A menos de 24 horas para que abra al público la exposición La tiranía de Cronos en el Banco de España, por fin se han desvelado las piezas que protagonizarán la muestra: los retratos reales realizados por la fotógrafa norteamericana Annie Leibovitz con ocasión del décimo aniversario de la proclamación del rey Felipe VI. Unas imágenes espectaculares que fueron presentadas a la prensa el lunes y que sorprenden por el habitual estilo cinematográfico de la fotógrafa.

Las fotografías se tomaron el pasado 7 de febrero durante una sesión de cinco horas, con una pausa para comer. Annie Leibovitz ha sido la encargada de hacer las fotos, pero también ha tenido libertad total para escoger y editar el resultado final de entre la multitud de tomas que consiguió en esa jornada.

El vestido histórico de la reina Letizia

Uno de los detalles más llamativos es el traje que lleva la reina Letizia, más allá de los pendientes de chatones a juego con el collar, ambos de la colección de la reina Ena. La mujer de Felipe VI ha querido pasar a la historia luciendo un histórico vestido de Cristóbal Balenciaga, diseñador que ha marcado la moda española y que nunca había lucido hasta ahora. Se trata de un dos piezas que se pidió prestado a la fundación Antoni de Montpalau, a petición de la asturiana, un traje de color negro que conjunta con un chal rojo.

Como si la combinación de colores no fuera lo suficientemente hollywoodiense, el vestido y su figura acrecientan aún más esa sensación, dando una imagen de estrella de cine a la reina Letizia. El vestido de gala en negro, con todo el cuerpo drapeado y escote palabra de honor, termina en un cinematográfico bajo de tul con volumen.

Vestido de Cristóbal Balenciaga expuesto en la Fundación Antoni de Montpalau.

¿A quién pertenece el vestido?

La colección de Antoni de Montpalau nace en 2004, amparada por la Asociación Antoni de Montpalau por el coleccionismo y la difusión del textil. En 2013 se transformó en fundación y ha crecido, según aseguran en su web, sin ningún tipo de subvención pública. Tiene más de 6.000 prendas entre trajes, complementos, tejidos, dibujos, fotografías, objetos y documentos, explican.

Expuesto en Sabadell, donde se encuentra la colección, este traje está fechado en 1948. Perteneció a Maria Junyent, hija del pintor, escenógrafo y coleccionista Oleguer Junyent. La familia era vecina del taller de Balenciaga y lo donó a la fundación en el año 2008, conscientes de la importancia histórica de una pieza así. Sin embargo, no podían haber imaginado que la reina Letizia acabaría luciéndolo en este retrato clave.

No pasa inadvertido que la reina no luce ni una tiara ni la banda de Carlos III, tal y como señalaba Yolanda Romero, conservadora del Banco de España.

Localización inspirada en Velázquez

El rey se probó tres estilismos diferentes para seguir las directrices de la fotógrafa. Finalmente, en la fotografía escogida luce el uniforme de gala del Ejército de Tierra. En su retrato, lo rodean todos los elementos del retrato clásico "desde el espejo, a la mesa, una lámpara de araña o una puerta abierta con cortinajes", explicaba Yolanda Romero. Concretamente, Patrimonio Nacional señala que la araña "es la de mayor contenido simbólico entre las numerosas encargadas por Fernando VII".

Además del vestido de doña Letizia destaca también la localización escogida. El Salón Gasparini del Palacio Real de Madrid es uno de los más hermosos del majestuoso edificio, que además ha llegado a la actualidad sin apenas cambios. Era la sala donde el rey se vestía y recibía las audiencias reservadas, según indican desde Patrimonio Nacional. El último cambio lo pidió Alfonso XII, que hizo restaurar esta sala en 1879 y desde entonces se encuentran guardadas las cortinas, bordadas con el diseño de la habitación, que cubrían puertas y ventanas.

El salón Gasparini del Palacio Real de Madrid, donde Annie Leibovitz ha fotografiado a los Reyes. | Patrimonio Nacional

En sus paredes, algún día colgaron las obras de Velázquez La Fragua de Vulcano, Las Hilanderas y Los Borrachos. Precisamente, Leibovitz se inspiró en Velázquez y sus Meninas para la elección de la luz. El resultado son dos obras "muy pictóricas, envolventes, realizadas en tela, impresas en Estados Unidos y de edición única", tal y como explicó el lunes la conservadora. Concretamente, están impresas con tinta de secado UV (proceso fotoquímico de baja temperatura) sobre lienzo de poliéster imprimado.