La semana de Acción de Gracias, que se celebra el jueves, está siendo clave en el inicio de un nuevo tiempo en Estados Unidos. Donald Trump ha aceptado por fin que comience la transición para hacer posible que su rival en las elecciones asuma el poder el 20 de enero de 2021. Sin embargo, fiel a sí mismo aclara en su cuenta de Twitter que continuará la batalla legal porque sigue cuestionando el resultado.
Todo apunta a que no asistirá a la ceremonia de inauguración del nuevo mandato, y a pesar de que arranca la transición sigue sin asumir la derrota.
En una carta dirigida al presidente electo, Joe Biden, la directora de la Administración de Servicios Generales (GSA, en inglés), Emily Murphy, le reconoce como vencedor de las elecciones y le informa que la Administración Trump está lista para comenzar el proceso de transición formal.
Este documento, conocido el lunes por la tarde, hora en EEUU, es el primer paso del equipo de Trump para reconocer la derrota dos semanas largas después de que Joe Biden fuera declarado ganador en las elecciones presidenciales. Emily Murphy asume totalmente la responsabilidad del retraso a la hora de iniciar la transición.
"Como administradora de la Administración de Servicios Generales, en virtud de la ley de Transición Presidencial de 1963, soy quien asegura que los recursos y servicios necesarios se pongan a disposición de la puesta en marcha de la transición. Me tomo este papel en serio, por lo que en virtud de los recientes acontecimientos que implican certificaciones de resultados electorales y desafíos legales, le hago llegar esta carta para poner estos recursos y servicios a su disposición", dice Murphy en el documento.
"Por favor, sepa que he llegado a esta decisión de forma independiente, basa en la ley y en los hechos disponibles", escribe en la carta a la que ha tenido acceso la CNN. "Nunca he recibido presiones directas o indirectas del Ejecutivo, incluidos la Casa Blanca o el GSA, en relación con el momento en el que habría de tomar la decisión. Para ser clara, no recibí ninguna instrucción para retrasar mi decisión", añade.
Derrotas legales y presión republicana
Las causas pendientes en la Justicia por las demandas planteadas a instancias de Donald Trump han quedado en puro humo. El remate fue el sábado cuando Trump perdió la batalla legal en Pensilvania. A su vez Michigan y Georgia han certificado formalmente los resultados favorables a Joe Biden.
Rudy Giuliani, abogado personal de Donald Trump dio la semana pasada una rueda de prensa en la que acabó sudando tinta tras su intento de demostrar el fraude con acusaciones sin pruebas que apuntaba a una conspiración con lazos con el chavismo.
A su vez un cada vez más nutrido grupo de senadores y congresistas republicanos, entre ellos el senador Lamar Alexander, de Tennessee, Shelley Moore Capito, de Virginia Occidental o Bill Cassidy, de Luisiana, se había manifestado a favor de que Trump diera luz verde a la transición. El ex candidato presidencial Mitt Romney fue de los primeros en reconocer la victoria de Biden.
Twitter, la red social favorita de Donald Trump, ya ha anunciado que el 20 de enero próximo la cuenta @POTUS pasará a ser administrada por el equipo de Biden. Sin embargo, Trump suele tuitear desde @realDonaldTrump.
Lucha contra el coronavirus
La prioridad del equipo de Biden y Harris es la lucha contra el coronavirus, como anunció desde horas después de que los resultados confirmasen su victoria, el sábado 7 de noviembre.
"En los próximos días, los funcionarios encargados de la transición se encontrarán con los encargados del gobierno para abordar el tema de la respuesta a la pandemia, así como ponerse al día sobre los intereses de seguridad nacional y la labor de las agencias gubernamentales", ha dicho Johannes Abraham, director del equipo de transición de Joe Biden
Este paso permite que el equipo de transición de Biden y Harris acceda a los recursos (unos 6,3 millones de dólares) y la información suficiente para iniciar el proceso que facilite su acceso al poder el 20 de enero de 2021.
Biden y Harris anunciaron apenas dos días después de ganar las elecciones que habían reclutado un comité de 13 expertos y científicos para formar parte de una task force destinada a elaborar una estrategia para luchar contra la propagación del coronavirus.
Estados Unidos es el país con más casos y más muertes por coronavirus. Según la Universidad Johns Hopkins, ya hay más de 12,4 millones de positivos y más de 257.000 muertes, más del doble de los soldado caídos en la Primera Guerra Mundial, más de cuatro veces los muertos en Vietnam.
El gabinete de Biden
Apenas unas horas antes, desde el nuevo equipo en el poder, encabezado por Joe Biden y Kamala Harris, se daban a conocer los principales nombres de su primer gabinete, que será multirracial, con presencia de mujeres en puestos de relevancia y marcado por el multilateralismo en política exterior.
A cargo de la diplomacia de Estados Unidos estará Antony Blinken, de 58 años, con amplia experiencia en la Administración Obama. Blinken, que ya hacía discursos sobre política exterior a Bill Clinton, proviene de una familia de diplomáticos (su padre fue embajador en Hungría y su tío en Bélgica).
Blinken defiende una postura firme de Estados Unidos frente a las autocracias, desde Rusia a China, y una recomposición de la relación transatlántica. Considera que el Brexit ha sido un auténtico caso y entiende el fenómeno que dio lugar a este proceso en la misma línea que el ascenso de partidos populistas como la formación de Marine Le Pen. Nada que ver con los aplausos de Trump a la salida del Reino Unido de la UE.
Por primera vez un latino, Alejandro Mayorkas, estará a cargo de Interior. Mayorkas es cubano-estadounidense. También por primera vez una mujer, Avril Haines, dirigirá la Inteligencia de Estados Unidos. Y Janet Yellen, la ex presidente de la Reserva Federal, sería secretaria del Tesoro. Nunca antes una mujer ha ocupado este cargo.
A su vez, la afroamericana Linda Thomas-Greenfield representará a EEUU en la ONU, y Jake Sullivan estará en Seguridad Nacional. El ex secretario de Estado John Kerry volverá al gobierno como el nuevo zar del clima. Todos ellos han de ser ratificados por el Senado.
Será la primera batalla de las miles que habrá de librar Joe Biden como presidente. Las elecciones al Senado en Georgia, que celebra una segunda vuelta por sus dos puestos el 5 de enero, serán cruciales.
Si ganan los dos demócratas, habrá empate y el voto de calidad corresponde a la vicepresidenta, Kamala Harris. Pero si pierden uno solo, la balanza se decantará del lado republicano. Y todo apunta a que serán implacables. Biden necesitará su reconocida habilidad para el consenso para lograr avances.
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