El look de Melania Trump ha dado que hablar sin que hubiera empezado siquiera el acto de inauguración de su marido, Donald, como presidente. La exmodelo ha escogido, sorprendentemente, un conjunto que no es en absoluto lo esperado. Si en 2017 optó por lo esperado con un diseño del estadounidense Ralph Lauren, uno de los más famosos de la moda del país, esta vez ha preferido un artista más desconocido. Se trata de un conjunto bicolor del newyorkino Adam Lippes, conocido por su trabajo en Oscar de la Renta y que en 2004 abandonó su puesto en la firma para centrarse en su propio proyecto.

"La tradición de la inauguración presidencial da forma a la belleza de la democracia americana y hoy hemos tenido el honor de vestir a nuestra primera dama, Melania Trump", ha escrito Adam Lippes en un comunicado. "El outfit ha sido creado por los mejores artesanos de América y me enorgullece enseñar este trabajo al mundo", ha añadido.

El momento más viral entre Trump y Melania

Sin embargo, el motivo por el que este conjunto ha sido tan comentado ha sido otro. Parte del look ha dado lugar a un momento algo extraño entre el matrimonio: el sombrero tipo pamela. Diseñado por Eric Javits, de color azul marino con una banda blanca en la parte baja de la copa, cubría los ojos y casi la mitad del rostro de Melania. Un accesorio del que no ha prescindido, ni siquiera cuando le dificultaba el saludar a su marido.

A su entrada en la sala, Donald Trump se ha acercado a su mujer, Melania, para darle un beso en la mejilla. Sin embargo, el ala de su sombrero ha impedido al nuevo presidente acercarse a su mujer, así que finalmente ha soltado un beso al aire. Las cámaras han captado los centímetros de diferencia que separaban al político de la exmodelo eslovena, ambos haciendo el gesto con los labios para un beso fantasma.

Rápidamente, las redes sociales han estallado ante este momento. "Melania no estaba dispuesta a darle oportunidades", aseguran algunos usuarios. "Si algunos os preguntáis por qué llevaba sombrero este es el motivo", comentan otros. La imagen ha corrido como la pólvora en cuestión de minutos, quizás eclipsando el estilismo y su delicada estructura clásica.

Las claves del look

El look de Melania ya fue muy comentado en 2017. Si aquel recordaba a Jackie Kennedy, este supone una nueva página respecto a su anterior paso por la Casa Blanca. Ya en la noche electoral, la exmodelo ha apostado por un conjunto mucho más sobrio, serio y profesional. Si aquel fue un conjunto de dos piezas de color gris jaspeado, esta vez ha sido un abrigo largo de color azul marino.

Melania Trump camina junto a Jill Biden a la salida de la Casa Blanca.
Melania Trump camina junto a Jill Biden a la salida de la Casa Blanca. | EFE

Fabricado en lana de seda, por debajo de las rodillas. Con doble botonadura cruzada, amplias solapas y por debajo una blusa de cuello alzado con el frente cruzado. Un diseño que deja un claro mensaje como ya lo hizo el de noviembre: está lejos de la exmodelo eslovena que se casó con Donald Trump en 2005 y que posaba con bikini dorado para Annie Leivobitz. Marca la distancia con aquella versión de sí misma, pero también con el resto del mundo al ocultar parte de su rostro. No está dispuesta a que la prensa o el escrutinio público le afecten como pasó en el primer mandato de su marido.

Melania va a apostar en este segundo mandato por una figura más seria, que habla de la escritora que estaba demasiado ocupada con su autobiografía como para acudir a la campaña de Trump. Incluso aunque eso no signifique que renuncie a la moda o a la feminidad. Estructuras más marcadas, más sobrias y conservadoras, con las que pretende transmitir confianza, poder y autoridad.

Donald Trump coge la mano de su mujer durante la inauguración de su mandato. A su lado están Barron Trump y JD Vance.
Donald Trump coge la mano de su mujer durante la inauguración de su mandato. A su lado están Barron Trump y JD Vance. | EFE

El detalle español

Si bien el sombrero ha sido el que se ha llevado todas las miradas, había un detalle español en el look de Melania que no ha pasado desapercibido. La nueva primera dama se ha puesto unos zapatos de tacón vertiginoso que firma el prestigioso diseñador Manolo Blahnik. El mago de los tacones a quien Carrie Bradshaw y Sexo en Nueva York llevaron a lo más alto nació hace 82 años en Santa Cruz de la Palma, en Santa Cruz de Tenerife.

Aunque su firma empezó en Londres en los años 70, nada puede separar a los Manolos de su identidad española. El diseñador se ha convertido en uno de los más famosos zapateros del mundo gracias a la sensualidad y sofisticación de sus tacones. Unas piezas que son famosas por evitar las tendencias y acercarse más a los conceptos clásicos que siempre han funcionado para él. Altura, punta afilada y los famosos broches inspirados en los que lucían Napoleón Bonaparte, y su esposa, Josefina.

Ahora Melania ha vuelto a situar a los Manolos en el objetivo de la moda con su elección.