La Unión Europea y Reino Unido llegaron el jueves en Bruselas a un acuerdo sobre las condiciones de su relación futura para evitar un Brexit a las bravas el próximo 31 de diciembre, cuando los británicos dejen de ser parte del club comunitario.
El pacto finalmente será menos ambicioso de lo que la Unión Europea aspiraba, pero permitirá una relación comercial sin cuotas ni tarifas a condición de que Londres asuma reglas igualitarias en materia de competencia y otras salvaguardas. El pacto, sin embargo, no es de aplicación automática sobre el territorio de Gibraltar, cuya relación respecto al bloque se negocia en paralelo. Estos son sus puntos clave:
Comercio
El acuerdo alcanzado "va más allá de los recientes acuerdos de libre comercio de la UE con terceros países, como Canadá o Japón", según ha destacado la Comisión Europea en un documento explicativo, ya que no establece aranceles y cuotas entre ambas partes para todas las mercancías. Esto es especialmente importante para bienes "sensibles", como productos agrícolas o pesqueros.
Los bienes tendrán que cumplir con las "reglas de origen", que tienen el objetivo de impedir que los productos de terceros países que no tienen acuerdo de libre comercio con la UE entren al bloque a través de Reino Unido para evitar aranceles y cuotas.
El acuerdo también posibilita la simplificación de los procedimientos aduaneros aunque, como Reino Unido ha abandonado la Unión Aduanera, los controles se aplicarán a todos los bienes comercializados.
En cuanto a los servicios financieros, el acuerdo no cubre este capítulo por lo que la City de Londres pierde el pasaporte que le permite operar en toda la UE con un acceso privilegiado.
Viajes
Unos 210 millones de pasajeros y 230 millones de toneladas de carga se transportan entre la UE y Reino Unido anualmente. El acuerdo entre la UE y Reino Unido asegurará la continuidad de la conectividad aérea, vial y marítima.
En materia aérea, las aerolíneas británicas dejarán de poder operar vuelos comerciales intraeuropeos aunque sí podrán mantener las rutas que unan Reino Unido con destinos en la UE.
Además, según ha subrayado la Comisión Europea, el pacto incluye disposiciones para garantizar que la competencia entre los operadores de ambas partes asegure "altos niveles" de seguridad en el transporte, los derechos de los trabajadores y los pasajeros y la protección al medio ambiente.
En cuanto a los ciudadanos, corresponderá a Reino Unido determinar si los ciudadanos de la UE que visitan el país para estancias cortas tendrán que conseguir un visado.
Los viajeros de corta duración procedentes de Reino Unido pueden visitar el bloque durante 90 días en cualquier período de 180, según el Gobierno británico. Los turistas seguirán estando cubiertos por un plan de atención médica mutua en caso de emergencia.
Pesca
La pesca, un asunto crucial durante la negociación, se convirtió en uno de los mayores escollos para lograr un acuerdo. Durante un periodo de transición de cinco años y medio, hasta junio de 2026, la UE "transferirá un 25 por ciento del valor de las capturas" y después las partes pasarán a fijar las posibilidades de pesca en negociaciones anuales.
Normas medioambientales y laborales
En el acuerdo final, ninguna de las dos partes está obligada por las normas de la otra a imponer normas medioambientales o sociales, pero ambas se han comprometido a respetar los principios generales de igualdad de condiciones.
Si una de las partes considera que la otra tiene ventaja al socavar las normas, puede apelar a un panel de arbitraje independiente. En el caso concreto de los trabajadores, el Gobierno británico ha detallado que las dos partes han acordado no rebajar las normas laborales para la protección de estos "de manera que tenga un efecto sobre el comercio".
Subvenciones
Ambos socios comerciales tendrán sus normas independientes sobre las subvenciones, pero si una de las partes considera que estas distorsionan o son perjudiciales para sus propias industrias, puede impugnar esas medidas ante un mecanismo de arbitraje independiente, con la posibilidad de que se imponga una compensación.
Este ha sido un punto crucial para la UE, que estaba preocupada de que si concedía a Reino Unido el libre acceso al mercado del bloque, podría socavar la competencia si no se imponían normas estrictas a las subvenciones.
Irlanda del Norte
A fin de evitar una frontera dura con Irlanda, miembro de la UE, Irlanda del Norte se mantendrá alineada con muchas normas de la UE cuando salga del mercado único y la Unión Aduanera con el resto de Reino Unido.
Este compromiso elimina la necesidad de muchos controles en la frontera irlandesa y se elaboró mucho antes del acuerdo comercial. Según ha recordado la agencia de noticias DPA, la mayoría de los políticos norirlandeses acogieron con satisfacción el acuerdo, pero dijeron que necesitarían tiempo para estudiarlo y evaluar todas sus ramificaciones.
El nuevo marco de relaciones también sienta los cimientos para la cooperación en cuestiones de interés común como la seguridad, la lucha contra el cambio climático o la energía.
Si bien el acuerdo es extenso --el texto legal abarca más de 1.240 páginas-- algunas partes se han dejado fuera. Reino Unido no participará en el programa de intercambio de estudiantes Erasmus ni se ha acordado un marco de cooperación en materia de política exterior o defensa.
El futuro
El anuncio llega a solo una semana de que Reino Unido abandone definitivamente el Mercado Común y la Unión Aduanera, pero deberá ser aún examinado por los Estados miembro y necesitará de la aprobación del pleno del Parlamento europeo para entrar en vigor.
El negociador europeo, Michel Barnier, se ha reunido este viernes con los embajadores de los Veintisiete de la UE para informarles de los detalles de un acuerdo que tendrá que ser adoptado por procedimiento escrito por los Estados miembro.
Fuentes comunitarias han apuntado que el Ejecutivo comunitario considera este pacto como de competencia exclusiva de la Unión Europea, con pocos elementos de competencia nacional, lo que agilizará su ratificación porque no tendrá que ser ratificado por cada parlamento nacional y será suficiente el visto bueno del Parlamento europeo.
La Eurocámara se mostró inicialmente contraria a una aplicación "provisional" del acuerdo antes de su ratificación pero en los últimos días una mayoría de grupos se abrieron a esta posibilidad siempre que no fuera del todo el acuerdo -como quieren Bruselas y los 27-, sino de manera "parcial" para permitir la entrada en vigor desde el 1 de enero de los capítulos más urgentes.
La comisión europarlamentaria que da seguimiento a las negociaciones con Reino Unido se reunirá de manera extraordinaria el próximo lunes para evaluar la situación con Barnier y la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen.
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