"Say yay, yay, yay!" cantaba Barei en el escenario de Eurovisión de 2016. Aquella actuación la catapultó a la fama en España y cambió su vida. Sin embargo, llegó a aborrecer el tema y su carrera, así que cuando fue madre se tomó un descanso de la vida pública. Siguió trabajando como compositora, eso es algo a lo que nunca ha renunciado. En 2024, la madrileña (cuyo nombre real es Bárbara Reyzábal González-Aller y tiene 42 años) decidió volver a los escenarios y replantear su carrera musical.

Una Barei más reflexiva, cuyo trabajo en terapia también suena a través de sus letras. Un trabajo en el que se ha volcado para reflejar esta versión evolucionada de sí misma en donde lo más importante es la música. El primer disco de este nueva etapa se llamará Trece y saldrá el próximo 31 de enero, con un single que sin duda sonará fuerte en las radios.

Hace algunos meses, cuando todavía no había fecha para el disco, Barei se sentó con El Independiente para hablar de su nueva etapa musical. La cantante expresó y explicó el motivo de su cambio, porque entre los detalles más llamativos está el hecho de que ya no cante en inglés. Algo que ella considera más auténtico porque "no piensa en inglés", por lo que los sentimientos son más espontáneos. Pero no es lo único que ha evolucionado desde su último trabajo, y ya se aprecia en Cuéntame qué te pasa, el single que sacó en noviembre.

El Independiente: ¿Quién es ahora Barei?

Barei: Estoy en un momento muy diferente al que estaba antes, creo que he cambiado mucho como persona. He crecido mucho, me he conocido mucho en estos últimos años desde que fui madre y toda la escala de valores y de prioridades cambió en mi vida. Es como si estuviera descubriéndome ahora. Llevaba mucho tiempo enfocada en ser lo que yo pensaba que la gente querría que fuera. Y ahora estoy entendiendo quién soy de verdad. Aceptando quién soy. Abrazando quién soy. Dándome el permiso de ser yo. Y creo que en este disco también se refleja mucho eso.

EI: También vuelves al español.

Barei: La vuelta al castellano es por eso, porque es más verdad. Yo al final no pienso en inglés, me encanta el inglés, las influencias de toda la música que escuchas son de fuera. Me siento más verdad, más sincera, más fiel a lo que ahora mismo quiero contar. Es una manera mucho más espontánea de componer y crear.

EI: ¿Qué prefieres, sentarte en el estudio o salir al escenario?

Barei: Creo que la combinación de los dos. Me agota más emocional y físicamente el escenario, por todo lo que conlleva de preparación, de nervios, no de expectativas… pero sí son muchas cosas a tener en cuenta y quieres hacerlo bien. Me desgasta más un directo. En cambio, en el estudio fluyo de manera más fácil, me exijo menos a la hora de crear. A la hora de seleccionarlo, llevarlo a su fin y grabarlo vuelve la exigencia pero no tienes que preparar tantas cosas. Es ir a ser y ver qué sale y si no sale ese día siempre puede salir otro, en un concierto o sale bien o no. Entonces me desgasta menos el estudio pero me encanta el escenario.

EI: ¿Te ha dado miedo volver a los escenarios?

Barei: Más que miedo sentía rechazo. Por todo lo que conlleva el foco. Exponerme. Me genera rechazo porque he cambiado toda mi escala de valores, lo que ahora me importa en la vida. Toda esa parte de tener que estar pensando, ¿en qué me pongo? ¿Cómo estoy? Estar sonriente, amable, buena cara... tener que estar pensando en las redes sociales, en sí he subido algo o si no he subido algo si tengo que hacer contenido. Y todo eso no es hacer música, no conecto con toda esa parafernalia ahora.

EI: Hablas de la diferencia entre ser un producto y ser un artista.

Barei: Seas o no producto siempre es un negocio, es tu empresa, tu vida, tu medio de trabajo. Como cantante eres un producto a vender para poder vivir de ello. Al final es un trabajo de cara al público y lo que menos me gusta es esa parte superficial que antes quizás iba más conmigo, estaba más centrada en ser aceptada por lo de fuera. Lo único que me importa es responsabilizarme de mí independientemente de si al de enfrente le agrada o no. Aunque siempre hay resquicios cuando has estado haciendo eso toda tu vida por inseguridades o por heridas de infancia.

EI: ¿En qué momento superas ese rechazo al escenario?

Barei: Influyeron mucho las conversaciones que tenía con Jonathan Pons y Antonio Escobar. Son amigos, productores y coautores de todo el disco y me empujaron mucho. Me dijeron que al final cuando estás en el escenario disfrutas y se te ve disfrutar. No tienes por qué llevar tu carrera como la llevabas antes. Existe la posibilidad de gestionarte de otra manera desde la persona que eres ahora. En lugar de eso voy a disfrutar del camino y el proceso. Antes tenía la expectativa de a dónde iba a llegar, cuando solté ese apego al resultado dije 'voy a hacer lo que me salga para acompañar a quien quiera que le acompañe'. Sean 20 o 2.000 o 2 millones pero me sentiré tranquila. Lo que no quería era volver a ese punto de ansiedad en el que vivía.

EI: Ir sin discográfica te ayudará para eso.

Barei: Es que realmente yo solo he estado un añode los 24 que llevo de carrera. Estuve un año con Universal y realmente trabajando juntos solo fueron cuatro meses porque aunque seguí ellos tenían otras prioridades. Yo lo entiendo, pero estaba sin estar, sin existir. Era muy frustrante porque yo quería sacar cosas y no las descargaban, no las escuchaban, no me daban pie a nada. Entonces hasta que no me dieron la carta de libertad y ya pude continuar como independiente con otras cosas eso fue muy frustrante.

Así que tampoco puedo comprobar o contrastar, porque estaba además con un disco que ya había hecho libremente. Simplemente se reeditó con una canción que ya había ganado la preselección o sea que tenían que subirse al barco y remar conmigo a nivel logístico. Entonces por ese lado yo nunca he sentido la presión como otros artistas, siempre he hecho lo que he querido.

EI: ¿Volverías atrás para decirte 'no firmes', no vayas a Universal?

Barei: No, eso no porque yo creo que me ha enseñado también. No me arrepiento de nada. No volvería para dejar de hacer nada de lo que he hecho pero a mi yo de antes sí me hubiera dicho que se fiara más de su intuición. Que delegara en vez de querer controlarlo todo. Yo no he sabido hacer equipo porque tenía tanta necesidad de controlar todas las partes que al final ni dejaba trabajar bien a la gente ni yo trabajaba en lo que tenía que trabajar. Ahora sí lo estoy haciendo.

EI: ¿Hasta qué punto te ha ayudado la maternidad a cambiar de enfoque?

Barei: Creo que ha sido un compendio de todo. Al final creo que estos años de parón a nivel mediático me han dado perspectiva personal y profesional, tiempo para parar y observar, conectar conmigo. Intento no gastar tiempo en mirar las críticas o los comentarios, también, que es parte del desapego del resultado. En ese momento pude pero muchas veces me generaba ansiedad. Más críticas positivas y negativas que las de Eurovisión, que eres el foco absoluto, más que eso no creo que lo vaya a volver a tener.

EI: Tuviste polémica hace no mucho por tus declaraciones del festival.

Barei: Sí, lo de Israel. Dije que si solo hacemos del festival de Eurovisión algo meramente musical cualquiera puede participar porque solo es el artista y su música. Porque solo trata de la persona en concreto que va a cantar. Pero Eurovisión no es solo eso, hay un trasfondo y nace de una reivindicación no lo podemos desligar de un punto sociopolítico que tiene. Así que no puedes permitir ciertas cosas unos años y otros no. Hay que ser un poco equitativo y si hay una norma para todos y para todas es igual. Yo no soy nada política pero si me hablas de eso en concreto, creo que la justicia tiene que ser igual para todos y todas.

EI: ¿Por qué Trece?

Barei: Para mí es un número importante que me ha traído cambios, que tiene que ver con vivencias, con periodos de mi vida... con mi pareja de ahora. Y tiene que ver con que el 1 y 3 que juntos son una B. De hecho el logo ahora son esos números.