Cuando hace cinco años Disney anunció que la próxima película animada en unirse a su colección de refritos contemporáneos en imagen real sería aquella Blancanieves y los siete enanitos de 1937, la compañía no se imaginó que le acarrearía tantísimos quebraderos de cabeza. Ahora, apenas cinco días antes del estreno, la polémica que arrastra el filme desde su presentación en sociedad resurge en una eterna batalla alejada de querer ser "la más bella del reino" para convertirse en la más diplomática del set.

En la nueva versión del clásico de Disney, la actriz polaco-colombiana Rachel Zegler (West Side Story, Los Juegos del Hambre: Balada de pájaros cantores y serpientes) viste el azul y amarillo de la primera princesa de la animación para enfrentarse, con bondad y alegría, a su madrastra, encarnada por la actriz israelí Gal Gadot (Wonder Woman). Y, esta vez, promete hacer algo más que silbar mientras barre la casa de siete hombrecillos de los bosques. Las tensiones, sin embargo, trascienden la gran pantalla.

La eterna bronca de Blancanieves y su madrastra

Es una verdad reconocida que Zegler y Gadot no se tragan mutuamente. La primera, estrella emergente del Hollywood actual, es la muñequita deseada de la factoría de estrellas desde que el gran Steven Spielberg la diera a conocer en su versión de West Side Story (2021). Y, aunque sus raíces latinas le han hecho ser víctima de odio en redes sociales por su papel como la princesa Blancanieves (algo parecido le ocurrió a la actriz afroamericana Halle Bailey cuando fue elegida para protagonizar el live-action de La Sirenita), Zegler goza de cierta popularidad. Gadot, por su parte, es alta y atractiva, pero poco más. Y de este rifirrafe de envidias y popularidad, ha saltado la polémica.

Cuando el 7 de octubre de 2023 grupos armados de milicianos palestinos lanzaron un ataque contra Israel desde la Franja de Gaza, Israel respondió con una de las campañas de bombardeos más destructivas de la historia e invadió Gaza. La política internacional volvió a poner sus ojos en Oriente Próximo y el mundo entero volvió a dividirse en dos bandos: los que defienden a Palestina y a Israel.

En este contexto, ambas actrices empezaron la promoción de Blancanieves (los siete enanitos han sido eliminados del título), cuya fecha de estreno inicial era en 2024. Sin embargo, el apoyo de Zegler a Palestina en sus redes sociales y las publicaciones de Gadot (quien sirvió en las Fuerzas de Defensa de Israel) a favor de la liberación de los rehenes israelíes causó fricción entre ambas actrices. En su perfil de X, Zegler tuiteó un claro y conciso "Palestina libre" que seguía a un mensaje de agradecimiento por las más de 120 millones de visualizaciones que el tráiler de Blancanieves obtuvo en sus primeras 24 horas.

Ambas actrices se reencontraron a principios de mes en la ceremonia de los Premios Oscar, para entregar la estatuilla de Mejores Efectos Especiales a Dune: Parte Dos, pero apenas se miraron. Salieron a hacer lo que tenían que hacer y volvieron por donde habían venido. Fuentes cercanas han afirmado a la revista People que Gal Gadot "está molesta" por todo el drama que rodea a la película: "Se llevaba bien con Rachel [Zegler], pero no son amigas. Tienen una enorme diferencia de edad y opiniones políticas muy diferentes. No tienen nada en común. Hicieron un trabajo juntas y punto".

Por ello, y por el odio generalizado que de repente ha rodeado a la película, Disney optó por la vía fácil: retrasar su estreno y separar a las actrices en la promoción de Blancanieves.

Blancanieves en Segovia

Mientras que la semana pasada Zegler aterrizaba en España tras publicitar la película en Japón, Gadot aparecía en todos los late-shows americanos. Ninguna de las dos hacía referencia a la otra, y las preguntas respondidas por la israelí habían sido pactadas previamente. La María de Spielberg, por su parte, estaba ocupada en el Alcázar de Segovia, castillo que sirvió de inspiración para el diseño del castillo de la película de 1937, para la premiere europea. Un evento muy exclusivo en el que la prensa tuvo apenas presencia y acudieron varios influencers de todo el continente. A la empresa del ratón no le interesaba que se les colara alguna pregunta no deseada.

Cantó frente al castillo, respondió a los virales con una sonrisa y comió un tradicional cochinillo segoviano bajo el Acueducto. Tras dos días en España, Zegler voló a Los Ángeles para la premiere de las premieres: la estadounidense. Que fue todavía más restrictiva que la europea: la prensa estaría prohibida y sólo tendrían cabida los fotógrafos. Parece que Disney desconfía de la película en la que ha invertido más de 200 millones de dólares.

Pese a una polémica que se ha extendido por más de tres años (y el miedo generalizado por una Blancanieves woke obsoleta en tiempos de Trump), las primeras críticas a la película son halagüeñas. Prometen un filme cuya protagonista "encarna maravillosamente la naturaleza grácil de la princesa original de Disney", aunque los "enanitos hacen que la película decaiga", tras la decisión de que estos estén representado por ordenador y no interpretados por personas con enanismo. "Eres progresista en cierto modo pero sigues haciendo una historia tan retrógrada sobre siete enanitos que viven juntos en una cueva", dijo en 2022 el actor Peter Dinklage (Juego de Tronos), quien padece un tipo de enanismo llamado acondroplastia.

Por su parte, Rachel Zegler se mantiene firme, y comparte en sus redes sociales una imagen rodeada de niñas pequeñas disfrazadas como la princesa ahora reinterpretada. "Es para ellas", declara. Lo demás, poco importa.