Vivian Jenna Wilson (20 años) es, en muchos sentidos, como cualquier otra chica de su edad: le gusta leer, es fanática de la cantante Chappell Roan y le encanta pasar tiempo hablando con sus amigos en Discord (un chat de voz digital). Y, como muchas otras veinteañeras, tiene una relación complicada con su padre, que resulta que es Elon Musk, el hombre más rico del planeta y administrador del Departamento de Eficiencia Gubernamental en el gobierno de Donald Trump.

En 20 años, el CEO de SpaceX y Tesla y dueño de X (antes Twitter), ha tenido 14 hijos con 4 mujeres distintas y, mientras que su niñito de papá es X AE A-XII Musk, de 4 años, Vivian Wilson es la oveja negra de su estirpe. La hija rebelde de Musk, quien desde 2020 se mantiene financieramente independiente de su padre tras salir del armario como mujer trans, firmó en 2022 una petición para cambiar legalmente su nombre y borrar el Musk de su apellido, quedándose sólo con el de su madre, la escritora Justine Wilson. El magnate, por su parte, habló de ella en una conversación con el influencer Jordan Peterson para asegurar que su hija había sido "asesinada por el virus de la mentalidad woke".

Wilson, quien admite no tener pelos en la lengua, predica en todas sus acciones una rebeldía natural frente a su padre. Se defiende como una mujer de izquierdas, ideológicamente opuesta a su padre; y no utiliza X, sino que se autoproclama "reina de Threads", la plataforma con la que Mark Zuckerberg pretende hacerle competencia a Musk. Fue en esa misma red social en donde describió a Musk como un hombre "desesperado por atención y validación", y que debería parar y "tocar el césped". Ahora, esta personificación de la generación Z ha hablado para Teen Vogue en una entrevista en la que no ha dejado títere con cabeza.

Su eterna rivalidad con Musk

Desde que Musk se ha convertido en la mano derecha de Trump, el magnate acapara la atención de toda habitación en la que entra, sobre todo por su implicación en la toma de decisiones. Wilson no reniega de la importancia que tiene la política estadounidense en una época de extremos, y describe las medidas republicanas del país norteamericano como "caricaturescamente malvadas". "Es horrible lo que están haciendo, y no sólo con la comunidad trans, sino también con los migrantes, las personas de color y muchas otras comunidades marginales que están siendo sistemáticamente atacadas por la nueva administración".

En la toma de posesión del presidente Trump, el CEO de Tesla levantó el brazo en un gesto que muchos compararon con el saludo fascista. El debate estalló en redes sociales entre los que defendían que estaba señalando el espacio exterior como meta que alcanzar, y los que lo asemejaban de manera clara con el gesto nazi. Wilson lo tiene claro: "esa mierda era claramente un saludo nazi", y todos los que estaban presentes "tienen la misma culpa. Deberían ser denunciados".

Wilson, que vive en una residencia de estudiantes en Tokio, está crónicamente online, lo que le hace imposible no estar atenta a los desvaríos de su padre. "A veces veo cosas sobre él en las noticias y pienso, 'joder, eso da vergüenza ajena, debería publicar sobre ello y denunciarlo', cosa que, por otra parte, he hecho varias veces".

Además, la joven describe a su padre (con el que lleva sin hablarse desde 2020) como "un patético niño grande", y asegura no tener miedo de la influencia que pueda tener sobre ella. "¿Por qué tendría que tenerle miedo a este hombre? ¿Por qué es rico? ¡Ay, no, estoy temblando! Me importa una mierda el dinero que pueda tener. Es dueño de Twitter. Pues vale, felicidades. La gente prospera gracias al miedo, y no quiero darle ese poder a nadie", defiende Wilson quien, acto seguido, admite que en su mente sólo hay espacio para "las drag queens".

¿Quién es, en realidad, Vivian Wilson?

En 2023, el periodista Walter Isaacson publicó Elon Musk (Debate, 2023) las memorias del magnate en las que se refiere a Wilson con su nombre previo a la transición y la califica como una "marxista radical". "Al escribir el libro, [Isaacson] tenía un objetivo: hacer que Elon parezca más bueno y complejo de lo que es en realidad. Para lograrlo, necesitaba vilipendiar al adolescente trans y hacer parecer que hay dos versiones de una misma historia", se defiende la nepo, quien confirma que no es marxista, pero sí de izquierdas.

"Me definen las cosas en las que creo y que pienso que, si te paras a pensarlo, son de sentido común. Creo en una renta básica universal, creo en la atención médica gratuita, creo que el agua, el techo y la comida son derechos humanos... Creo que la desigualdad de la riqueza es uno de los mayores problemas de Estados Unidos, y que los trabajadores deberían recibir una compensación justa por el trabajo que realizan, en lugar de esa riqueza ser acaparada por estos mega-billonarios que sólo representan el 1% [de la población] y que se mueven sólo por su interés personal. He conocido a muchos de estos billonarios y no son buenas personas. No creo que ninguno lo sea".

En su fuero interno, Wilson siempre supo que no estaba conforme con el género que se le había asignado al nacer. "Fue en un momento en el que la pubertad estaba en pleno auge y sentía que mi vida se desmoronaba por completo. No quería levantarme de la cama ni hacer nada. Básicamente quería pudrirme. Hasta que me di cuenta de que no podía seguir así. Si seguía encerrada en el armario, acabaría por un camino autodestructivo". De lo único de lo que se arrepiente la joven es de haberlo hecho público en su cuenta de Instagram (donde acumula 148 mil seguidores) antes de contárselo a su madre. "Ella merecía ser la primera en saberlo".

La 'oveja negra' de Musk

Pero, qué se le va a hacer, Wilson encuentra en las redes sociales su refugio. Con sorna, la celebrity teclea en su móvil y publica lo que se le pasa por la cabeza, asegurando que no cuenta con un equipo detrás de sus posts. Y, pese a sentirse obligada a tratar en sus publicaciones "temas sobre la realidad trans", cree que hacer activismo es más que predicar en internet. "Como alguien que transicionó cuando era todavía menor de edad, siento que se demoniza mucho el tema. Me gustaría concienciar sobre el hecho de que la atención en menores trans, sobre todo durante la pubertad, es muy, muy importante. Quizá, deberíais dejar de demonizar a estos niños o a las personas que tratan de ayudar a que se sientan cómodos en su propia piel".

Sin embargo, hay una realidad que no puede eludir: las redes sociales han impactado en la política, para bien y para mal. "Es una cuestión muy compleja. Por un lado, las personas queer y comunidades marginadas han aumentado su visibilidad, pero también tenemos la alt-right ['derecha alternativa', un movimiento de extrema derecha y nacionalista blanco] en foros como 4chan. La radicalización se ha vuelto más fácil que nunca".

Desde que Donald Trump se ha hecho con el poder, "el gobierno ha hecho del odio y la discriminación su agenda", intentando "eliminar a las personas [transexuales]", según Karla Gonzales Garcia, directora del programa de Amnistía Internacional Estados Unidos sobre Género, Sexualidad e Identidad. Como mujer transgénero, Wilson teme perder el acceso a la atención médica garantizada. "Si no hubiera hecho la transición médica a la edad en que lo hice, no sé que habría pasado. La gente no se da cuenta de que ser trans no es una elección".