El centroizquierda italiana se ha impuesto en las grandes ciudades en las elecciones italianas. En primera vuelta ganaron los candidatos del Partido Democrático en Milán, de donde proceden líderes de la derecha como Silvio Berlusconi y Matteo Salvini, Nápoles y Boloña sin necesidad de segunda vuelta. Y en la ronda definitiva han reconquistado Roma, que tenía hasta ahora una alcaldesa del Movimiento 5 Estrellas, y han triunfado en Turín, que también estaba gobernada por los grillini.

La victoria en la capital italiana es muy simbólica. El ex ministro Roberto Gualtieri se ha impuesto por más del 60% de los votos a Enrico Michetti, candidato de la derecha, apadrinado por la líder de Fratelli d'Italia, Giorgia Meloni. En primera vuelta Michetti quedó en primer lugar, a pesar de ser un desconocido para el gran público. Stefano Lo Russo será alcalde de Turín.

La derecha ha de conformarse solo con Trieste, donde ha ganado Roberto Dipiazza. La participación definitiva será del 43,94%, nueve puntos por debajo de la registrada en la primera vuelta.

El líder del Partido Democrático, Enrico Letta, estaba este lunes exultante. "Es una victoria triunfal que queremos celebrar sin triunfalismo. Los electores van por delante de todos nosotros", ha dicho en rueda de prensa, según informa La Repubblica.

El presidente de la región del Lazio, Nicola Zingaretti, del PD, se ha fundido en un abrazo con el nuevo alcalde de Roma, Roberto Gualtieri, ex ministro de Economía, y ha presumido de la victoria en sus redes sociales. "Será un gran alcalde", ha escrito. Gualtieri ha asegurado que gobernará para todos.

La ira de Matteo Salvini

Letta ha calificado de "surrealista" la reacción de Matteo Salvini. El líder de la Liga ha quitado importancia al triunfo del centroizquierda y ha arremetido contra la ministra del Interior, Luciana Lamorgese, por los enfrentamientos de las manifestaciones del sábado 10 de octubre.

Salvini se ha negado a admitir que sea una debacle para los soberanistas, ya que la participación ha sido muy baja. Pero el hecho es que a Salvini le ha afectado el escándalo de drogas de Morisi, su jefe de estrategia y redes. Salvini ha arremetido contra los periodistas por este caso y por incidir en las conexiones entre los neofascistas y la Liga y Fratelli d'Italia.

Los malos resultados podrían provocar un seísmo en la Liga, ya que hay una corriente liderada por Giancarlo Giorgetti, actual ministro de Desarrollo Económico, que no aprueba la deriva de Salvini, Il Capitano, quien estaría planteándose crear un partido llamado Italia, primero. ¿A qué les recuerda?

Giorgia Meloni, presidenta de Fratelli d'Italia, sí ha reconocido la derrota, si bien no cree que se trate de una debacle. "No hemos podido imponernos al centroizquierda en las grandes ciudades. Esto requiere una evaluación profunda en el centroderecha". A su juicio, la debacle la han sufrido los grillini. El Movimiento 5 Estrellas pierde sufre una sangría de votos que parece imparable.

A juicio de Meloni, el problema es que son tres partidos en el centroderecha con posiciones diferentes. Ha propuesto una cumbre con Salvini y Berlusconi para aclarar posiciones.

Precisamente este pasado sábado decenas de miles de italianos se han manifestado en Roma en solidaridad con el principal sindicato italiano, CGIL, por el ataque que sufrió ese fatídico 10 d octubre. Al grito de "fascismo, nunca más" se concentraron en una protesta a la que acudieron los principales líderes de centro e izquierda, desde Letta hasta el ex primer ministro Giuseppe Conte o el titular de Exteriores, el grillini Luigi di Maio. Sin embargo, se ausentaron Salvini, Meloni y Berlusconi. Argumentaron que la concentración era partidista al no condenar toda la violencia.