El vestido de la preboda de Ana María de Grecia, un espectacular traje con voluminosa falda de tul y un patrón de bordados y red, ha reaparecido ahora sesenta años después de su uso. Así lo ha compartido el periodista griego Andreas Megos. Un traje que se puso para una fiesta celebrada dos días antes del enlace y que se ha encontrado durante las obras de reacondicionamiento del Palacio Real de Tatoi, el lugar donde creció la reina Sofía en Grecia. No es el primer tesoro que resurge de entre los escombros de este espectacular edificio, ¿qué más puede aparecer?

El noviembre de 2023 ya había aparecido el vestido de novia que se puso Ana María de Grecia para el día de su boda. Un precioso traje del diseñador danés Jørgen Bender con cuello de barco, mangas francesas y corte imperio, un diseño que encaja perfectamente con la época (1964) pero que, debido a su sencillez, podría mantenerse vigente a día de hoy.

El vestido de Ana María de Grecia, de dos días antes de su boda con Constantino II, ha reaparecido en Tatoi. | Colección de fotos Anefo

Otras joyas han aparecido en las ruinas del palacio

Aquella preciosa pieza fue hallada dentro de una maleta marcada con las letras A y M. Unos meses antes, en julio de 2023, aparecieron las joyas de la corona griega, que se creían perdidas desde hacía cuarenta años. Sorprendentemente, todo se salvó de los saqueos y curiosos que pudieron haber entrado en el palacio durante los años de abandono.

Entre las joyas que aparecieron aquel año están una corona, un cetro y una espada, todo ello de otro, perteneciente al primer rey de los helenos, Otón de Wittelsbach. Estas piezas, que representan lo que una vez fue la monarquía de los griegos, aparecieron durante el trabajo de documentaciones de los bienes que había en el palacio. Fue la ministra de Cultura del momento, Lina Mendoni, quien informó de los hallazgos y aseguró que estaban embaladas cuidadosamente y en perfecto estado.

La transformación de Tatoi

Este descubrimiento fue "inesperado", pero fue solo el principio de esta lista de hallazgos. Supuso además un nuevo incentivo para terminar las obras que dieron comienzo a este aparente pozo de tesoros ocultos. Fue precisamente en 2023 cuando se anunció que comenzarían las obras con la intención de abrir de cara al público en 2025. A pesar de que actualmente Grecia es una república, su pasado como monarquía se considera una parte muy importante de su historia y buscan preservarlo como atractivo turístico. Aunque no hay fecha confirmada, los medios griegos apuntan a que se estima finales de año para la apertura.

El Palacio Real de Tatoi se convirtió en 1948 la residencia permanente de los reyes Pablo y Federica de Grecia. Estaba solo a 30 kilómetros al norte de Atenas, por lo que ofrecía lo mejor de los dos mundos para la familia: la urbe y el campo. Para entonces ya tenían a sus tres hijos: Constantino, que después se convertiría en el último monarca de los helenos; Sofía, que sería más tarde reina consorte de España; y la princesa Irene. Su deseo era que los pequeños crecieran rodeados de la naturaleza y la tranquilidad de la zona tras el exilio de la Segunda Guerra Mundial, pero esa paz no duró mucho.

Tras el golpe de Estado de los Coroneles en 1967, la familia abandonó Grecia y partió de nuevo al exilio, dejando el palacio a la merced de los ladrones. Aunque siguió siendo propiedad de la familia real griega hasta 2003, cuando el Gobierno indemnizó a la Constantino II y pasó a formar parte del Patrimonio Nacional. Pese al cambio de manos, el edificio continuó en su deterioro hasta veinte años después, cuando tras la muerte del último monarca se puso en marcha su transformación.

¿Quién está detrás de esta restauración?

Encabezada por Pablo de Grecia, actual jefe de la Casa Real, la familia real griega volvió a Tatoi acompañada por la española en enero de 2023. Hasta allí se desplazó no solo la reina Sofía, también el rey Juan Carlos I de España, el rey Felipe y la reina Letizia. Igualmente las infantas Elena y Cristina y sus hijos. En 2021 los terrenos habían sufrido como parte de los terribles incendios que asolaron Atenas y las llamas se habían quedado a pocos metros del mausoleo que guarda los restos mortales de la familia.

Porque además de los recuerdos que todavía guarda el edificio, en estos terrenos están enterrados los padres de Constantino II, sus abuelos y sus bisabuelos. Es decir, también se encuentra Andrés de Grecia y Dinamarca, el padre del duque de Edimburgo y marido de Isabel II de Inglaterra, el príncipe Felipe.

Por lo tanto, consciente de cómo sus raíces se remontan también a Grecia, el rey Carlos III tomó la decisión de ayudar al Gobierno heleno. A través de la Prince's Foundation, el monarca británico presta asesoramiento a las autoridades para transformar el edificio en un museo. El mismo en el que su padre, Felipe de Edimburgo, pasó parte de su infancia. Así lo anunciaron en diciembre de 2022 tras una reunión en el castillo de Windsor con Kyriakos Mitsotakis, primer ministro de Grecia.

Los cambios que habrá antes de convertirse en museo

Según explica el medio griego Kathimerini, este mismo otoño el museo estará listo para abrir sus puertas, aunque no al 100%. En las caballerizas restauradas estarán los antiguos vehículos de la familia real, así como herramientas para la producción agrícola y ganadera de la finca. Otra zona estará habilitada para conferencias y eventos. Los jardines, el invernadero y la cancha de tenis también avanzan a velocidad de crucero para dejarlo listo de cara a finales de este año.

El presupuesto total de este proyecto ha alcanzado los 58 millones de euros, según la misma publicación, pero el Gobierno planea seguir los pasos de Carlos III y sacarle provecho a la zona. Según el medio económico griego ot.gr, se han presentado varios planes para restaurar la historia vinícola y agrícola de los terrenos, que una vez produjeron una famosa mantequilla y vino.