Como diplomática de amplia trayectoria, antes de ser embajadora en España lo fue en México (2010-2015) y en Rumanía (2003-2007), Rodica Radian-Gordon ha vivido ya varios estallidos bélicos entre israelíes y palestinos. La actual conflagración es la más grave desde el verano de 2014, cuando hubo una ofensiva terrestre de Israel en la franja.
Está muy pendiente de lo que está pasando en Israel y Gaza. Cuenta con los informes del gobierno israelí pero también con el relato personal de sus hijos y nietos, que cada día han de ponerse a refugio en Tel Aviv de los cohetes que lanza Hamás.
Lamenta profundamente las víctimas, que ya suman 137 en Gaza, incluidas una treintena de niños y diez en Israel. La embajadora ve con gran preocupación cómo zonas mixtas, donde convivían judíos y árabes, como Jaffa, junto a Tel Aviv, donde tiene su hogar, son escenario de linchamientos y saqueos.
Israel, cuyas imágenes hace unas semanas se asociaban a la exitosa campaña de vacunación contra el coronavirus, vuelve a las primeras páginas de los diarios internacionales por los bombardeos en Gaza y los cohetes lanzados por Hamás sobre varias localidades israelíes.
La embajadora recibe a El Independiente en su oficina de la embajada en Madrid en la mañana del viernes, justo horas después de una noche de intensos ataques aéreos, reforzados con artillería desde la frontera, sobre Gaza. Parece el preludio de otra ofensiva terrestre, como la que Israel llevó a cabo hace siete años.
La diplomática explica cómo Israel trata de lanzar un mensaje de disuasión que va más allá de Hamas. Irán ha de tener claro que Israel no se queda de brazos cruzados cuando atacan a su población, que se habría salvado de mayores consecuencias gracias a la llamada cúpula de hierro, el escudo antimisiles que intercepta un 90% de los cohetes de Hamás.
Pregunta.- La tensión se desbordó el lunes, cuando la policía israelí empezó a actuar contra los árabes que se concentraban en torno a la mezquita de Al Aqsa, tercer lugar sagrado del Islam, y también considerado sagrado por los judíos. ¿Fue ese el detonante de esta crisis?
Respuesta.- Todo esto tiene un trasfondo más complicado. El origen está en la pugna por el poder entre la Autoridad Nacional Palestina y Hamás. No celebraron elecciones y Hamás contaba con tener muchos votos en estos comicios. Otro pretexto fueron las fechas señaladas de estos días: la última semana del Ramadán con la culminación en la fiesta de Eid al Fitr, y el Día de Jerusalén, que era el lunes 10 de mayo. Así pues la atmósfera estaba muy cargada. Israel trató de contener la situación y apagar las llamas. El gobierno israelí adoptó medidas como evitar los desfiles en lugares más sensibles como en la Ciudad Vieja. Pero Hamás consideró que el momento era oportuno para encender las llamas. Y empezaron por lanzar numerosos cohetes sobre Jerusalén el lunes y horas después sobre Tel Aviv.
Para los aliados de Hamás en el exterior este ataque es muy importante para comprobar cómo reacciona Israel
En el contexto regional, Hamás trata de mostrarse como líder de los palestinos, incluso en el tema de Jerusalén que es una cuestión panárabe y panmusulmana. Para los aliados de Hamás en el exterior este ataque es muy importante para comprobar cómo reacciona Israel. Los medios de Hamás no son comparables con los que tiene Israel. Por eso hay que ser muy cuidadosos; no utilizamos todos nuestros medios. Cuando se analice quiénes son los muertos en Gaza se verá que la mayor parte son militantes de Hamás.
Nosotros tratamos de ser muy quirúrgicos pero también hemos de demostrar que somos muy eficaces. Lo más importante es restaurar la disuasión. Si ahora resultara que Israel después de esta lluvia de misiles se replegara, sería una señal de debilidad para Hizbulá y para Irán. Las implicaciones van más allá de Israel e incluso de la región. Afecta a Europa y otras democracias.
Ese es el dilema para Israel: cómo reaccionar de una manera que no sea demasiado fuerte pero que a la vez sea muy claro. No dejamos que ataquen a nuestra población civil. Israel ha de lanzar un mensaje de disuasión fuerte que llegue más allá de Hamás, pero también a Hizbulá y a Irán y sus seguidores.
P.- También ha provocado indignación en los palestinos la serie de desalojos en el barrio de Sheij Jarrah, en Jerusalén Este.
R.- El gobierno israelí mostró mucha responsabilidad porque pidió a la Corte que no se ocupara de este tema y lo pospusiera para calmar la situación. Son pretextos. Hamás evaluó que era el momento oportuno. Espero que después de estos días se den cuenta de que no fue tan oportuno. Ellos y los que les apoyan en la región.
P.- Sobre el terreno, todo indicaría que vamos hacia una ofensiva terrestre, especialmente después de los ataques desde la frontera y los bombardeos de la madrugada del viernes. ¿Es inevitable?
Los ataques están siendo un éxito porque estamos dañando seriamente su infraestructura
R.- No hemos entrado en la franja de Gaza. No sé a dónde vamos exactamente. Todo dependeré de cómo evolucionen los acontecimientos. Hemos dado un golpe muy fuerte a la estructura de Hamás. Ha quedado claro que sabemos lo que Hamás tiene: hay túneles dentro de Gaza donde están sus almacenes, sus fábricas de producción de misiles y sus militantes... Los ataques están siendo un éxito porque estamos dañando seriamente su infraestructura. Es una señal para la región.
P.- Después de asociar la imagen de Israel a una exitosa campaña de vacunación, ahora vemos a su país en una nueva batalla. Esa ola de violencia en Israel y Gaza no cesa y se reproduce a un nivel máximo como estos días cada cierto tiempo. ¿Esta dinámica tendrá que parar en algún momento?
R.- Sí, pero como se dice se necesitan dos para bailar un tango.
P.- ¿Qué está dispuesto Israel a conceder para llegar a esa coexistencia pacífica?
R.- Es algo que depende del liderazgo político en los dos lados. La Autoridad Palestina decidió no tener elecciones. Hamás niega la existencia de Israel y eso no es una buena base para un diálogo. También en Israel tenemos una crisis política sin precedentes y puede que tengamos que ir a una quinta convocatoria electoral. Es muy difícil negociar ahora. Y la situación regional es compleja.
Los Acuerdos de Abraham muestran cómo no hay un conflicto verdadero con el mundo árabe ni con el mundo musulmán
Por otro lado, hay una base de optimismo con los Acuerdos de Abraham. En menos de un año hemos visto un desarrollo espectacular de relaciones con algunos países árabes, lo que muestra que no hay un conflicto verdadero con el mundo árabe ni con el mundo musulmán, y que se puede llegar a entendimientos. Además de los acuerdos de paz con Egipto y Jordania, que son socios muy importantes para intentar construir una confianza en los dos lados. Con los palestinos lo cierto es que falta esa confianza, que es la base para negociar de buena fe. Y esto no se hará de un día para otro. Pero el hecho de que tengamos relaciones cercanas con otros países árabes puede ayudar. Quizá no ahora mismo, pero sí a medio plazo.
P.- Usted ha aludido a la situación política en Israel, de gran fragilidad. El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, está en funciones. Siempre se refuerza en estas crisis. No es la primera vez que utiliza la cuestión de la seguridad.
Gran parte de la población israelí está harta de los esfuerzos por llegar a acuerdos con los palestinos, hasta ahora infructuosos
R.- Netanyahu ha actuado de forma prudente. Varias veces ha demostrado que no era él quién quería empezar el enfrentamiento o atacar. La situación no depende solamente de un líder o un partido político, depende de ambos lados, y del contexto en Oriente Próximo. Lo cierto es que gran parte de la sociedad israelí, que en los años 90 era favorable a acuerdos de paz con los palestinos y estaba esperanzada, ahora está harta de estos esfuerzos que no han prosperado. Lo hemos intentado muchas veces con el plan de desconexión en 2005, la retirada del Líbano... Con Olmert casi llegamos a un acuerdo pero en el último momento Mahmud Abbas se retiró. La población se ha escorado más a la derecha y cada vez hay menos gente que en un corto plazo habrá un acuerdo con los palestinos. Ojalá lo haya, pero reina el escepticismo entre los israelíes.
P.- Pero la política de asentamientos que lleva a cabo Israel es considerada por muchos expertos, no solo por los palestinos, como un plan de colonización. Es como el apartheid en Sudáfrica. También se ha visto con la vacunación. Esto no ayuda a restablecer la confianza.
R.- Son mentiras. No hay apartheid. Son tonterías. Con las vacunas, por ejemplo. Israel no está obligada a vacunar a los palestinos, sino que es la Autoridad Nacional Palestina quien ha de hacerlo. Israel vacunó a unos 140.000 palestinos que pasan a Israel a diario a trabajar. También contribuyó a la iniciativa Covax.
El tema de los asentamientos ha de negociarse con los palestinos. No son algo sagrado. Hemos desmantelado algunos. Rechazamos la idea de un poder colonial porque Israel tiene raíces muy fuertes en esta zona, que es la vieja patria del pueblo judío. Entendemos que hay otra entidad y por eso reconocimos al pueblo palestino antes de empezar con las negociaciones de Oslo. No se puede juzgar este conflicto según los parámetros del colonialismo europeo. No es así.
P.- Con la Administración Trump mantuvieron muy buenas relaciones. Pese a sus diferencias, el actual presidente, Joe Biden, ha abogado por el derecho a defenderse de Israel en esta operación que se libra ahora. ¿Es EEUU el único actor que puede mediar con éxito en este conflicto para conseguir una tregua?
Espero que ningún país tenga duda sobre el derecho de Israel de existir y de defenderse como una democracia que lucha contra organizaciones no estatales terroristas
R.- Quiero subrayar que las relaciones entre Israel y Estados Unidos son muy fuertes, de largo plazo y es una base fundamental de nuestra política desde siempre. No importa el color político de la Administración estadounidense. Con Biden tenemos relaciones desde hace 40 años. Espero que ningún país tenga duda del derecho de Israel de existir y defenderse como una democracia que lucha contra organizaciones no estatales terroristas. Hay entendimiento en muchos países europeos. Me imagino que llegará el momento en que precisemos mediación y en ese sentido EEUU juega un papel importante pero no es el único país.
P.- ¿Cómo están siendo las relaciones con España en esta crisis?
R.- Tenemos contacto diario con el Ministerio español de Asuntos Exteriores. Es un diálogo muy abierto y muy sincero. Los dos lados lo apreciamos mucho. España, así como otros países dentro de Europa, ahora entiende que lo que estamos viendo va más allá de este conflicto puntual.
P.- Ustedes suelen observar que la opinión pública española, y gran parte de los medios, son propalestinos. ¿Por qué lo ven así?
R.- En mi opinión, los medios españoles están más dispuestos a difundir los mensajes palestinos. Por ejemplo, hace algunos días casi todos los periódicos dieron en portada una foto de una mujer palestina abrazando a su hijo muerto. Es una tragedia, algo muy fuerte y doloroso. Lo que pasa es que hay una alta probabilidad de que este niño haya muerto como consecuencia de los cohetes de Hamás. Un 30% de los misiles que lanzan contra Israel caen en Gaza y causan muchos de los muertos en Gaza.
P.- ¿Esto lo pueden demostrar?
R.- Imagino que lo podremos demostrar dentro de unos días. Pero la foto ya está ahí. Es muy doloroso. Cada civil que muere es una tragedia. Pasa también en el lado israelí. Es cierto que Israel tiene la cúpula de hierro, pero a pesar de eso ha habido muertos y heridos. No me gusta hacer un balance de muertos en uno y otro lado. Los israelíes tenemos suerte de contar con esa cúpula de hierro. Sin ella, habría muchos muertos en la parte israelí y entonces no podríamos reaccionar con tanta cautela.
P. Usted cree que la población palestina es rehén de Hamás en Gaza.
R.- Sin duda. Los palestinos son rehenes en Gaza de Hamás.
P.- Pero no tienen salida. Son las grandes víctimas.
R.- Estoy de acuerdo. Es una gran tragedia que no tiene una resolución fácil. Pero es importante que Hamás deje de detentar el poder.
P.- Hay quienes dicen que es Israel quien ha permitido que tenga ese poder.
R.- Es falso. Son teorías de la conspiración.
P.- Ojalá sus nietos puedan vivir en un tiempo de paz.
R.- Ojalá.
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