"Es a esta artista a la que con un corazón emocionado, dedicado y agradecido, debo toda mi preparación y mi formación artística como actriz y músico. Además de darme su valiosa enseñanza, esta mujer me dio también su corazón", aseguró Maria Callas en una entrevista con la revista italiana Oggi en 1957. No hablaba de sí misma, hablaba de una cantante española que le cambió la vida.

Maria Callas está en boca de todos porque el próximo 7 de febrero se estrena en cines españoles la película dirigida por Pablo Larraín y protagonizada por Angelina Jolie. Un filme que explora los últimos días de su vida en París, sufriendo con los dolores y la tristeza por no poder volver a cantar. Falleció un 16 de septiembre, meses antes de cumplir los 54 años, a causa de una insuficiencia cardiaca. Pero muchos años antes, cuando todavía no era La Divina o la soprano más popular del mundo, lejos de la capital francesa, no era más que una joven con mucho potencial.

Elvira de Hidalgo en una foto de su juventud.
Elvira de Hidalgo en una foto de su juventud. | Library of Congress

La profesora que enseñó a Maria Callas a cantar

Y hay una española que vio a esa niña. A ese talento en bruto. Se llamaba Elvira de Hidalgo y, como Maria, era soprano y había recorrido el mundo con su voz, pero cuando conoció a la griega-estadounidense se dedicaba a dar clases. Comenzó su carrera en la enseñanza, precisamente, en Atenas tras haber recorrido el mundo entre su debut en 1916 en La Scala de Milán y su retirada de los escenarios en 1936. Fue en la capital griega donde conoció a la joven, a quien dicen que enseñó no solo en el plano vocal sino también en el humano.

Elvira enseñó a María la seguridad y la confianza en sí misma que después le hizo tanta falta en una carrera tan exigente. Pero también colaboró en formar la voz que después conoció el mundo. Tal y como explica Miguel Ángel Santolaria, Presidente de la Asociación de Amigos de la Música de Zaragoza A.M.B.A., le enseñó su timbre "cálido y argentino, de una suavidad y dulzura fuera de lo común, pero intenso y vibrante al tiempo, especialmente en el registro sobreagudo, tímbradísimo y de una gran extensión".

"Las coincidencias en la forma de emisión y ataque de agudos y sobreagudos entre ambas no es casual", comenta el mencionado experto. "En la Callas siempre sonaron lejos de la pureza tímbrica de la Hidalgo, con un velo y una estridencia que delataban la artificialidad de este registro. Era el precio por no aligerar el centro y conservar un color más oscuro", añade.

Elvira de Hidalgo falleció en 1980, cuando estaba a punto de cumplir los 90 años.
Elvira de Hidalgo falleció en 1980, cuando estaba a punto de cumplir los 90 años. | Library of Congress

La historia de Elvira de Hidalgo

Pero a pesar de todo su talento, Elvira de Hidalgo ha sido olvidada por la cultura popular, mientras que Maria Callas se ha quedado en el imaginario. La española recorrió el mundo con su arte tras haber nacido un día de los inocentes de 1891 en un pueblo de Teruel. Su nombre real era mucho menos sonoro: Elvira Juana Rodríguez Roglán, así que cuando se trasladó a Barcelona para estudiar música y canto empezó a utilizar el artístico. Allí aprendió junto a la soprano catalana Conchita Bordalba, pero en 1908 pudo trasladarse a Milán con una beca. Y con solo 16 años debutó en el teatro San Carlo de Nápoles, en abril de 1908, como Rosina en El barbero de Sevilla.

Fue precisamente esta ópera con la que se hizo más famosa. Pero fue aquí donde comenzó su recorrido, pasando por Montecarlo, París, Praga, Nueva York, Viena, o Londres entre otros. Por supuesto, también Roma, Madrid y Barcelona, y algunos lugares de Latinoamérica como Buenos Aires.

Los parecidos entre Elvira y Maria

A pesar de que no pasó muchos años con Maria Callas, fueron muy significativos. Entre 1938 y 1943, cuando la Divina tenía entre 16 y 20 años, trabajaban juntas el impresionante rango vocal que ambas tenían. No era lo único en lo que se parecían. Las dos tenían fama de tener mal carácter, de ser egocéntricas. Les gustaba la moda, las joyas y el maquillaje, accesorios con los que potenciaban la imagen de divas que ellas, deliberadamente, pretendían externalizar.

Además, ninguna de las dos tuvieron hijos, pero sí perros en los que volcaron todo su cariño. Las dos se casaron, pero sus matrimonios no duraron mucho. Y, por supuesto, ambas se relacionaron con la flor y la nata de la sociedad internacional, incluidos diplomáticos, ricos, burgueses e incluso algún que otro royal.