Este jueves Selena Gomez anunció en redes sociales su compromiso con el productor musical Benny Blanco. La pareja, que sale desde hace aproximadamente un año y medio, lleva meses esquivando los rumores de matrimonio. Por eso la publicación llegaba como agua de mayo y sus seguidores corrían a fijarse en todos los detalles. Uno de los que primero llamó la atención fue el lugar, pero por supuesto lo que más brilla es ese espectacular anillo de pedida.

El Independiente se ha puesto en contacto con un experto en joyas para identificar cuál puede ser el valor de esta pieza, que desde luego deslumbra por su tamaño. Nacho Luna, CEO de Moon Diamonds y director de joyas de Magna Auctions, calcula que pueda ser un diamante de 3 quilates o más, con un corte marquesa. "Una elección elegante, sofisticada y atemporal", asegura el diamantero. "La sortija se compone de una banda pavé de oro amarillo con el diamantes engarzados, además del diamante principal en forma alargada", añade. "Probablemente tenga una calidad excepcional y un precio que podría superar el millón de euros", finaliza.

Por supuesto, todo esto es el análisis que Nacho Luna puede extraer de la fotografía, sin tener en cuenta la claridad o el grado de color, que solo podrían examinarse en primera persona. Sin embargo, conocer el valor y la descripción de la joya ayuda a comprender lo que parece una nueva tendencia en el mundo nupcial.

¿Por qué marca un cambio en las tendencias de joyas?

Después de una etapa en la que los diamantes de color (los de Jennifer Lopez) o las gemas del estilo zafiro (como el de Kate Middleton) o esmeralda (el de Megan Fox) habían dominado el mundo de las celebrities, parece que hay una vuelta a los clásicos. Benny Blanco ha escogido para Selena Gomez un clásico, aunque el corte marquesa que le aporta un estilo especial. Otras estrellas que tienen este tipo de piezas y que los convirtieron en icónicos fueron Jackie Kennedy o, más recientemente, Victoria Beckham. También Catherine Zeta Jones tiene uno que además es vintage de los años 1920.

Se trata de un estilo que se origina en la corte del rey Luis XV de Francia, que pidió que le hicieran un diamante con la forma de los labios de su amante, la marquesa de Pompadour. Estuvo especialmente de moda en los años 70 y hasta el comienzo de los 2000, pero en los últimos años el corte princesa o el ovalado han sido los que se han llevado todo el mercado. Sin embargo, debido a que los diamantes siguen siendo uno de los bienes más preciados, y a que este corte ya no es tan habitual, se ha convertido en una forma especialmente valorada por ser poco frecuente.