Venimos del año de la incertidumbre. Un 2020 extraño en el que nos hemos acercado a un abismo en todo el planeta. La vacuna contra el coronavirus nos da impulso para saltar al 2021 con esperanza: en América y en Asia, en Europa y en África. Confiamos en superar la crisis global que ha marcado 2020. Esperamos que en el proceso hayamos aprendido que es momento de elegir.
Después de un año devastador, en el que han muerto más de 1,6 millones de personas en todo el mundo, y millones han perdido su empleo, el empresario y filántropo Bill Gates nos dice que hay motivos para la esperanza en 2021. "Cuando pienso en los avances científicos que hemos logrado en 2020, no doy crédito. Los seres humanos jamás habíamos hecho tantos progresos en la lucha contra una enfermedad como este año contra Covid-19. En circunstancias normales, una vacuna se tarda en crear unos diez años. Hemos conseguido varias en menos de un año", explica Gates, quien remarca cómo puede haber alguna fase mala en breve o lo incierto de la nueva variante.
Hay dos razones para estar esperanzado: las mascarillas y la distancia física ayudan a ralentizar la propagación del virus y que la distribución de las vacunas hará que se reduzca la mortalidad"
bill gates
"Sin embargo, hay dos razones fundamentales para estar esperanzado. Una es que las mascarillas, la distancia física y otras intervenciones pueden ralentizar la propagación del virus y salvar vidas mientras las vacunas se distribuyen. Otra razón es que en la primavera de 2021 cuando las vacunas ya se hayan distribuido a gran escala, aunque se tengan que mantener algunas restricciones, se reducirá el número de muertos, al menos en los países más avanzados, y la vida se irá pareciendo a lo que estábamos acostumbrados", añadía Bill Gates en su blog.
¿Es posible volver a la normalidad que conocíamos en 2019 y principios de 2020? ¿Es deseable? ¿La normalidad de quién? ¿De qué? ¿Es posible olvidar lo que hemos aprendido con la pandemia? ¿Es deseable?
Los efectos del cambio climático en nuestras vidas los hemos vivido, los hemos sufrido, y difícilmente podremos obviarlos. También las consecuencias de una crisis que traspasa las fronteras de lo sanitario. Y hemos experimentado la interdependencia hasta unos niveles que ni imaginábamos. La incertidumbre y la resiliencia han sido las palabras de 2020.
En 2021 nos la jugamos. Es el año de las decisiones. "Vamos a tener que sentar las bases de modelos futuros. Hemos llegado a unas bifurcaciones y hay que elegir qué camino vamos a tomar. ¿Aplicamos cooperación o conflicto en el sistema internacional? ¿Optamos por el aplazamiento o por la anticipación en cambio climático? ¿Apostamos por la recuperación parcial o global? ¿Hacemos nuestras ciudades más habitables o más desiguales?", plantea Eduard Soler, coordinador del informe del Cidob sobre los diez temas que marcarán la agenda global en 2021.
Son infinitos los desafíos a los que nos enfrentamos y muchos los focos de atención. Aquí exponemos los más relevantes:
1. Las mil y una vacunas.
Tras una espera corta en términos científicos, pero larga por el pánico que ha desatado esta pandemia, han empezado a aplicarse las primeras vacunas de Pfizer y BioNTech (en Europa y EEUU) y de Moderna (en Estados Unidos) a finales de 2020. También ha comenzado a distribuirse la vacuna rusa. Primero se trata de inmunizar a los mayores y a los sanitarios, y progresivamente a los colectivos más expuestos.
La Unión Europea ha decidido de forma conjunta sobre la aprobación de la vacuna y ha comenzado a distribuirla a la vez este último fin de semana de diciembre. Es un paso muy significativo que podría marcar una nueva etapa en los Veintisiete.
Según Tom Standage, director del anuario de The Economist, "la diplomacia de la vacuna hará que se distribuya por los países y habrá que ver quiénes acceden y cómo lo hacen". También se plantea si habrá muchos que rechacen la inmunización, después de ver este año cómo miles se han echado a las calles en nombre del movimiento antivacunas. Como en tantas cuestiones que hemos vivido en 2020, no solo se trata de protegerse sino de proteger a los demás. No funciona si no se da en los dos sentidos.
2. Adiós a Trump. La era Biden-Harris.
Son muchos los que creen que 2020 terminará cuando Donald Trump deje la Casa Blanca. El presidente saliente está aprovechando los últimos días de su mandato para otorgar indultos a sus afines, entre ellos el suegro de su hija, condenado por varios delitos fiscales. Hasta el último minuto sigue atizando la tesis del fraude y no ha reconocido su derrota.
Pero lo cierto es que sus denuncias de fraude no han tenido éxito en los tribunales y el Supremo, con mayoría de magistrados nombrados por presidentes republicanos, también las ha rechazado de forma unánime. Joe Biden y Kamala Harris ganaron por más de 81 millones de votos las elecciones y tomarán posesión el 20 de enero de 2021. Donald Trump no ha confirmado su asistencia al acto.
En política exterior la retórica y la praxis de Biden consistirá en restaurar alianzas sobre el concepto de los valores"
Pol morillas, cidob
En política interna la capacidad de acción de Joe Biden dependerá de que los demócratas logren una ajustadísima mayoría en el Senado tras la segunda vuelta electoral en Georgia, el 6 de enero. Si pierden uno o dos de los puestos en juego, la mayoría será republicana, de modo que los pactos con los moderados serán imprescindibles para avanzar en la agenda política.
"En política exterior la retórica y la praxis de Biden consistirá en restaurar alianzas sobre el concepto de los valores. Su Administración está en esa lógica de contrarrestar el autoritarismo con el discurso de la lógica de las democracias y una normativa basada en valores", afirma Pol Morillas, director del Cidob. Es la vuelta al multilateralismo y el fin del "America only". Biden ya ha anunciado la vuelta al Tratado de París sobre Cambio Climático y ha designado a John Kerry como el valedor de EEUU sobre esta relevante cuestión. Habrá que ver qué pasará con el acuerdo nuclear con Irán.
3. China, una tensión subyacente.
Donald Trump apuntó a China como culpable de la pandemia. Una y otra vez se refirió al "virus chino" en la campaña electoral. Antes recurrió a la guerra comercial para satisfacer a su electorado, ante quien presenta a China como la gran culpable de su pérdida de bienestar.
Con Joe Biden habrá diferencias, pero la tensión se mantendrá. Las dos potencias son competidoras, si bien pueden decidir no ser rivales a cara de perro. El propio Xi Jinping reconoció en algún momento que con Trump no sabían a qué atenerse. Con Biden sí lo sabrán. "China intentará aliviar las tensiones pero no hay que hacerse ilusiones sobre un total reset de las relaciones. No se volverá a los días antes de 2016, cuando los presidentes estadonideneses confiaban en que un mayor compromiso contribuyera a abrir su economía y su sociedad al mundo", escribe en The World in 2021 David Rennie, jefe de la oficina de The Economist en Pekín.
Si bien China está recuperándose más rápidamente, "ninguna de las grandes potencias saldrá ganadora de la crisis", escribe Bruno Tertrais, director adunto de la Fundación para la Investigación Estratégica en El mundo después del Covid-19, un dossier de La Vanguardia.
"Aunque el gobierno de Trump no logró imponer la expresión 'virus chino', China fue claramente el problema antes de ser la solución (a través de la ayuda internacional), y debería de haber estado más preparada. De todas maneras, no estará en mejor forma cuando finalice la crisis: retrasos en la gestión de la pandemia, silenciamiento de los denunciantes, propaganda diplomática descarada... En conjunto, el calendario del proyecto insignia chino (la nueva Ruta de la Seda) bien podría saltar por los aires dado que, al deterioro de su imagen pública, se le suman las dificultades económicas", señala Tertrais.
4. Recuperación económica.
En 2020 la economía global ha sufrido un parón. Hasta el gigante chino tuvo que recurrir al freno de mano, si bien es la primera economía en reactivarse. De hecho, China será de los pocos países del mundo que termina el año con un PIB positivo. En 2021, cuando entra en vigor el 14º plan quinquenal, se prevé un crecimiento de un 8%.
La recuperación acentuará las desigualdades si no se introducen elementos correctivos. El Plan de Recuperación de la Unión Europea es un paso adecuado en ese sentido, pero no será suficiente para atender las necesidades de las economías más afectadas por la crisis del modelo vigente hasta ahora.
Más allá de las cifras de crecimiento de la economía el gran tema de 2021 será el de la distribución de la renta y de los ingresos..."
agenda global cidob
"Más allá de las cifras de crecimiento de la economía el gran tema de 2021 será el de la distribución de la renta y de los ingresos... La pandemia ha revelado con gran crudeza hasta qué punto las capacidades para luchar contra el virus o para soportar las medidas para hacerle frente han variado de un país a otro, pero también dentro de un mismo país", apunta el informe del Cidob.
Por ejemplo, en Alemania los dueños de locales que se han visto obligados a cerrar reciben una ayuda equivalente al 75% de su facturación del mismo mes del ejercicio anterior. En España no obtienen ayudas directas, apenas acceso a préstamos a bajo interés, y alguna ventaja en el alquiler.
De acuerdo con esta previsión del Cidob, la recuperación será en forma de K, lo que significa que unos pocos sectores se recuperarán rápidamente, e incluso mejorarán con respecto a 2019, mientras que otros serán conscientes del daño causado por la pandemia.
Una vez que la crisis sanitaria se supere, porque las vacunas permitan una inmunidad de grupo, estos sectores e individuos que se vean seriamente perjudicados sentirán una gran frustración. Hay serio riesgo de que movimientos como los chalecos amarillos franceses tengan eco similar en otros países.
5. La hora de actuar sobre el cambio climático.
La crisis que hemos vivido es una crisis matrioshka, en palabras de Javier Padilla y Pedro Gullón, autores de Epidemiocracia. «Pandemias como esta trastocan todas nuestra formas de (con)vivir, especialmente en una crisis sanitaria que es una crisis cubierta por otras crisis como la económica y la ecológica. A este respecto, las emergencias sanitarias van a ser la nueva normalidad».
La OMS ha reconocido que hay un vínculo directo entre las enfermedades infecciosas y el impacto del cambio climático en la biodiversidad. Como consecuencia del deshielo, se sabe que reaparecen virus desconocidos para los que no hay inmunidad.
Por un lado, "la pandemia ha generado un sentimiento de vulnerabilidad sin precedentes... El activismo climático aprovechará este argumento para exigir medidas inmediatas y efectivas contra los efectos del cambio climático", señala el informe sobre la agenda global del Cidob.
Si bien será palpable esta presión, hay riesgo de que el cortoplacismo y la urgencia por solventar la crisis más inmediata haga que vuelvan a posponerse los objetivos necesarios para luchar contra el cambio climático.
No es deseable que volvamos a la 'normalidad' en cambio climático... Hay una gran oportunidad en la recuperación"
marie vandenbriessche
"No es deseable que volvamos a la normalidad en lo que se refiere a cambio climático. Si nos quedamos ahí, no vamos a ninguna parte. Hay una gran oportunidad en la recuperación. Es una oportunidad única, un punto de inflexión. Hay mayor ambición climática a largo plazo, pero hay que acercar esa ambición al hoy", señala Marie Vandenbriessche, investigadora senior de EsadeGeo.
Es un momento decisivo. Los gobiernos han de ver como una oportunidad ese cambio hacia una economía sostenible y verde. Es una reconversión necesaria para que las nuevas generaciones puedan construir su futuro.
6. La oportunidad de la Unión Europea.
Los Veintisiete terminan 2020 con los presupuestos aprobados, el plan de recuperación sobre la mesa tras vencer las resistencias de Hungría y Polonia, y con un acuerdo comercial con el Reino Unido que culmina el Brexit. Ha sido un año intenso que culmina con unos resultados alentadores.
Como dijo la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, al anunciar el acuerdo con el Reino Unido, ahora la UE podrá dedicarse a otros asuntos. Han pasado cuatro años y medio desde que el sí se impusiera en el referéndum del Brexit, y desde entonces ha marcado la agenda del Reino Unido y de la Unión Europea.
Lo bueno es que la UE ha negociado unida. Ni siquiera en la fase final el primer ministro británico, Boris Johnson, ha logrado dividir a los Veintisiete. Solo había un teléfono al que podía llamar: el número del Ursula von der Leyen.
La marcha de la canciller alemana, Angela Merkel, es el hecho más significativo de este 2021. Merkel ha confirmado que no optará a un nuevo mandato y en enero su partido, la CDU, elige nuevo líder. En Alemania ha llegado su momento de partir, pero Europa va a echar mucho de menos a Merkel, quien ha sido, por ejemplo, quien ha logrado que Hungría y Polonia dejaran de poner pegas al fondo de recuperación.
Esas ayudas que se han aprobado, vitales para la recuperación, están dirigidas a la transformación de la economía en países como España, excesivamente dependientes del turismo. Serán los proyectos digitales y verdes los que tendrán prioridad.
Unida a esta reconversión está el reto de la desigualdad. "El gran reto será asegurarse de que no se sale de esta crisis con una UE más desigual. A diferencia de 2008, se ha tenido en cuenta este factor, pero no se sabe si será suficiente. Hay riesgo de explosión social", afirma Carme Colomina, investigadora del Cidob.
En suma, si se aprovechan los recursos habrá posibilidad de empezar a desarrollar sectores de futuro, que habrán de crear un empleo que permita absorberlos excedentes del antiguo sistema. Si se genera más desempleo, y la clase media pierde bienestar, habremos desaprovechado una gran oportunidad.
7. ¿Un 2020 bis?
En muchos aspectos, el año 2021 podrá parecer un nuevo ensayo de 2020. Hay muchos acontecimientos, entre ellos los Juegos Olímpicos de Japón o la Exposición Universal en Dubai, que no pudieron celebrarse y tendrán lugar el próximo año.
Comenzaremos aún con la pandemia en auge y la primera parte del año se parecerá a 2020. Pero a medida que avance el año veremos hacia dónde nos dirigimos.
En una entrevista en La Vanguardia, el pensador israelí Yuval Harari decía que somos nosotros los que hemos de decidir cómo será el mundo después de la pandemia. "La actual pandemia no nos empuja a un futuro de una manera determinista; es más, nos obliga a hacer muchas elecciones. Y decisiones diferentes darán forma a futuros diferentes".
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