¿Puede Melania parar a Trump? "Es realmente buena equilibrando a su marido"

Pocas horas después de que Donald Trump ofreciera su extravagante (e inhumana) solución para Gaza –expulsar a los habitantes que quedan allí y construir una nueva "Riviera" a la orilla del Mediterráneo sobre los escombros y los más de 61.000 muertos–, su esposa se ha aparecido a los mortales desde la portada de la revista española ¡Hola!. Se trata de un reportaje exclusivo con imágenes de su fotógrafa oficial, la belga residente en París Régine Mahaux. Mitad modelo mitad ejecutiva, Melania Trump luce imponente, dispuesta a "asumir toda la responsabilidad" que conlleva su posición con más libertad que nunca ahora que Barron, su hijo con el magnate, ya está más que criado.

"Es una persona diferente a la de hace ocho años", declara a ¡Hola! Mahaux, fotógrafa de los Trump desde 2008 y autora del nuevo retrato oficial de la primera dama. Una imagen en blanco y negro en la que Melania, vestida con un espectacular smoking negro, se apoya sobre el escritorio de su despacho en la Casa Blanca con el Mall de Washington al fondo.

En las imágenes publicadas en exclusiva por ¡Hola! puede verse a Melania a pie de pista hablando por teléfono bajo el morro del avión oficial de su marido, vestida con un impecable traje sastre gris y subida a unos altísimos zapatos de tacón burdeos que solo ella parece ser capaz de calzar con naturalidad. En otra foto mira a la cámara desafiante con un bonito abrigo azul desde un acristalado rincón de la Torre Trump de Nueva York. Una estampa de la última campaña presidencial con traje de chaqueta rojo, otra bajándose del coche con falda de cuero, gafas de sol y tacones de Louboutin y algunas instantáneas del día de la inauguración de Trump, entre otras, completan un reportaje que parece más bien un editorial de moda.

"Como la reina de Inglaterra"

Además de la fotógrafa, la revista ha recabado el testimonio de otras dos personas del "círculo de confianza" de Melania Trump: el diseñador y estilista Hervé Pierre Braillard, responsable de los vestidos que ella ha lucido en los dos bailes de inauguración de su marido; y la diseñadora de interiores Tham Kannalikham, que ya colaboró con la primera dama en la redecoración de la Casa Blanca durante el primer mandato de Trump y que ahora está volviendo a ayudarla, aunque "la señora Biden apreció la calidad y el esmero" del trabajo realizado por ambas en 2017 "y realizó cambios mínimos a lo que la señora Trump y yo habíamos completado". 

Estos colaboradores describen a Melania como una persona cercana y humana, que siempre se preocupa por quienes trabajan para ella. Dispuesta, incluso, a prepararles el primer café de la mañana. Una mujer que se levanta todos los días a las 6 de la mañana, que trabaja hasta pasada la medianoche y que nunca se queja. Ni siquiera el día de la segunda inauguración de su marido, en el que recorrió unos 16 kilómetros y subió 39 tramos de escaleras sin apearse de sus altísimos tacones. "Siempre he pensado que es como la reina de Inglaterra, ese tipo de mujer", asegura la fotógrafa Mahaux.

Una mujer "sin miedo de mancharse las manos" para quien su marido "siempre es lo primero". Según estas fuentes, poco sospechosas de querer desagradar a Melania, ella está "muy satisfecha con el lugar que ocupa en su matrimonio", que está "más sólido que nunca". Según la decoradora Kannalikham, Melania "entiende el poder de la escucha, un rasgo que a menudo se pasa por alto, pero que es fundamental para un liderazgo sólido". Algo que no sabemos si habrá aprendido de su marido o todo lo contrario. Fuerte pero de maneras suaves, como un guante de seda forjado en hierro, su fotógrafa asegura que Melania "es realmente buena equilibrando a su marido". Quizá dependa de ella que el flamante presidente no se lance a la piscina con algunas de sus disparatadas propuestas y amenazas.