El presidente encargado de Venezuela acaba de salir de una reunión con otros políticos que se ha prolongado más de la cuenta y conecta con El Independiente a través de la plataforma zoom, a pesar de las dificultades de conexión en el país caribeño. Juan Guaidó (La Guaira, 1983) tiene una agenda muy apretada estos días, debido a que está volcado en la preparación de la consulta popular que ha promovido la "alternativa democrática". Va a celebrarse entre el 5 y el 12 de diciembre. El chavismo organiza unas elecciones legislativas del 6 de diciembre, consideradas fraudulentas por la oposición al régimen de Maduro.
"Estamos rearticulando la movilización que en contexto de pandemia y dictadura es un proceso muy complejo y canalizando la protesta en los diferentes sectores, como la enseñanza o la sanidad, donde el salario mínimo es menos de un dólar al mes", explica Guaidó, que asumió como presidente encargado ante una asamblea popular el 23 de febrero de 2019. Incluso le resulta difícil explicar la tasa de cambio: cien billones de bolívares por dólar.
Casi dos años más tarde, el régimen ha organizado unas elecciones legislativas para reemplazar a la actual Asamblea Nacional, que lidera Guaidó y tiene mayoría opositora. Y Guaidó avala una consulta en la que se plantean tres preguntas que versan sobre el fin de la usurpación y la realización de elecciones libres, el rechazo al "evento" del 6 de diciembre y sobre las gestiones ante la comunidad internacional.
Pregunta.- Estamos en diciembre de 2020 y el panorama es muy diferente del que vimos aquel 23 de febrero de 2019 cuando usted asume como presidente encargado. Su popularidad está a la baja, unos 30 puntos. No se ha cumplido ni siquiera el primer paso de su hoja de ruta: el fin de la usurpación. Ni siquiera se ven visos. (Los otros eran gobierno de transición y elecciones libres). ¿Cuál es el plan? ¿Es imposible salir de ahí?
Respuesta.- Hoy Venezuela vive una dictadura brutal. Maduro sigue usurpando funciones porque prefirió aliarse con Irán y comprarles carísimo el combustible. Maduro sigue ahí porque asesina, tortura y persigue a la dirigencia opositora. Aniquila la alternativa democrática, una de las conclusiones de la misión de verificación de la ONU. Desde el punto de vista de popularidad, es difícil afrontar una situación como esa. Se ha afianzado el rechazo a la dictadura y a Maduro. Hay un desgaste de la sociedad venezolana, no solamente de los partidos, de los sindicatos. Y muchos se han ido del país. No hay posibilidad subsistencia para muchos venezolanos. No puede hacerse con menos de un dólar al mes.
Quieren que acabemos como la alternativa democrática de Cuba o Nicaragua. Por eso hay que mantener la presión interna a pesar de la tortura, la persecución, la muerte"
¿Cuál es la alternativa para enfrentar a este régimen? (Se pregunta) Fortalecer la alternativa democrática. Esto significa que no vamos a permitir que nos aniquilen. Eso es un trabajo a tiempo completo, para los partidos, pero también para los gremios, los estudiantes... Por eso pusimos en la mesa la consulta popular, porque es muy importante la capacidad de movilización. Es difícil hoy en día nombrar dirigentes de la alternativa democrática de Cuba o de Nicaragua; eso es lo que quieren. Por eso hay que mantener la presión interna y hacerlo, a pesar de los riesgos: de muerte, de persecución, de tortura...
Hemos de poder articular la interlocución de los venezolanos con el mundo a través de la Asamblea Nacional. Maduro intenta usurpar el Parlamento a través de una elección fraudulenta como así la cataloga la UE, la OEA... El Parlamento nos facilita la posibilidad de ubicar una transición y la celebración de elecciones libres y democráticas, que es la gran demanda de los venezolanos.
Y no podemos dejar de lado la emergencia humanitaria compleja convertida en catástrofe. A Médicos Sin Fronteras hace dos días no les han dado visa a los médicos voluntarios. Persiguieron a una ONG dedicada a alimentar a 25.000 niños porque compite con su programa de control social llamado CLAP.
P.- En las elecciones de este 6 de diciembre ustedes no participan porque las consideran fraudulentas. Eso les deja fuera de la Asamblea resultante, y fuera de la legitimidad, porque la Asamblea Nacional actual termina su mandato. ¿Hasta cuándo se quedarían provisionalmente los miembros de la actual? Y usted como presidente encargado, ¿hasta cuándo estaría?
R.- Hay varias consideraciones. Ningún partido de la alternativa democrática va a participar en el proceso, que consideran un fraude. No podemos llamarlo elección. No hay un árbitro independiente. La dictadura secuestró a los partidos, incluso el que ayudé a cofundar [Voluntad Popular], y se lo entregó a diputados sancionados por la dictadura, tanto así que fueron condenados por la UE. Yo no pude ser candidato en ese proceso, porque la dictadura me inhabilitó varias veces. Y no solo me pasa a mí, a otros 300 candidatos. Es un fraude y así lo catalogan todos los partidos de la oposición democrática, y la Unión Europea.
La alternativa al fraude de Maduro es la continuidad constitucional hasta celebrar elecciones legítimas"
El reto es exigir condiciones para celebrar elecciones reales. A Maduro no le interesa la legitimidad. Tanto es así que Maduro dijo no al Alto Representante, a sus enviados. Nadie va a reconocer ese proceso: ni los venezolanos ni el mundo. El interés de Maduro es aniquilar la alternativa democrática y minar la legitimidad del Parlamento nacional que le ha hecho frente. La alternativa es la continuidad constitucional hasta celebrar elecciones presidenciales legítimas, que es el origen del conflicto en Venezuela, y parlamentarias.
P.- Para llegar a ese objetivo, la celebración de elecciones libres, están dispuestos de nuevo a la negociación política.
R.- Lo hemos hecho una y otra vez en Venezuela. Quien ha negado esa oportunidad es el régimen. Una de las más recientes fue en Dominicana, en 2017, donde la dictadura no aceptó que se celebraran elecciones presidenciales libres, y más recientemente a través de Noruega cuando la dictadura se excusó en las sanciones. Y luego con la UE... Es la dictadura, siendo cruel, a la que no le interesan los 5,1 millones de refugiados, ni la catástrofe humanitaria compleja, la que no acepta las condiciones para celebrar elecciones competitivas, libres, justas y verificables. La alternativa democrática está haciendo todo lo posible para lograra una resolución al conflicto: pasa por mediación, por resistencia... El pueblo es muy resistente: hay un millar de testimonios que prueban que Maduro es un dictador en el poder al que se le considera culpable de delitos de lesa humanidad. Es la primera vez en América que se señala a un dictador en ejercicio. La sociedad venezolana ha resistido y exigido, siempre en el marco de la Constitución, lucha no violenta y defensa de los derechos humanos y la equidad.
P.- Para que la transición sea viable, ¿hay que contar con parte del régimen chavista? Es el caso de las transiciones sin ruptura, como la española.
Las transiciones más exitosas requieren la participación de todos los sectores que hacen vida en el país
R.- Cuando presentamos el gobierno de emergencia nacional, el marco para la transición para nuestros aliados, EEUU y la UE, partía de un Consejo de Estado donde proponemos dos personas de alternativa democrática, dos personas que generen garantías de la coalición dominante hoy y una persona intermedia para poder guiar el proceso de transición hasta la celebración de elecciones libres. Esta es una posibilidad clara. Las transiciones exitosas requieren la participación de todos los sectores que hacen vida en Venezuela. Así lograríamos estabilidad, gobernabilidad, y atenderíamos a la emergencia humanitaria. A esto se ha negado el régimen de manera soberbia, no nosotros. Prefiere usurpar el poder y secuestrar a personas como el periodista Roland Carreño, que lleva secuestrado más de un mes.
P.- En esas elecciones presidenciales libres, ¿podría participar Maduro?
R.- Maduro está señalado por delitos de lesa humanidad y pesa sobre él una recompensa de 15 millones de dólares, más alto que tenía el Chapo Guzmán. Las elecciones han de ser competitivas. No hay garantía de que Maduro vaya a ceder el poder. Sería muy difícil que hubiera una elección real con una figura como Maduro.
P.- Sobre la consulta que ustedes están organizando, hay dudas sobre su legitimidad: qué censo, y qué control sobre la elección puede haber. ¿No temen que sea un fracaso y haya una gran abstención, debido a la apatía y a la pandemia? El 5 de enero pueden quedar fuera de juego.
Lo que menos nos preocupa es la participación en la consulta nacional porque la población ha dado muestras de su capacidad de lucha y movilización"
R.- La consulta se basa en el artículo 70 de nuestra Constitución sobre participación popular, referéndum y consultas. El único mecanismo arbitrado por la ciudadanía, no por el Consejo Nacional Electoral. Pueden participar venezolanos mayores de edad con su documento de identidad. Es una alternativa de rechazo al fraude. El ejercicio de liderazgo conlleva riesgos. Está el riesgo de participación. Es el que menos nos preocupa porque la sociedad venezolana ha demostrado su capacidad de lucha, de movilización, de resistencia... Hay problemas más básicos: las imprentas no quieren imprimir el volante porque los pueden cerrar, trasladar las papeletas es un riesgo... Hay activistas presos por entregar publicidad de la consulta. Incluso detienen a quienes nos proveen de sillas en un acto. La cotidianidad en Venezuela hoy es una urgencia, una hazaña. Hemos pasado de la gasolina gratis a la más cara del planeta. Hoy el ejercicio democrático en Venezuela representa un riesgo de vida, de libertad.. Y si le sumas la pandemia es un reto colosal. Confío mucho en la sociedad venezolana y en su capacidad de resistencia y de empuje.
P.- ¿Arreciará el régimen después del 5 de enero [cuando asuma la nueva Asamblea Nacional]?
R.- Valdría la pena preguntarse qué es arreciar después del asesinato por golpes del capitán de Acosta Arévalo, del secuestro de Juan Requesens, de la inhabilitación de María Corina Machado, de la ilegalización de partidos políticos... ¿Arreciar significa asesinarnos? Detener a toda la alternativa democrática. Meterme preso. Lo que pretende la dictadura es aniquilarnos al estilo de Cuba. Uno de nuestros retos es sostener la alternativa democrática como solución a los venezolanos y al mundo, por el desafío que supone la migración, por ejemplo. La intención es aniquilarnos y aniquilarme moralmente, políticamente, socialmente. Y aniquilar a la sociedad venezolana. Más allá de los líderes políticos, la sociedad venezolana rechaza a Maduro y quiere un cambio. Después de 18.000 asesinatos extrajudiciales, parece macabro superarse como violadores de derechos humanos.
P.- Los militares son fundamentales para lograr el objetivo de acabar con la usurpación de Maduro. ¿Qué incentivos se les pueden dar?
Si hablamos de la cúpula de los militares, incentivos serían garantías, las sanciones, reconciliar al país"
R.- El primer incentivo es crear un país donde puedan vivir ellos y su familia. Hoy un militar de alta graduación gana 17 dólares al mes. El rango más alto. Y un sargento, menos de ocho dólares al mes. Si hablamos de la cúpula, serían las garantías, las sanciones, reconciliar al país. Presentamos la ley de garantías y reconciliación pero no fue suficiente. Lo que sostiene a Maduro hoy son los militares y los FAES, un organismo de persecución y represión. La interlocución tiene una barrera adicional que es la inteligencia y contrainteligencia cubana. Utilizan al Sebin para perseguir a políticos opositores, empresarios, diputados...
P.- Leopoldo López está en Madrid, exiliado. ¿Qué peso tiene en el gobierno? ¿Y qué le parece su campaña mediática?
Nuestro gobierno ya es un gobierno semi en el exilio: Julio Borges, Leopoldo López... deben defender a Venezuela en el exilio por la persecución
R.- Es importante que sumemos la mayor cantidad de voces a la causa democrática venezolana. Leopoldo López tiene siete años preso y había perdido la posibilidad de interactuar, de comunicar, no solamente desde su experiencia de preso político, pero también en la defensa de la causa democrática venezolana. Es comisionado para el centro de gobierno encargado. Nuestro gobierno ya es un gobierno semi en el exilio: Julio Borges, Leopoldo López, los comisionados Paparoni, Pizarro, deben defender a Venezuela desde el exilio por la persecución de la dictadura. Cuando nombramos al procurador especial para la defensa de los activos en el exterior allanaron su casa, sus padres fueron secuestrados. Y eso oasó con todos los cargos. En el caso de Leopoldo López ya había vivido, incluso antes, lo amargo de vivir en dictadura. Es un rol importante y puede ayudar a levantar la voz y generar espacios de comunicación para la defensa de la democracia de Venezuela.
P.- ¿Cómo se financian? No reciben un sueldo como diputados.
R.- Difícilmente un actor privado se atreve a financiar un partido de la oposición. Es una dictadura brutal y estúpida. Destruyó la industria petrolera venezolana, la principal fuente de recursos del país. Mataron la gallina de los huevos de oro. Eso hizo Maduro con PDVSA. Es un reto constante: a través de ONG, fundaciones privadas... Utilizamos fondos protegidos como héroes para la salud... El funcionamiento de la alternativa democrática es un reto constante. El último hotel donde hospedé en Nueva Esparta lo cerraron por alojarme. Y fue hace más de un año.
P.- La ministra española de Asuntos Exteriores, Arancha González Laya, insistía esta semana en una entrevista en Radio Nacional en la cuestión de la negociación política. Defiende que las condiciones de estas elecciones y las presidenciales sean las de máxima garantía democrática. ¿Están satisfechos con la reacción del gobierno español?
R.- Estamos fortaleciendo la coalición internacional para que ejerza presión sobre el régimen, eso es muy importante. La negociación es un vehículo como lo son las protestas, sanciones, o puede ser una huelga... Son vehículos para encontrar una solución y la solución es la celebración de elecciones presidenciales. Negociaciones se han intentado y es la dictadura la que niega esa posibilidad. Hay que lograr la presión correcta diplomática, internacional, a través de la Corte Penal Internacional. Hoy es una realidad ese señalamiento de la Corte contra Maduro.
P.- Hay sanciones que afectan a la población venezolana, y es una población muy cansada, que sufre muchísimo ese drama. Otra cosa son las sanciones individuales. ¿No obran en contra de la salida democrática?
La peor sanción que sufre el pueblo venezolano es la dictadura de Maduro
R.- Habría que analizarlo bien. Así se carga un mecanismo de lucha. Es como decir que la negociación no logró resultados, o la protesta no tiene sentido. Cada una de esas vías tiene un impacto diferente. El error de Maduro es que él disminuyó la producción de la industria petrolera. Hoy extrae el 10% de lo que extraíamos antes. Es un proceso que empezó hace años. Llevamos ocho años de contracción del PIB. La peor sanción es la dictadura de Maduro. La herramienta que tenemos a nivel internacional es la sanción. Y en Venezuela, la protesta. Pero la sanción ha de ser bien dirigida para que no tenga ningún daño colateral.
P.- ¿Cuál es el mayor error que ha cometido usted? Leopoldo López nos hablaba recientemente de la gestión de las expectativas.
R.- Hay que buscar los mecanismos de fortalecer la interlocución interna para lograr una solución. En el caso de la mediación con Noruega, hay que fortalecer esos mecanismos. Cualquier transición genera dudas e incertidumbres. En cualquier país pasa. En Venezuela con las instituciones destruidas, la cuestión es quién genera las garantías, los acuerdos que puedan sostener la transición, y no puede ser la comunidad internacional, hemos de ser los venezolanos. Hay que fortalecer esa interlocución para lograr una aproximación más clara para dar certezas de cara a una transición.
P.- ¿Tiene buena relación con los opositores María Corina Machado y con Henrique Capriles, que mantienen posturas diferentes a la suya?
R.- Tengo la mejor relación personal con ellos y mantengo tanta comunicación como es posible. Es importante integrarlos a todos. Ellos tienen un peso específico muy fuerte. Desde dentro hay una articulación muy importante de todos los partidos. Estas voces han de ser escuchadas. Las diferencias siempre son más sonoras que los acuerdos. Hoy hay más acuerdos, como rechazar el fraude del 6 de diciembre.
P.- ¿Ha tenido ya contacto con Joe Biden y su equipo?
R.- Lo importante para nosotros es que queremos mantener el respaldo bipartidista. El enfoque hacia Venezuela común en los dos partidos. La postura de Biden y de los demócratas ha sido muy clara con respecto a Maduro, a quien tilda de dictador, y aboga por una solución urgente al conflicto. Estamos seguros de que contaremos con el respaldo de Estados Unidos en este momento.
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