Cuatro años después de que su carrera en Hollywood fuera arruinada por un escándalo mediático que incluía acusaciones de agresión sexual y fantasías de prácticas caníbales, Armie Hammer (38 años) vuelve a alegar en su favor, inmiscuido en su camino hacia la redención y su vuelta a la gran pantalla. Así lo ha afirmado el actor de Call me by your name en el podcast del periodista británico Louis Theroux, en dónde ha dicho que "no tiene problema en admitir que fue un gilipollas", pero que eso "no es ilegal".
El periodista ha sido directo en su entrevista: "¿Eres caníbal?", le ha preguntado, sin tapujos, al actor. "¿Sabes lo que hay que hacer para ser caníbal? Comer carne humana. Así que no", ha sido su respuesta.
En 2021, Hammer fue acusado de violación y comportamiento abusivo físico por una mujer, de nombre Effie, que aseguró que el actor había abusado sexualmente de ella en 2017. La joven acompañaba su denuncia con capturas de pantalla de mensajes de textos supuestamente enviados por Hammer, en los que el actor admitía ser "100% caníbal" y confesaba haber "cortado el corazón de un animal vivo" para comérselo "todavía caliente". Tras las acusaciones, otras dos mujeres presentaron cargos de abuso sexual y emocional por parte del actor entre 2017 y 2020, una de ellas siendo su exnovia, la influencer Paige Lorenze. El Departamento de Policía de Los Ángeles investigó a Hammer, pero no se presentaron cargos penales contra él.
Sólo un mordisquito
En la entrevista, Hammer ha expresado no querer "discutir los mensajes", pero sostiene que estos forman parte de "un sólo lado de la conversación". "De todos los mensajes de texto que se publicaron, la persona que los publicó, su versión, fue eliminada de toda la conversación. Si te fijas, no hay respuesta a ninguno de los mensajes", se ha defendido. "Perfectamente podría haber sido una conversación entre dos personas que bromean y se incitan mutuamente".
Hammer ha negado también haberse comido el corazón entero de un animal, pero no ha desmentido el haber participado en uno de estos ritos. "Todos tus amigos están a tu alrededor, animándote, y le das un mordisco al corazón... Es como una especie de rito de iniciación masculino cuando vas de caza por primera vez. Toda la gente que conozco que han ido a cazar han tenido que hacer algo parecido en su primera vez", ha declarado.
En numerosas ocasiones Hammer ha admitido tener cierto fetichismo por las relaciones de dominancia durante el sexo, a causa de un abuso sexual que sufrió por parte de un sacerdote cuando tenía 13 años. El actor ha indagado sobre ello en la entrevista, sosteniendo que "cuando estás involucrado con una persona con la que sales y tienes sexo, te vuelves un poco provocador. Exacerbado por el alcohol o las drogas, es divertido alborotar un poco las aguas e ir empujando los límites, poco a poco".
Hammer admite haber hecho love-bombing (bombardeo amoroso) a distintas mujeres a lo largo de su vida, un tipo de abuso psicológico que consiste en dar atención y afecto de manera desbordada para, más tarde, utilizarlo como gancho de dependencia. Sin embargo, el actor ha negado que su comportamiento abusivo fuera delictivo: "Mucha gente se enfadó conmigo por ello. Es un comportamiento de imbécil. ¿Me convierte eso en un gilipollas? Absolutamente. No tengo problema en admitirlo. Pero eso no es ilegal".
Ser víctima de cancelación, ¿felicidad o tragedia?
Después de estallar el escándalo y de que se cancelaran gran parte de sus proyectos actorales, Hammer ingresó en un "centro de tratamiento de traumas" para, más tarde, huir de Estados Unidos y trabajar en una inmobiliaria en las Islas Caimán. Ahora, positivo, el actor admite que lidiar con estas acusaciones se ha convertido en "lo mejor que me ha pasado nunca".
"Ha acabado con mi ego, con mis mentiras y con todas las pretensiones. He pasado tres años y pico examinándome y mirando por mi mismo. Necesitaba parar, averiguar quién era y a dónde iba. He estado con mi padre mientras este fallecía, llevando y trayendo a mis hijos al colegio... He aprendido a quererme. Con cierta distancia y perspectiva, esto es lo mejor que me ha pasado nunca", ha explicado.
Ahora vuelve, decidido, a la fabulosa Los Ángeles, consciente de que su imagen será lo más difícil de rehabilitar. Todo ello sin agente o agencia de publicidad. Al igual que la actriz Karla Sofía Gascón, Hammer es víctima de la cultura de la cancelación. Por ello, Theroux le ha preguntado qué haría si le ofreciesen un papel en una película de Woody Allen, uno de los directores más difamados y cancelados del Hollywood actual. ¿Impulsaría su carrera o terminaría por emborronarla? "Si dijera 'no trabajaría nunca con Woody Allen', es como si estuviese diciendo 'creo en un sistema que cancela a las personas'. Honestamente, lo que haría sería sentarme con él y hablar las cosas", ha cerrado el actor.
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