"'Nosotros, el pueblo', dice la Constitución de EEUU. Ya es hora de que recordemos que 'nosotros, el pueblo' somos el gobiero. Ustedes y yo". "Flanqueado por primera vez por dos mujeres, Kamala Harris y Nancy Pelosi, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, ha intervenido por primera vez ante el Congreso en un discurso en el que ha justificado un mayor papel del Estado en la economía. Biden ha dejado claro que está empeñado en "demostrar que la democracia funciona y que puede servir al pueblo".
En la víspera de sus primeros cien días en la Casa Blanca, Biden ha realizado un balance de su gestión, especialmente centrada en la pandemia del coronavirus. Es la primera vez que el discurso del presidente ante el Congreso se realiza con gran parte de las bancadas vacías por precaución para evitar contagios. Los congresistas y senadores presentes llevaban mascarilla.
"Estados Unidos está de vuelta otra vez", ha dicho Joe Biden. El presidente de EEUU ha destacado cómo la campaña de vacunación está siendo un éxito. "Nuestro progreso en los últimos cien días contra una de las peores pandemias de la historia es uno de los mayores logros logísticos jamás vistos", ha dicho. EEUU ha superado los 200 millones de vacunados. "Cada vacuna es una dosis de esperanza.
"Estamos vacunando a la nación, creando cientos de miles de empleos y la gente puede ver los resultados y sentirlos en sus vidas", ha añadido. El 43% de los estadounidenses ya han recibido al menos una dosis y casi el 30% están ya totalmente inmunizados. Biden ha fijado el 4 de julio, la fiesta nacional, como la fecha en la que EEUU habrá alcanzado su punto de inflexión en la crisis del coronavirus.
El Estado vuelve
Para Biden la crisis es una oportunidad que llevará al éxito a Estados Unidos. En su discurso de 65 minutos, ha explicado su plan de recuperación, basado en un plan de inversiones en infraestructuras de más de dos billones de dólares y otro plan de ayuda a las familias y ciudadanos vulnerables por 1,9 billones.
Estos ambiciosos proyectos los quiere financiar con una subida de impuestos a quienes ingresen más de 400.000 dólares al año y a las grandes corporaciones. "Es momento de impulsar la economía desde abajo".
Biden se ha referido a un informe que detalla cómo el 55% de las grandes empresas no pagó impuestos federales, mientras obtuvieron unos 40.000 millones en beneficios. "Esto no está bien", ha remarcado.
Con su Plan de Empleos para América, tiene como objetivo renovar las tuberías de plomo y mejorar las infraestructuras, como líneas férreas y puentes. Este plan mejorará la vida de los estadounidenses y creará millones de empleos.
Biden se ha referido también a la tragedia que vive Estados Unidos debido a los continuos tiroteos. Biden pretende que se prohiban los rifles de asalto y los cargadores de alta capacidad, que suelen usarse en los tiroteos que estremecen día sí y día no a la nación. A su vez aboga por una estricta vigilancia sobre los antecedentes policiales de los que posean armas.
Ha propuesto a los republicanos que aprueben una ambiciosa reforma de la policía, que lleva el nombre de George Floyd. Su plan es que vea la luz cuando se cumpla un año de la muerte de este ciudadano afroamericano que sufrió durante nueve minutos y 29 segundos con la rodilla del agente Derek Chauvin en su cuello. Chauvin acaba de ser declarado culpable de tres cargos: dos de asesinato en segundo y tercer grado, y otro de homicidio involuntario.
Ha aludido también a la necesaria reforma migratoria. Ha instado a los republicanos para que los dos partidos busquen consensos, aunque sea parciales. "Si el Congreso no aprueba mi plan, entonces adoptemos lo que coincidimos. Si usted cree que necesitamos una frontera segura, apruébelo. Si cree en una vía a la naturalización, apruébelo. Si usted realmente quiere solucionar el problema, le he enviado un proyecto de ley. Apruébelo", ha dicho en alusión directa a los congresistas republicanos. Ha aludido a la necesaria protección de los dreamers, los jóvenes que llegaron a EEUU como niños y han desarrollado su vida allí.
Nada que ver Joe Biden con su antecesor, Donald Trump. Donde Trump decía patria, Biden clama por una América solidaria. Mientras Trump miraba a otro lado a los actos de los supremacistas, Biden los condena y pide una reforma policial. Si Trump negaba durante meses el impacto del coronavirus, Biden busca cómo afrontar la crisis y hacerlo de forma diferente a cómo se hizo en 2008, cuando era vicepresidente de Barack Obama.
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