El juzgado de instrucción número 3 de Las Palmas de Gran Canaria ha ratificado la apertura de diligencias preliminares contra Anabel Pantoja y su pareja, David Rodríguez, quienes son considerados presuntos implicados en un delito de maltrato infantil hacia su bebé. La pequeña Alma, de tan solo dos meses, fue hospitalizada en el Hospital Materno Infantil de Gran Canaria a principios de enero.

El protocolo de actuación por el que se está investigando a los padres ha sido motivado por la remisión de un informe de lesiones desde el centro hospitalario al juzgado de guardia sobre la condición de la menor.

Fuentes cercanas a Anabel Pantoja han indicado que se trata de un proceso normal y que "no logran entender cómo se ha hecho público" a través de estas filtraciones. Según la información a la que ha tenido acceso El Independiente, desde el juzgado se les comunicó que todo se manejaría de manera discreta, ya que, al parecer, todo forma parte de un protocolo rutinario.

Aunque todavía no han transcendido las causas del ingreso ni el tipo de lesiones de Alma, se investiga si las lesiones sufridas por la menor fueron consecuencia de un acto involuntario o si, por el contrario, se trata de un episodio de violencia. Algunos medios informan que podría haber sufrido el síndrome del niño zarandeado, aunque todavía no hay nada confirmado.

El síndrome del niño zarandeado

Considerado una de las formas más habituales de abuso infantil, se trata de un traumatismo craneoencefálico, que se produce cuando un bebé es sacudido con fuerza, provocando movimientos bruscos de la cabeza que pueden ocasionar hemorragias cerebrales, daño neuronal severo, fracturas e incluso la muerte.  

Según la Asociación Española de Pediatría (AEP), este síndrome es una de las principales causas de lesiones cerebrales no accidentales en lactantes. Se estima que alrededor de un 25% de los bebés afectados no sobrevive, mientras que los que lo hacen pueden sufrir daños neurológicos irreversibles, como parálisis cerebral, ceguera, epilepsia o retraso cognitivo.  

Pese a la gravedad del problema, los casos de síndrome del niño zarandeado suelen ser difíciles de detectar y demostrar. Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), cada año se registran miles de casos en todo el mundo, aunque la cifra real podría ser mucho mayor debido a la falta de denuncias y diagnósticos erróneos.  

En España, un estudio del Hospital Universitario Niño Jesús en Madrid reveló que entre el 15% y el 30% de los traumatismos craneales en bebés menores de un año pueden estar relacionados con el zarandeo. Sin embargo, la falta de concienciación sobre el problema y la dificultad para probar el maltrato en muchos casos impiden que se actúe a tiempo.