La industria de la moda ha sufrido este 13 de marzo cambios de gran calibre en dos de las marcas de lujo más importantes del mundo. La sorpresiva salida de Donatella Versace como directora creativa de Versace y el anuncio de que Demna Gvasalia dejará Balenciaga para tomar las riendas de Gucci han tambaleado los cimientos de la industria.

Versace cambia de ADN

Tras casi tres décadas al frente de la icónica casa de moda Versace, Donatella Versace ha anunciado su salida como directora creativa de la firma y será sustituida por Dario Vitale. La diseñadora, quien asumió el liderazgo tras el trágico asesinato de su hermano Gianni en 1997, deja el puesto con un legado imborrable de opulencia, feminidad y atrevimiento estilístico que consolidó a Versace como una de las marcas más influyentes del mundo.

El nombre de Dario Vitale quizá no sea aún ampliamente conocido fuera del círculo de la alta costura, pero su trayectoria lo posiciona como una elección sólida y estratégica para Versace. Nacido en Milán, Vitale se formó en la prestigiosa escuela de diseño Istituto Marangoni, donde rápidamente destacó por su creatividad y su dominio de la artesanía textil. Su carrera lo ha llevado a trabajar con algunas de las marcas más influyentes del sector, como Prada, Dsquared2 y Bottega Veneta, desempeñando roles clave en el desarrollo de colecciones que han sido aclamadas por la crítica.

Antes de su nombramiento en Versace, Vitale trabajó como director de diseño e imagen en Miu Miu, la línea más juvenil y experimental del grupo Prada. Durante su tiempo en la marca, su enfoque innovador y su capacidad para fusionar lo clásico con lo vanguardista ayudaron a redefinir la estética de Miu Miu, atrayendo a una audiencia más amplia y consolidando su posición en la industria de la moda. Su estilo se caracteriza por una audaz mezcla de elementos tradicionales con detalles futuristas y un fuerte énfasis en la artesanía y los materiales de lujo, aspectos que encajan perfectamente con la identidad de Versace.

De Balenciaga a Gucci

Desde su llegada a Balenciaga en 2015, Demna Gvasalia revolucionó la marca con un enfoque que desdibujó los límites entre el streetwear y la alta costura. Bajo su dirección, la firma pasó de ser una casa tradicional a convertirse en un referente de la moda contemporánea, con colecciones que combinaban deconstrucción, ironía y un fuerte mensaje sociopolítico.

Entre sus hitos más destacados se encuentran la reinvención de la silueta oversized, la popularización de las zapatillas Triple S y la introducción de colaboraciones innovadoras, como la fusión de Balenciaga con Crocs y su icónica alianza con Los Simpsons para una pasarela digital. Además, sus desfiles han sido objeto de conversación global, desde la presentación de modelos caminando en una tormenta de nieve hasta el desfile en un set cubierto de barro que generó intensos debates sobre la estética del apocalipsis en la moda.

Sin embargo, su etapa en Balenciaga no estuvo exenta de polémicas. En 2022, la marca se vio envuelta en una controversia por una campaña publicitaria que generó críticas y llevó a la firma a emitir disculpas públicas. A pesar de este episodio, Demna logró mantener su influencia en la industria y consolidó a Balenciaga como una de las marcas más comentadas de la última década.

El nombramiento de Demna como director creativo de Gucci marca una nueva etapa para la casa italiana, que en los últimos años ha atravesado importantes transformaciones. Tras la salida de Alessandro Michele en 2022, Gucci experimentó un cambio de rumbo hacia un estilo más sobrio y elegante, alejándose del maximalismo que caracterizó la era de Michele. Ahora, con la llegada de Demna, la firma parece estar apostando por una visión más radical y conceptual.