejaban a los niños ir conmigo. Creo que podría haberme explayado más en algunos temas pero creo que por miedo, por no parecer que me hago la víctima o por no ser pesada, hay temas que quizás he tocado algo por encima. En los que no he querido enrollarme. O, por ejemplo, mi amigo Beltrán, de quien hablo en el libro, se lo envié para que me dijera qué le parecía antes de mandarlo a corregir. Y me dijo que le parecía que pasaba muy por encima la etapa en la que vivimos juntos, no porque le nombre a él, sino porque fue una época muy chunga.
Así es igual hubiera detallado algunas cosas, pero es verdad que es mi primera vez haciendo algo así, y que así está bien, que todo el mundo me dice que se lee muy fácil y eso es lo que es importante.
EI: Además el formato diario, con las pausas para reconectar, lo hace muy ameno.
AF: Claro, yo iba escribiendo y veía que había mucho desorden, entonces a veces me bloqueaba. Pero me ponía a escribir lo que sentía y sale eso, etapas de autodestrucción porque a veces mi cabeza tiende a eso. Y no he puesto todo, pero creía que debería poner los momentos que había tenido durante los momentos de mierda.
Yo tiendo a escribir en diario porque te lo recomiendan, porque hay que poner en palabras cómo te sientes. He aprendido con esto lo mal que me hablo, no me tengo que machacar tanto. Estoy aprendiendo mucho gracias a esto y la terapia.
AF: Hablas en el libro de la terapia de biodescodificación.
EI: Sí, pero no la he probado. Me gusta leer sobre todas las terapias alternativas, aunque no creo que haya que hacer solo eso. Está bien compaginarlo con médico y terapeuta tradicional, de los que tienen la carrera. Hay que tener cuidado también porque hay muchos gurús que te venden la moto, pero a mí me ha ayudado. Van a tu árbol genealógico, a tus vidas pasadas, son cosas que parecen muy místicas pero luego empiezan a tener sentido.
"Hay muchos gurús que te venden la moto"
Empiezas a mejorar y entiendes que eres así porque tus padres fueron así o tus abuelos fueron así. Hay muchos libros que cuentan cosas de este tema, pero por ejemplo mi madre es muy escéptica de esto y yo tengo muchísimas anécdotas de esto que no he querido contar porque no quería que me criticaran. Porque yo no quería recomendar solo la pseudociencia, a mí me ha ayudado mucho pero también me ha ayudado la medicación. Económicamente es más gasto porque obviamente no te lo cubre la seguridad social, pero me siento privilegiada por haber podido hacerlo.
AF: Como por ejemplo el tema de las enfermedades emocionales.
EI: Bueno, es que eso lo habla Marián Rojas Estapé, que es médico, psiquiatra, así que cada vez es más habitual que se hable de estas cosas.
AF: Para hablar también de tu carrera musical, dices que sientes que has tomado muchas malas decisiones. Ahora estás más centrada en el teatro, ¿Es una consecuencia de tu carrera o te has dado cuenta de que esto es lo que querías?
EI: Son las dos cosas. En el teatro es donde me veo más, siento que es mi sitio. La música es muy complicada, para tener una carrera mínimamente exitosa hay que dedicarle mucho tiempo, es mucho dinero. Tener una discográfica que confíe en ti, porque ahora como ha cambiado todo. A mí me trataron superbien, pero es verdad que con la serie y todo yo no tenía claro lo que quería.
La edad, también, yo no era compositora y ojalá me hubiera dejado asesorar bien y no sabía qué tipo de música quería hacer y la industria iba cambiando. Tener la puerta abierta de la interpretación me hacía pensar que eso me gustaba más. Todo el mundo me decía que no tenía que elegir, pero a lo mejor yo no daba esa imagen de claridad.
Pero, pese a todo, podía haberme ido mal y yo he conseguido seguir manteniéndome y aquí sigo. Eso es lo importante.
AF: Y con muchísimas tablas.
EI: Habiendo empezado tan joven, llevo ya veinte años en esto. Yo no me veo haciendo otra cosa. Estoy contenta, estoy en el teatro, estoy haciendo lo que me gusta y obviamente tengo ganas de hacer una serie, algo audiovisual, pero ya llegará cuando tenga que llegar.
EI: Pasando al Benidorm Fest, a principios de año dijiste que ir a Eurovisión te hubiera desestructurado mucho. Algo que se comenta mucho es que nadie que se presenta al Benidorm Fest quiere ir realmente a Eurovisión. ¿Es verdad?
AF: No, sí que hay mucha gente que quiere ir. Yo evidentemente estaba abierta, si te presentas sabes que puedes ir. Había una parte de mí que pensaba que mi canción me gustaba mucho pero no era tan eurovisiva como otras. Aunque luego en Eurovisión hay de todo. Hay un momento en el que parecía que iba a acabar yendo y daba miedo, pero si voy es porque tiene que ser.
Lo que da miedo es el foco. Porque en el Benidorm Fest somos muchos y en Eurovisión eres tú sola, se centra en ti. Eso es complicado de gestionar y lo hubiera hecho como hubiera podido para lidiar con las críticas, la gente preguntándose qué hago o diciendo que soy una enchufada. Pero ahora tengo herramientas que a lo mejor hace unos años no tenía.
Peor si hubiera sido lo hubiera dado todo igual y hubiera aprendido mucho. Pero sí, había gente que quería ir, aunque también había quienes no querían y no nos lo decían. Pero había gente que estaba a full, como para no: ir a Eurovisión te da muchísima visibilidad, te sube el caché, para una persona que se dedica a la música es muy guay.
EI: ¿Y te volverías a presentar al Benidorm Fest?
AF: Por volver a vivir lo que viví sí, pero porque fue muy guay y a mí me encanta, pero no, yo creo que no es el momento. Ahora que toda la gente talentosa que vale mucho que se presenten. Yo ya tuve mi momento y ya está.
EI: ¿Qué plan u objetivo te pones para el año que viene?
AF: Seguir en el teatro, aunque me encantaría el año que viene tener la suerte de volver delante de una cámara, que me gusta tanto. Pero no tengo ningún plan. Me gusta hacer de todo y creo que tengo que abrazarlo porque me gusta cantar, actuar, presentar así que voy a intentar que la vida me vaya llevando y seguir trabajando en el proceso. Y no me voy a etiquetar porque me limita.
EI: Y releyendo el libro, ¿hay alguna época que revivirías?
AF: La época de Los Ángeles, que me lo pasé tan bien... o Tu cara me suena, que volvería a hacerlo una y mil veces.
EI: Gracias, Angy.
AF: Gracias a ti.
Tras la entrevista, la sensación es que Angy tiene miedo de hablar demasiado de cosas negativas pero la energía que transmite es positiva, alegre, ilusionante. La misma que siempre ha querido hacer llegar a través de sus redes sociales y sus trabajos. Una dualidad que no todos entienden, pero que se explica directamente en el título de su libro, Bonito desastre. "Yo siempre he sido de muchas contradicciones, la vida es esto. A veces es bonita y a veces es un desastre", explica.
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