Ya hay una vencedora en la batalla contra la pandemia: es una mujer joven de las antípodas. No solo geográficas. Jacinda Ardern, que cumplió en julio 40 años, ha sabido transmitir a los neozelandeses confianza frente al coronavirus de una manera tan convincente que ha renovado su mandato este sábado con una mayoría espectacular.
Con más del 99% del recuento, según Axios, el Partido Laborista ha logrado el 49,1% de los votos, que se traduce en 64 de los 120 escaños del Parlamento, tres más de la mayoría absoluta. Es el mayor respaldo en más de 50 años. Puede gobernar en solitario, por primera vez en décadas, aunque quizá pacte con los Verdes.
El Partido Nacional, liderado por Judith Collins, ha reconocido la derrota. "Vamos a gobernar como hemos hecho campaña: con optimismo de cara al futuro. Ahora más que nunca es el momento de seguir adelante, seguir adelante trabajando, aprovechando las oportunidades. Sigamos adelante", ha dicho Ardern en su discurso al conocer su histórica victoria. Ha prometido gobernar para todos y cada uno de los neozelandeses.
"Be strong, be kind, we will be OK". (Sé fuerte, sé amable, estaremos bien) ha sido su lema en este insólito 2020. Jacinda Ardern, líder del Partido Laborista, encarna este mensaje. Es fuerte y amable. Busca la empatía y sus mensajes son claros y consistentes.
Su éxito en Nueva Zelanda, un país con cinco millones de habitantes, se preveía porque ya en mayo pasado había subido 20 puntos en popularidad.
Un ejemplo de su capacidad es el video de finales de 2019 en el que expone en menos de tres minutos lo que ha hecho su gobierno. El reto era hacerlo en dos minutos, pero realmente cumple las expectativas.
Como dijo la ex primera ministra neozelandesa Helen Clark a Uri Friedman, de The Atlantic, Ardern "no les predica, está junto a ellos... Confían en ella porque despierta empatía".
"Es una comunicadora (estudió Comunicación, de hecho). Es el tipo de crisis que destruye o construye líderes. Y Jacinda ha demostrado qué tipo de líder es".
Empatía y acción
Durante la crisis del coronavirus ha intensificado sus mensajes en Facebook Live. No son solemnes, sino en todo informal, pero siempre aporta información útil. Uno de los consejos que dio al principio es que cada uno debería comportarse como si fuera positivo en Covid-19 con aquellos que no formen parte tu burbuja más íntima. Continuamente recurre al sentido del humor y trata de dar ánimos a los ciudadanos.
"La empatía es sentir lo que que la otra persona siente. Hay diferentes ejemplos en esta pandemia, pero hay que destacar sobre todo a Jacinda Ardern en Nueva Zelanda que comunicaba con el lema 'Be strong, be kind, we will be ok', pero con escenografía poco institucional, con mensajes desde su casa, siempre empática", explica Xavier Peytibi, en un artículo titulado La comunicación de gobierno durante la crisis de Covid-19, en el libro ¿Política confinada? Nuevas tecnologías y toma de decisiones en un contexto de pandemia, coordinado por Josep Maria Reniu y Victor Meseguer.
Pero Jacinda Ardern, como puede verse en el video en el que explica los logros de su mandato, no se queda en la pura puesta en escena. Nueva Zelanda lo ha hecho realmente bien en la lucha contra el coronavirus. Acometieron la tarea de realizar tests masivos y los hospitales no se han desbordado.
El gobierno de Nueva Zelanda impuso el confinamiento mucho antes que otros países y también prohibieron la entrada de viajeros procedentes de China a principios de febrero, antes de que en Nueva Zelanda hubiera un solo caso positivo. Cerraron las fronteras a los no residentes a mediados de marzo y apenas había unos cuantos casos. Esa es la firmeza en la acción.
Para dar ejemplo anunció que todo el gabinete se recortaría el sueldo un 20% durante seis meses. Es cierto que no solo Ardern ha sido ejemplar en su gestión y en la forma de comunicar la acción de gobierno, sino que también la oposición, hasta el verano fue leal, los sanitarios y expertos respondieron acertadamente y los ciudadanos estuvieron a la altura.
"Tengo un equipo de cinco millones de personas", ha dicho Jacinda Ardern sobre el éxito de Nueva Zelanda en la lucha contra el coronavirus. Vencieron a la primera ola y también a la segunda, que en su caso empezó en agosto. En el país han muerto 25 personas por el nuevo coronavirus.
Jacinda Kate Laurell Ardern nació un 26 de julio de 1980 en Hamilton. Es hija de un oficial de policía y una empleada de cafetería. Vive con su pareja, el presentador de televisión Clarke Gayford y dio a luz a su hija Neve Te Aroha en 2018, cuando ya era primera ministra. Ardern se tomó un permiso de seis semanas y su pareja se ocupó de la niña mientras la primera ministra asumía de nuevo su función a cargo del país.
Tengo mucha suerte. Tengo una pareja que puede estar a mi lado, que toma una gran parte de esta responsabilidad conjunta porque él también es padre, no un niñero"
jacinda ardern
"Tengo mucha suerte. Tengo una pareja que puede estar a mi lado, que toma una gran parte de esta responsabilidad conjunta porque el también es el padre, no es un niñero", dijo Ardern a la emisora NZ cuando terminó su permiso.
Ingresó en las Juventudes del Partido Laborista con 17 años y ha trabajado en el gabinete de Tony Blair y en el de la ex primera ministra neozelandesa Helen Clark.
Logró un escaño como diputada en 2008. En octubre de 2017 asumió el cargo de primera ministra y se convertía en la más joven del mundo, luego desplazada por la finlandesa Sanna Marin.
El atentado: 'They are us'
Uno de los momentos más críticos de su mandato, antes de la pandemia, fue el atentado de Christchurch, el más letal jamás vivido en Nueva Zelanda. Sucedió el 15 de marzo de 2019. Murieron 51 personas en el ataque contra la comunidad musulmana. Entonces dijo: "They are us (ellos son de los nuestros)". Agnóstica, se colocó el hiyab en la cabeza por respeto a las familias.
En ese escenario dio uno de sus discursos más conmovedores: "Eligieron Nueva Zelanda porque era segura, porque no había lugar al odio o el racismo. Porque nosotros representamos la diversidad, la amabilidad, la compasión, somos el hogar para aquellos que comparten nuestros valores. El refugio para quien lo necesita".
Y añadió, dirigiéndose al asesino: "Deberías habernos elegido a nosotros. Te rechazamos y te condenamos". No se dio a conocer el nombre del terrorista, un hombre australiano, porque lo que buscaba era notoriedad.
Y no se quedó en las palabras. Presentó un proyecto de ley para endurecer la venta de armas y apenas un mes después de la masacre logró que se prohibiera las armas automáticas y semiautomáticas similares a las usadas en el atentado.
Es una convencida feminista y una gran defensora del medio ambiente, su gran objetivo es acabar con la pobreza infantil y solventar el problema de la vivienda en su país.
Al describir a los kiwis, como se autodenominan los neozelandeses, Ardern se retrataba a sí misma: "Somos resolutivos y determinados, sabemos que esa determinación nos llevará a ganar esta guerra, pero solo lo conseguiremos si actuamos juntos".
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