En el tercer y último debate entre los tres principales candidatos a la Cancillería alemana, el vicecanciller y ministro de Finanzas Olaf Scholz, socialdemócrata, ha vuelto a ser el ganador, según una encuesta de Forsa. El 42% de los encuestados le prefieren, frente al 27% que opta por el conservador Armin Laschet y el 25% por la ecologista Annalena Baerbock.
El vicecanciller socialdemócrata y la líder de los Verdes han dejado claro que su objetivo es llevar al partido de Merkel a la oposición. Cuando les preguntaron a quien preferían como aliados, Scholz y Baerbock han coincidido en que la mayoría de los alemanes quiere que la Unión (CDU y CSU), que lleva 16 años continuados en el poder, se vaya a la oposición.
Si bien en los dos debates anteriores, Scholz ganó porque no perdió, en esta ocasión sí ha sabido exponer mejor las fortalezas de su opción. Scholz combina la continuidad, ya que es vicecanciller en el gobierno de Merkel desde 2018, con el cambio, debido a que pactaría preferentemente con Verdes y se desmarcaría de la Unión.
El vicecanciller se ha comprometido a que el salario mínimo será de 12 euros por hora si él es el próximo canciller. Será uno de los puntos que recogerá el acuerdo de gobierno, sea cuáles sean sus aliados. Baerbock se ha mostrado de acuerdo en esta medida mientras el conservador Laschet se ha distanciado con el argumento de que es el empleo lo que más le preocupa, no el sueldo mínimo.
Ha sido entonces cuando el vicecanciller Scholz ha mostrado sus cartas de manera más contundente. “No quiero vivir en un país donde uno trabaja todo el día y no tiene para vivir”, ha dicho Scholz.
En Alemania hay millones de empleados con salarios tan bajos que difícilmente llegan a fin de mes. Hay menos desempleados pero más empleados precarios. “A mi me preocupa la dignidad de los ciudadanos”, ha concluido este argumento el vicecanciller y así ha dejado K.O. al conservador Laschet.
Tanto Scholz como Laschet han insistido en la necesidad de justicia social. En Alemania, la principal economía de la UE, viven 2,5 millones de pobres.
También han coincidido el aspirante socialdemócrata a la Cancillería y la colíder de los Verdes en insistir en la importancia de la Agenda Verde. Baerbock ha reprochado al conservador Laschet que en los últimos 16 años con Merkel al frente se haya avanzado tan poco en la lucha contra el cambio climático. Laschet ha reconocido que habría reducido antes la dependencia del carbón antes que cerrar nucleares. Pero esa decisión la tomó la canciller Merkel justo después de la tragedia de Fukushima.
Justo el viernes 24 está convocada en Berlín una gran manifestación de Fridays for Future a la que asistirá la joven activista medioambiental Greta Thunberg. Será un buen espaldarazo a las aspiraciones de los Verdes.
Ni una palabra de política exterior
Como novedad en este tercer debate han hablado de los cuidados, una cuestión básica después de la crisis del coronavirus, y del terrorismo de extrema derecha, más preocupante que el islamista, según el aspirante conservador Armin Laschet.
De nuevo, no se ha tratado sobre política exterior, ni siquiera sobre Europa. Todo indica que Alemania afronta estas cruciales elecciones para el país y para la Unión Europea con un elevado grado de ensimismamiento. Habrá un cuarto debate el jueves 23 con los aspirantes de todos los partidos representados en el Bundestag. Es decir, también estará el liberal Christian Lindner así como los líderes de Die Linke y Alternativa para Alemania.
Está por ver qué impacto tendrá el escándalo financiero en el Ministerio que encabeza el socialdemócrata Olaf Scholz, que hoy comparece en la comisión de Finanzas del Bundestag. La Fiscalía de Osnabrück investiga a la Unidad de Inteligencia Financiera (FIU) de Colonia, autoridad responsable del blanqueo de capitales y la financiación del terrorismo. Su tarea es muy criticada por falta de eficacia. Scholz, como ministro de Finanzas, está a cargo de la supervisión legal de la Unidad de Inteligencia Financiera.
La coalición favorita de Scholz y Baerbock sería la formada por sus partidos, rojiverde. Socialdemócratas y Verdes ya gobernaron juntos entre 1998 y 2005. Sin embargo, las encuestas apuntan como más probable alguna alianza con tres partidos (si contamos a la Unión con CDU y CSU como un partido).
Socialdemócratas y Verdes necesitarían a los liberales (coalición semáforo) o a la izquierda a su izquierda de Die Linke. Otra opción sería una coalición Jamaica (CDU y CSU más Verdes y Liberales). Todo está abierto cuando apenas faltan seis días para las elecciones. Lo único cierto es que la canciller Angela Merkel ya no será canciller cuando lleven a buen puerto las negociaciones para formar nuevo gobierno.
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