Melanie Trump no ha acudido este miércoles con su marido a la Casa Blanca. La futura primera dama ha rechazado la invitación de la actual, Jill Biden, rompiendo así con la tradición por segunda vez. Eso sí, en esta ocasión el motivo ha sido muy diferente al que expusieron en 2020 para no invitar al Despacho Oval a los ganadores de las elecciones. Según una persona cercana ha confirmado al New York Post, el motivo en esta ocasión es que la mujer de Joe Biden "no es alguien con quien necesite reunirse".
De hecho, la fuente cercana a la familia Trump que ha hablado con el citado medio asegura que "los Biden son asquerosos". "El marido de Jill Biden autorizó que el FBI revisara su cajón de ropa interior", añade. Hace referencia al registro que las autoridades hicieron de Mar-a-Lago, en agosto de 2022, como parte de la investigación federal de documentos clasificados.
Una ocasión de la que Melania habló en una entrevista con Fox: "Me enfadó, fue una invasión de mi privacidad. La manera en la que se hizo me sorprendió mucho". "Vi cosas desagradables que nadie quiere ver", aseguró, explicando lo que vio cuando volvió a casa y vio todo lo que habían revuelto los agentes del FBI.
Las entrevistas con Melania Trump son caras
El equipo del presidente ha querido convencer a la futura primera dama de que cambie de idea, ya que consideran que es importante que acuda este miércoles al encuentro con Jill Biden. A Daily Mail también le han confirmado que Melania Trump no tiene intención de ir y, de hecho, revelan que la mujer del presidente electo no ha hablado con Jill Biden.
La excusa oficial para faltar a la cita ha sido, por supuesto, que Melania está muy ocupada con el tour promocional de su nuevo libro. Sin embargo, no han sido muchas las conversaciones que ha tenido con medios de comunicación para dar a conocer "su historia". Lo cual se entiende más al conocer que a la CNN le pidieron 250.000 dólares para realizar una entrevista y la cadena decidió reverlarlo, ante lo que la editorial del libro aseguró que había sido un error.
"Pagar a una figura pública por una entrevista, especialmente la mujer de un candidato político, está muy mal visto en la mayoría de las redacciones, que suelen tener instrucciones estrictas ante estas prácticas", aseguraba la CNN en su publicación del pasado 3 de octubre.
No es la primera vez
Este encuentro entre el presidente electo y el que todavía ostenta el cargo tiene lugar de manera tradicional después de las elecciones. Pero esta vez Donald Trump y Joe Biden se sentarán en el Despacho Oval mientras que Jill Biden tendrá que ocuparse con otros asuntos. No es la primera vez que se rompe la tradición porque, curiosamente, los Trump ya forzaron la misma situación en las elecciones de 2020 cuando no invitaron al matrimonio ganador a la Casa Blanca.
No solo eso, sino que tampoco acudieron después a la ceremonia inaugural al considerar que había habido interferencias en los resultados. En 2016, los Obama sí realizaron este gesto cuando Donald Trump ganó por primera vez y los dos presidentes tuvieron solo buenas palabras el uno para el otro.
"Tengo gran respeto por él, la reunión duró casi hora y media y, si fuera por mí, podría haber durado mucho más. Comentamos muchas situaciones diferentes, algunas maravillosas y otras más difíciles", comentaba el entonces presidente electo sobre su reunión con Barack Obama hace ocho años. Por su parte, Michelle Obama y Melania Trump también se vieron, intercambiando consejos sobre cómo "educar a sus hijos".
El nuevo papel de Melania
Melania Trump no ha formado parte de gran parte de la campaña electoral de Donald Trump, pero reapareció en el día de las elecciones. Además, se mostró presente, sonriente y en primer plano en vez de difuminarse entre la multitud como hizo en la primera ocasión en la que su marido ganó en 2016. Lo hizo con un estilismo serio y estricto, mostrando una nueva imagen que llamó la atención de los espectadores.
Los expertos han calificado este cambio de actitud como una Melania más segura de sí misma y del puesto que quiere ejercer. Sin embargo, hay quienes dicen que la mujer de Donald Trump no vivirá siquiera en la Casa Blanca durante este segundo mandato. Su hijo Barron, el pequeño de la familia, se irá a estudiar la universidad en Nueva York, por lo que tampoco se le espera.
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