Vladimir Putin parece incuestionable. También imbatible. Sin embargo, un abogado ruso, a través de su familia y amigos, está librando una batalla contra su poder omnímodo desde la tumba y cuenta en su haber con victorias significativas. Su nombre es Serguei Leonidovich Magnitsky nació en Odessa y murió a los 37 años el 16 de noviembre de 2009 en una cárcel moscovita. Magnitsky es hoy sinónimo de una lucha sin cuartel en defensa de los derechos humanos al dar nombre a la Ley que sanciona a los déspotas. En un gesto histórico, el Tribunal Europeo de Derechos Humanos acaba de fallar a favor de su familia que denunciaba a Rusia por los abusos que llevaron a su muerte.
Magnitsky fue arrestado el 24 de noviembre de 2008, acusado de fraude fiscal. Llevaba encarcelado 358 días en la prisión de Butyrka en Moscú cuando murió. Apenas ocho días antes de cumplir un año encerrado sin juicio falleció de una paliza que le dieron ocho guardias. Su calvario le llevó a padecer colelitiasis, pancreatitis y bloqueo de la vesícula biliar. Primero dijeron que había fallecido por la ruptura de la membrana abdominal y después por un ataque al corazón. Reconocieron finalmente una herida craneal como causa de la muerte.
Este martes el Tribunal Europeo de Derechos Humanos ha declarado que Rusia violó "el derecho a la vida" de Serguei Magnitsky, a quien le culparon de evasión fiscal cuando investigaba la corrupción estatal. Magnitsky trabajaba para el inversor estadounidense William Browder, a quien el presidente ruso, Vladimir Putin, lo considera su enemigo público número uno.
La Corte, con sede en Luxemburgo, es tajante: Magnitsky fue encarcelado injustamente, no le dieron la atención médica precisa y fue maltratado. Además, precisa que Rusia violó su derecho a la libertad y a la seguridad al mantenerlo un año en prisión sin juicio. Señala que el Estado ruso debería pagar 34.000 euros como compensación a la viuda de Magnitsky, Nataliya Valeryevna Zharikova, y a su madre, Natalia Nikolayevna Magnitskiya. Ha tomado esta resolución por unanimidad. James A. Goldston, director ejecutivo de Open Society Justice Initiative, ha representando a la familia Magnitsky. El abogado era padre de Nikita Magnitsky.
Browder tuiteó este martes nada más conocer la decisión: "La decisión del Tribunal Europeo de Derechos Humanos destroza por completo las mentiras y la propaganda acerca de Serguei Magnitsky que el gobierno ruso y sus defensores a sueldo en Occidente han estado intentando propagar durante muchos años".
The ECHR decision also completely destroys the lies and propaganda about Sergei Magnitsky that the Russian government and their paid smear campaigners in the West have been trying to spread for many years.
— Bill Browder (@Billbrowder) August 27, 2019
En un comunicado difundido por la Campaña Justicia para Magnitsky, su líder, William Browder señala cómo "la familia Magnitsky ha tenido esta decisión que tiene lugar casi diez años después de la muerte de su esposo, hijo y padre. En ese tiempo, el gobierno ruso ha mentido en todo tipo de foros internacionales y nacionales sobre las circunstancias de la detención y muerte de Serguei Magnitsky, y ha intentado difamar su nombre". Recuerda cómo Moscú difundió la versión de que las heridas en el cuerpo del abogado eran autoinfligidas.
Magnitsky tenía solo 37 años cuando murió. En sus diarios de prisión narra cómo le aterrorizaron para que declarara contra su jefe, Bill Browder. Como no se dejaba doblegar, cada vez le trasladaban a celdas más pequeñas y en condiciones más precarias. Terminó en una celda de aislamiento y esposado a la cama. Su salud se resintió gravemente y no recibió la atención médica que requería.
La activista Liudmila Alexeyeva, fundadora del grupo de derechos humanos más antiguo de Rusia, el Grupo de Helsinki en Moscú, sostuvo que fue víctima de torturas. Alexeyeva falleció en diciembre de 2018.
This week it is 8 years ago that Sergei #Magnistky died in a Russian jail. https://t.co/tFACiIOYvh
— Marcel H. Van Herpen (@MarcelHVanHerpe) November 18, 2017
Si bien la Corte también aclara que el Estado ruso tenía indicios razonables de que Magnitsky podría haber cometido evasión fiscal, ya que había empezado a investigarlo antes de que el abogado denunciara el fraude de 174 millones de euros de funcionarios rusos de alto rango, subraya que no había razón alguna para mantenerlo en la cárcel casi un año sin derecho a un juicio justo.
El Ministerio ruso de Justicia ha declarado que considerará una apelación y remarca sobre todo en un comunicado del que se han hecho eco las agencias rusas que la Corte reconoce que el arresto se hizo conforme a la Convención de Derechos Humanos de 1950. Las autoridades rusas consideraron que había riesgo de que el abogado quisiera salir del país, ya que había solicitado un visado británico y pasajes a Kiev. La nota oficial no dice nada sobre las violaciones de derechos humanos que detalla la Corte Internacional.
Investigación letal
Magnitsky representaba en Rusia los intereses de Hermitage Capital Management (HCM), fondo de inversión implantado en el mercado ruso. Bill Browder, creador del fondo, se convirtió en la bestia negra de Putin por su campaña contra la corrupción. En 2005 fue expulsado de Rusia y desde entonces vive en Londres. Escribió Notificación roja sobre su aventurera vida y su incansable lucha para que la muerte de su abogado y amigo no sea en vano.
Magnitsky se quedó en Moscú cuando su jefe tuvo que salir contra su voluntad y desde allí defendió los intereses de Hermitage frente al acoso del Estado ruso. Le costó la vida. El fondo de inversión mantuvo una oficina en Moscú y algunos empleados, entre ellos estaba Magnitsky. Entonces se sucedieron las órdenes de registro y la denuncia por fraude fiscal.
Según la investigación que realizaron Browder y Magnitsky, una red de policías, jueces, banqueros, funcionarios de Hacienda, y algunos mafiosos, se aprovecharon de los papeles a los que tuvieron acceso para planear una gran estafa y exigir 230 millones de dólares en impuestos que en realidad Heritage ya habría pagado.
Putin se beneficiaba de la trama de corrupción que estaba investigando Magnitsky", afirma Bill Browder, su jefe y amigo
Era una trama compleja y difícil de desmantelar. Pero Magnitsky era un hombre concienzudo y tiró de la madeja hasta que fue encarcelado. En una trágica carambola acabaron culpándole del fraude que había descubierto. Dejó testimonio oral de su temor a que le mataran, pero las autoridades rusas atribuyen estas declaraciones a sus "alucinaciones".
En julio de 2013 un tribunal ruso declaró culpable a Magnitsky de fraude fiscal. Fue una condena a título póstumo, que fue criticada por los activistas de derechos humanos. También fue condenado en ausencia Bill Browder.
Sin embargo, fueron absueltos tanto una doctora de la prisión de Butyrka como el vicedirector, Dmtri Kratov, por la muerte de Magnitsky. La empresa de Browder consideró calificó de "política" esta sentencia. Incluso los implicados en la persecución de Magnitsky han sido promocionados. El inversor estadounidense que contrató a Magnitsky como asesor les acusa de estar implicados "en el mayor fraude jamás conocido en la historia de Rusia".
"¿Por qué ha convertido Putin en prioridad en política exterior la lucha contra la ley Magnitsky?, se preguntaba Browder en la televisión alemana DW este martes, tras el fallo del tribunal europeo. "Porque Putin se beneficiaba de la corrupción que estaba investigando Magnitsky".
La ley contra los abusos
El caso Magnitsky lleva años siendo un quebradero de cabeza para Rusia y su presidente, Vladimir Putin. Browder quiso hacer justicia al abogado y para ello concibió un plan que suponía condenar a los corruptos responsables de la muerte de Magnitsky. Experto en finanzas, se dio cuenta de que estos funcionarios de alto rango suelen tener el dinero en el exterior y ese era precisamente su talón de Aquiles. Si en Rusia no podía llegar más lejos, lo haría fuera.
Inició su campaña en Estados Unidos. El fallecido senador John McCain, republicano, se volcó con la causa. También se implicó el demócrata Benjamin Cardin. Juntos propusieron una ley por la que se congelaban los bienes y se suspendían los visados de los responsables de la muerte de Magnitsky. La llamada Ley Magnitsky, aprobada por mayoría en las dos Cámaras, fue firmada por el presidente Barack Obama en diciembre de 2012.
Desde entonces se ha aprobado una legislación similar en otros cinco países: Reino Unido, Canadá, Estonia, Letonia y Lituania. Ahora las leyes Magnistky o Magnitsky Global Act "se han convertido en un emblema de la lucha contra la impunidad y la cleptocracia en todo el mundo", como escribían 43 diputados y eurodiputados europeos, entre ellos el español Fernando Maura Barandiarán y el alemán Manfred Weber, que fue candidato a presidente de la Comisión Europea por el Partido Popular Europeo.
Lo que comenzó como denuncia de un crimen en Rusia ahora alcance global. Los violadores de derechos humanos en Arabia Saudí, Nicaragua, Venezuela, Sudán del Sur, Birmania, entre otros países, ya se enfrentan a sanciones Magnitsky en seis países.
La asignatura pendiente apunta a la Unión Europea, que ya dio los primeros pasos en diciembre de 2018 al estudiar cómo diseñar un mecanismo para sancionar a los violadores de derechos humanos a iniciativa de Países Bajos. Lo que parece probable es que no lo llamen ley Magnitsky con el fin de no soliviantar a Putin. Después de muerto, el abogado Serguei Magnitsky es un emblema de la lucha por los derechos humanos. Luchó y venció.
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