"En Oriente Próximo no hay una amenaza más seria, más peligrosa y más urgente que la planteada por el régimen fanático de Irán". Así se expresaba el primer ministro, Benjamin Netanyahu, ante el secretario de Defensa de EEUU, Lloyd Austin, en su primera visita a Israel este lunes. El Estado hebreo ha celebrado este miércoles su 73 aniversario en plena tensión con Irán, que acusa a Israel de "un acto de sabotaje" en una planta de enriquecimiento de uranio en Natanz. Irán ha prometido "venganza" a su debido tiempo. Ya se han registrado varios incidentes en buques de propiedad israelí e intereses marítimos iraníes.
Es la eterna guerra entre bambalinas que se recrudece mientras en Israel están en marcha las negociaciones para formar gobierno, encabezadas por Benjamin Netanyahu, primer ministro desde hace más de una década, que a la vez encara su procesamiento por corrupción. Sacar a relucir a los ayatolás suele ser rentable políticamente en Israel.
En Irán, azotado por la crisis económica y los efectos del coronavirus, se celebran elecciones presidenciales el 18 de junio. Nada mejor que una buena dosis de patriotismo para animar a los desesperados iraníes, que confiaban en que un cambio en la Casa Blanca conllevaría una vuelta de EEUU al pacto nuclear. El ex presidente, Donald Trump, se desmarcó del acuerdo, suscrito también por Reino Unido, Francia, Alemania, Rusia y China.
El ministro iraní de Exteriores, Mohammad Havad Zarif, ha calificado como "crimen de guerra" el sabotaje a la planta de Natanz, el pasado fin de semana. "Atacar deliberadamente una instalación nuclear, con alto riesgo de liberación indiscriminada de material radiactivo, es terrorismo nuclear y un crimen de guerra", ha difundido Zarif en su cuenta de Twitter.
Sin alternativa y sin tiempo
El jefe de la diplomacia iraní advierte a su vez a Washington que "si quiere evitar las consecuencias de este estúpido juego, ha de dejar de considerar el terrorismo económico como palanca de negociación y eliminar todas las sanciones impuestas". Una vez que lo hagan, Irán volverá a cumplir las condiciones del pacto nuclear.
Y concluye en un último tuit de este miércoles: "Biden y Harris tienen una elección que hacer: o el acuerdo de Obama y Biden o la campaña de fracasos máximos de Trump. No hay alternativa. No queda mucho tiempo".
Unos días antes del incidente en Natanz, se reunieron en Viena los representantes de Irán y de los signatarios del Acuerdo Nuclear, incluido Estados Unidos. Washington participó por primera vez aunque lo hizo de forma indirecta. Era un avance en comparación con el plante dado por Trump.
Sin embargo, las últimas declaraciones del líder supremo iraní, el ayatolá Ali Jamenei, no dejan mucho espacio a la esperanza. Jamenei ha dicho que las propuestas de EEUU son "arrogantes", "humillantes", y "no dignas de consideración".
EEUU no busca aceptar la verdad en las negociaciones (...) Su objetivo es imponer sus propios deseos equivocados"
líder supremo, alí jamenei
Según ha declarado el líder supremo iraní, "Estados Unidos no busca aceptar la verdad en las negociaciones (...) Su objetivo es imponer sus propios deseos equivocados... Las naciones europeas siguen las políticas de EEUU aunque reconocen los derechos de Irán". Ha reiterado que la demanda de Irán es que primero se eliminen las sanciones.
Y para reafirmar su pulso el presidente iraní, Hasan Rohani, ha anunciado que Teherán va a elevar la producción de enriquecimiento de uranio al 60% como respuesta "a la maldad" de Israel. Hasta ahora ha llegado al 20%. Para fabricar la bomba atómica tendría que llegar a un mínimo del 80%.
También se ha registrado el martes un ataque sin heridos a un barco de propiedad israelí en las costas de Emiratos Árabes Unidos. En los últimos meses, la contienda entre Israel e Irán se ha librado en el mar. Y en otro plano en Siria, donde las dos potencias regionales se enfrentan por intermediación.
Con el fin de frenar el avance nuclear iraní, Israel habría realizado una serie de acciones encubiertas como la inserción de un virus llamado Stuxnet, que atacaba las centrifugadoras iraníes. O varios científicos iraníes murieron en extrañas circunstancias.
El atentado más impactante tuvo lugar en noviembre pasado, cuando el jefe del programa nuclear iraní, Mohsen Fajrizadeh, resultó muerto por un arma de una tonelada que los servicios secretos israelíes habrían trasladado a Irán pieza a pieza. Netanyahu previamente había reconocido que el científico era un hombre clave en el desarrollo nuclear iraní.
Freno, ¿a qué precio?
Según afirma Michael Stephens, experto del Royal United Services Institute, en la BBC, "los israelíes están intentando que descarrile el programa nuclear iraní, de una forma muy arriesgada. En primer lugar, pueden minar la capacidad negociadora de EEUU y su intención de volver al pacto nuclear. En segundo lugar, los iraníes pueden buscar cómo contrarrestar estas acciones y cómo vengarse. Israel ha probado que puede dañar la capacidad nuclear de Irán, pero ¿cuál será el precio?".
Son varios los incidentes registrados en el mar. A principios de año un carguero israelí resultó dañado mientras pasaba el Golfo de Omán. Irán negó estar implicado. En abril, un barco iraní recibió el impacto de minas en el sur del Mar Rojo. Israel dijo que este barco había sido utilizado por los hutíes, aliados de Irán en la guerra del Yemen.
Para Ishaan Tharoor, columnista en The Washington Post, Israel está "saboteando la jugada de Biden en Irán". Los ataques refuerzan a los halcones en Irán. Y queda poco tiempo para que se celebren las elecciones presidenciales en Irán.
Las próximas elecciones en Irán pueden llevarse por delante a los pragmáticos como el actual presidente Rohani en favor de los duros"
ishan tharoor
"El deseo de Netanyahu de rivalizar con los iraníes y echar por tierra las negociaciones es solo un detalle en la intrincada política que rodea estas conversaciones. Las próximas elecciones en Irán pueden llevarse por delante a los pragmáticos como el actual presidente Hasan Rohani en favor de los más duros del régimen que son mucho más reacios a cualquier concesión", apunta Tharoor.
Cada vez que Israel perpetra un ataque como el de Natanz da munición a los detractores de Rohani y da una excusa perfecta a los ayatolás para seguir con el enriquecimiento de uranio. Esta política de desgaste retrasa el avance del programa nuclear iraní, pero no lo frena.
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