"Mis queridos congresistas, mis queridos americanos, no podemos escapar a la Historia". Con estas palabras se ha dirigido a la Cámara de Representantes su presidenta, la demócrata Nancy Pelosi, al abrir el debate formal sobre el segundo impeachment al presidente de Estados Unidos, Donald Trump. Pelosi ha descrito a Trump como "una amenaza vital a la libertad, al gobierno democrático y al estado de Derecho".
La Cámara de Representantes, después de casi siete horas de deliberaciones, ha aprobado por 232 votos, entre ellos diez republicanos, a favor y 197 en contra proceder a este segundo impeachment. Trump se convierte así en el primer presidente de Estados Unidos que afronta dos juicios políticos en su mandato. El Senado tiene la última palabra sobre el impeachment.
"Sabemos que hemos experimentado una insurrección que violó la santidad del Capitolio y atentó contra la voluntad del pueblo americano... Y sabemos que el presidente de Estados Unidos incitó la insurrección, una rebelión armada contra nuestro país. Debe irse. Es un peligro claro para la nación que todos amamos", ha añadido Pelosi.
Este paso en la Cámara de Representantes ha sido posible gracias a que los demócratas tienen mayoría: 222 congresistas son demócratas frente a 211 republicanos y hay dos vacantes. Diez republicanos se han unido a la demanda demócrata de destituir a Donald Trump. En el primer impeachment ni un congresista votó a favor.
El Senado es la Cámara decisiva, que ya rechazó el primer juicio político en febrero de 2020. Entonces un solo senador republicano lo apoyó: Mitt Romney. No se reunirá este viernes, como pretendían los demócratas. Votarán después de la toma de posesión de Joe Biden.
El líder de los republicanos en el Senado, Mitch McConnell, no descarta votar a favor del juicio político a Trump. Los demócratas necesitan 17 senadores para que salga adelante. Se precisan dos tercios de los 100 senadores. Ahora hay empate a 50 republicanos y 50 demócratas.
Cuando aún estaba reunida la Cámara de Representantes, el presidente Trump ha dado a conocer un comunicado en el que insta a "todos los americanos para que alivien las tensiones y hagan posible que reine la calma". En letras mayúsculas, pide que no haya violencia, ni vandalismo, ni violaciones de la ley.
Unos 20.000 efectivos de la Guardia Nacional se van a desplegar por la capital federal para evitar estallidos violentos. Cientos de ellos han descansado en el Capitolio antes del debate y han dado lugar a escenas memorables.
Republicanos disidentes
La republicana disidente más destacada es Liz Cheney, congresista por Wisconsin y tercera en el rango en el Partido Republicano. Es hija del ex vicepresidente Dick Cheney.
Sus declaraciones, emitidas en un comunicado horas antes de la votación, han hecho la delicias de los demócratas, que en varias intervenciones han instado a los republicanos a que se liberen del "miedo a Trump". Y han llevado al congresista republicano por Ohio, Jim Jordan, firme defensor de Trump, a pedir su destitución como número tres del partido.
"El 6 de enero de 2021 una turba violenta atacó el Capitolio de Estados Unidos para obstruir el proceso de nuestra democracia y parar la confirmación de la votación del Colegio Electoral. Esta insurrección ha causado muertos, heridos y destrucción en el espacio más sagrado de nuestra República", señala Cheney en su comunicado.
El presidente de EEUU convocó a esta turba, los reunió y encendió la llama del ataque Nada habría sucedido sin el presidente"
liz cheney, republicana
"El presidente de Estados Unidos convocó a esta turba, los reunió, y encendió la llama del ataque. Todo lo que siguió es por su actuación. Nada de esto habría sucedido sin el presidente. El presidente podría haber intervenido de inmediato para detener la violencia. Nunca antes un presidente ha violado su juramento a la Constitución de esta manera. Votaré a favor del impeachment", añadía.
El jefe de la mayoría en la Cámara de Representantes, Stany Hoyer, ha elogiado a Liz Cheney por sus palabras. "Si estas acciones no merecen un impeachment, no sé cuáles la merecen", ha dicho Hoyer, un veterano que lleva desde 1981 en la Cámara.
Hoyer ha comparado a Trump con todos los predecesores a los que ha conocido, desde Ronald Reagan. "Todos honraron la Constitución. Trump no honra la Constitución y por eso ha de ser destituido".
Liz Cheney no ha sido la única republicana que ha votado a favor del juicio político al presidente. También lo han hecho John Katko, de Nueva York que fue el primer republicano que anunció que estaba a favor de la destitución de Trump; Adam Kinzinger, de Illinois, uno de los más feroces críticos de Trump en el partido; Fred Upton, de Michigan; Jaime Herrera Beutler, del estado de Washington; Dan Newhouse, de Washington, Peter Meijer, de Michigan; Anthony González, de Ohio; Tom Rice, de Carolina del Sur, y David Valadao, de California.
"No hay excusa para lo que hizo el presidente Trump... El presidente juró defender la Constitución contra todos los enemigos, extranjeros y domésticos. La semana pasada, hubo una amenaza doméstica a las puertas del Capitolio, y no hizo nada para detenerla. Por eso, con gran pesar de mi corazón, votaré a favor de estos artículos del impeachment", ha dicho Newhouse.
"Incitación a la insurrección"
El segundo impeachment está basado en una resolución en la que se argumenta que Trump ha cometido "incitación a la insurrección". No se precisan testigos porque los testigos son los congresistas, que vieron cómo una multitud de seguidores de Trump profanaban la sede del Legislativo.
Estamos celebrando este debate en la escena del crimen, y no estaríamos aquí si no fuera por el presidente de EEUU"
george mcgovern, demócrata
"Estamos celebrando este debate en la escena del crimen, y nosotros no estaríamos aquí si no fuera por el presidente de Estados Unidos", dijo el demócrata Jim McGovern, que añadió "la causa de la violencia está en el 1600 de la Avenida Pensilvania".
La acusación se basa en lo que hizo Donald Trump el miércoles 6 de enero cuando convocó a sus seguidores en las inmediaciones del Capitolio, donde se reunía en sesión conjunta la Cámara de Representantes y el Senado para confirmar la elección de Joe Biden como presidente.
Trump instó a sus hooligans a que fueran al Capitolio y convencieran a los republicanos más débiles para que no confirmaran la victoria de Biden, ya que el presidente insistía y aún mantiene que fue fraudulenta. "Vamos a luchar porque si no lo hacemos tendremos un presidente ilegítimo", dijo entonces Trump.
Apeló al vicepresidente, Mike Pence, para que no confirmara el voto, a lo que se negó su número dos. También ha rechazado aplicar la enmienda 25 para incapacitarle, como pretendían los demócratas.
Los admiradores del presidente le hicieron caso el miércoles, irrumpieron en el Capitolio, lo saquearon y provocaron que los congresistas y senadores tuvieran que refugiarse. Apenas encontraron resistencia policial.
Cisma republicano
Los congresistas republicanos escenificaron su división en la sesión en la Cámara de Representantes. De toda maneras, no ha habido apenas defensas a ultranza de Trump. Los argumentos de los que han votado en contra se basan en que un impeachment ahora ahonda la división del país.
El republicano Jim Jordan, de Ohio, ha sido el más fiel escudero de Trump. "Aplicáis una doble moral. Una cosa es la violencia del verano y otra la que vemos ahora". Y ha añadido que los demócratas cuestionaron la elección de Trump desde el principio. Ha sido la excepción.
Más conciliador el republicano Tom Cole, de Oklahoma, ha señalado: "Hemos de dar pasos hacia la unidad. Hemos de ir hacia delante y celebrar una transición pacífica. Merecemos algo mejor que esto y el pueblo americano merece algo mejor".
El líder de la minoría republicana en la Cámara, Kevin McCarthy, ha sido salomónico. McCarthy está en contra del impeachment, dado que faltan apenas siete días para que Joe Biden asuma como presidente. Pero reconoció que Trump fue responsable del asalto y además no mostró arrepentimiento. "Debería haber denunciado inmediatamente a la turba cuando vio qué estaba ocurriendo".
Trump tardó varias horas en pedir a la multitud que se retirara del Capitolio, y en su primera alocución les llamaba "patriotas" y les mostraba su cariño y admiración. Treinta horas más tarde se mostraba dispuesto a una transición ordenada, una vez que el Congreso confirmó la victoria de Joe Biden, tras el asalto.
El Partido Republicano tendrá que recomponerse después de estos cuatro años con Trump al frente. O sigue su estela o vuelve a sus orígenes, a Lincoln. Han invocado la unidad del país. Es un buen paso.
Lo cierto es que Trump sigue teniendo una base electoral a prueba de asaltos. En una encuesta de Morning Consult y Politico, el presidente apenas pierde 12 puntos después de la toma del Capitolio por sus huestes. En noviembre tenía un 54% de apoyos, y después de los sucesos un 42%.
La mayoría de los estadounidenses, un 55%, está a favor del impeachment. Sin embargo, entre los republicanos, un 85% está en contra. Joe Biden empezará su mandato con un país dividido y con las heridas abiertas.
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