La llamada guerra de las arenas enfrentó a Argelia y Marruecos hace casi 60 años. La escalada entre los dos vecinos del Magreb ha llegado a un punto crítico esta semana cuando Argel ha acusado a Rabat de practicar "terrorismo de Estado". Argelia y Marruecos importan más del 60% de las armas de África. Si hay un país donde preocupa esta deriva, este es España.
"Este crimen no quedará impune". El gobierno de Argelia hizo saltar todas las alarmas este miércoles cuando dio a conocer un comunicado en el que acusaba a Marruecos de la muerte de tres camioneros por un ataque con un dron en su camino de Nuackchot, capital de Mauritania, a Uargala, en Argelia. El ataque habría tenido lugar el 1 de noviembre, justo cuando Argelia celebraba el 67 aniversario de la Revolución de Liberación Nacional. La misión de la ONU en el Sáhara (Minurso) investiga el incidente.
Ese primer comunicado fue tajante. Era el primer paso. A continuación, Argelia ha lanzado una campaña internacional para denunciar a Marruecos por este ataque. La vía diplomática de momento tiene prioridad, si bien también se han detectado movimientos de tropas argelinas hacia la frontera occidental, según The Ragex.
El ministro argelino de Exteriores, Ramtane Lamamra, se ha dirigido por carta al secretario general de la ONU, Antonio Guterres, al presidente de la Comisión de la Unión Africana, Musa Faki Mahamat, al secretario general e la Liga Árabe, Ahmed Abul Gheit, ya l secretario general de la Organización de la Cooperación Islámica, (OCI), Yusef Ben Ahmed Al Othaimeen, para informarles sobre el ataque. Su objetivo es que condenen a Marruecos por lo que considera "un crimen".
El jefe de la diplomacia argelina ha denunciado a Marruecos por emplear "un armamento avanzado para impedir la libre circulación de vehículos por un territorio sobre el que no tiene derechos". Asegura que el ataque de Rabat conlleva "riesgos inminentes para la seguridad en el Sáhara Occidental y en la región". Y añade: "Argelia es capaz de defender a sus ciudadanos y sus intereses en todas las circunstancias".
Del bombardeo informó el medio argelino Mena Defense. De acuerdo con este medio, el ejército marroquí llevó a cabo el ataque con un dron de combate turco Bayraktar TB-2 en la región de Bir Lahlou, en los territorios liberados del Sáhara occidental.
Marruecos se ha limitado a transmitir que no se dejará arrastrar a una guerra contra Argelia. Y los medios marroquíes han sido críticos con las acusaciones del gobierno de Argel. Una fuente marroquí bien informada, que citaba la agencia France Presse, señalaba que "si Argelia quiere la guerra, Marruecos no".
Este sábado el monarca alauí ha dado un discurso por el 46 aniversario de la Marcha Verde, cuando los marroquíes avanzaron sobre el Sáhara Occidental ante la pasividad de los españoles. El dictador Francisco Franco agonizaba y moriría apenas unos días después.
Mohamed VI ha dejado claro que para Marruecos el Sáhara "no es negociable". Ha señalado que Rabat suspenderá sus relaciones comerciales con quienes no reconozcan la marroquinidad del Sáhara.
Desde Rabat también se ha transmitido a la población un mensaje de tranquilidad para que sepan que están protegidos. Controlan la zona fronteriza con drones y no se descarta que el ataque haya sido una advertencia.
De rivales a enemigos
Argelia y Marruecos antes y justo después de la colonización francesa no mantenían mala relación. Pero la delimitación de las fronteras vició la relación y les llevó a enfrentarse en la guerra de las arenas en 1963. Fueron apenas dos meses de conflicto.
Desde entonces el rey Hasán II vería a Argelia como un rival. Consideró que Argelia le había traicionado al no respetar las promesas sobre la delimitación de fronteras. Pero ahora han pasado de ser rivales a enemigos. Y la tensión entre los dos países vecinos no deja de aumentar.
El punto de inflexión lo marcó la firma de los Acuerdos de Abraham, promovidos por la Administración de Donald Trump. Estados Unidos reconocía la marroquinidad del Sáhara en diciembre de 2020, cuando Trump ya estaba de salida. Y Marruecos restablecía sus relaciones con Israel. Argelia se quedaba marginada y el Frente Polisario recibía un duro golpe.
En la lucha por la hegemonía que siempre han tenido Marruecos y Argelia en toda África lleva ventaja Marruecos y eso le duele a Argelia"
bernabé lópez, arabista
Desde 1963 el Sáhara Occidental se consideraba un territorio no autónomo por la ONU, disputado por Marruecos y el Frente Polisario, apoyado por Argelia. Desde la retirada de España, tras la Marcha Verde, el 80% está bajo soberanía marroquí y el resto lo controla el Frente Polisario, que demanda un referéndum de autodeterminación. El 13 de noviembre se cumplirá un año de la vuelta a las hostilidades.
"En la lucha por la hegemonía que siempre han tenido Marruecos y Argelia por toda África lleva ventaja Marruecos. Antes Argelia soltaba su maná petrolero a otros regiones. Portaba el discurso de país protector de movimientos de liberación. Ahora ya eso no funciona y solo le queda el Polisario. Marruecos tiene una estrategia financiera y económica en toda África. Esa pérdida de hegemonía le duele a Argelia", afirma Bernabé López, arabista y catedrático emérito de la Complutense de Madrid.
Bernabé López no cree que la crisis vaya a mayores "por la cuenta que les trae", dada la escalada armamentística de los dos países. Le parece que Argelia ha alzado la voz para quedar bien con su opinión pública. "El presidente Abdelmadjid Tebboune tiene escasa legitimidad. Apenas un 27% votó el referéndum de la Constitución. Los militares están detrás de Tebboune", señala Bernabé López.
En agosto pasado Argelia anunció la ruptura de relaciones con su vecino marroquí al que acusaba de "acciones hostiles". El último paso que había dado Argelia era cerrar el gasoducto Magreb-Europa por el que llegaba el as a España. El presidente argelino ordenó al grupo público Sonatrach que no renovara el contrato, por el que pagaba a Rabat un 7% del gas transportado.
Tanto el ministro español de Exteriores, José Manuel Albares, como la titular de Transición Energética, Teresa Ribera, se han desplazado recientemente a Argelia y aseguran que el suministro de gas está garantizado por otro gasoducto que enlaza directamente con nuestro país, aunque con menor capacidad. El resto del transporte se haría por barco pero va a ser un 50% más costoso.
El clima es de una tensión como no se había vivido en décadas... Un enfrentamiento armado es menos probable pero no descartable"
haizam amirah fernández, investigador senior en el real instituto elcano
Para Eduard Soler i Lecha, investigador senior de CIDOB,"estamos en una escalada y nadie ha puesto la pista de aterrizaje para la desescalada. No hay condiciones para la desescalada. Aquellos que podrían tener capacidad de influencia sobre las partes tampoco se lo toman muy en serio, o no es visible. Veo el riesgo de que esta crisis se quede en un segundo nivel hasta que sea demasiado tarde. Son riesgos, no fatalidades... Se están creando condiciones que hacen más factible la posibilidad de un enfrentamiento mayor, que no tiene por qué ser un conflicto bélico".
Soler i Lecha subraya cómo "en los dos países hay muchas armas. Han entrado en una carrera armamentística significativa. Pero ahora se darían otros enfrentamientos más híbridos. No necesariamente con misiles. Puede ir a más pero no necesariamente en un formato de guerra".
Coincide Haizam Amirah Fernández, investigador senior del Real Instituto Elcano, que no se puede descartar ningún extremo. "La tendencia observada de los últimos tiempos es un aumento constante de la conflictividad y de gestos inamistosos. Por los dos lados. El clima es de una tensión como no se había vivido en varias décadas. Un enfrentamiento armado es menos probable pero no es descartable".
España, el país vecino más afectado
España ya está sufriendo por esta grave crisis entre Argelia y Marruecos debido al cierre del gasoducto Magreb-Europa. A pesar de la insistencia del gobierno español en que el suministro está garantizado, es evidente que en el mejor de los casos será mucho más caro.
Además, este enfrentamiento llega justo cuando el gobierno español intentaba restablecer las relaciones con Marruecos después de la crisis diplomática originada por la asistencia sanitaria que recibió en España el líder del Frente Polisario Brahim Ghali, aquejado por coronavirus. A pesar de los esfuerzos del ministro español de Exteriores, José Manuel Albares, por quedar bien con Rabat, aún no se ha pasado de las palabras a los hechos. Su antecesora, Arancha González Laya, fue apartada del cargo tras permitir que a Ghali le trataran en un hospital en España, algo que ofendió a Marruecos hasta el punto de retirar a su embajadora.
España es, aparte de los dos países implicados, el país al que más le afecta este conflicto... Para España no es un tema de política exterior, sino de política interior. Lo son desde siempre las relaciones con Marruecos"
eduard soler i lecha, investigador senior del cidob
"España es, aparte de los dos países implicados, el país al que le afecta más. O tanto como a Mali y Mauritania. Lo estamos viendo en el tema de la energía aunque España está bajo el paraguas europeo. Si la tendencia continúa, veremos cómo los dos intentan que países de peso, y España es uno de ellos, se decanten a favor de unos u de otros. Y eso sitúa a España en una posición de gran incomodidad. No es un tema de política exterior en España, sino de política interior. Lo son desde siempre en España las relaciones con Marruecos. Las turbulencias al otro lado del Estrecho afectan a la política doméstica en España", señala Eduard Soler i Lecha.
La proximidad, el tema energético, la inmigración, los vínculos económicos y comerciales convierten el Magreb en una zona de gran interés para España. Lo que pasa allí nos afecta de manera inmediata. "Tener un vecindario desintegrado es el escenario menos favorable para España. El gasoducto Magreb-Europa era un intento de CECA a nivel magrebí. La ruptura entre Marruecos y Argelia es una mala noticia para el vecindario del norte europeo y para los vecinos al sur del Sahel. Es un foco de inestabilidad donde se necesitaría que se cimentara la integridad regional", explica Haizam Amirah Fernández.
¿Podría jugar España un papel mediador? Según Eduard Soler i Lecha, "España sola no podría porque no es un hegemon. Sería un juego muy peligroso. Los dos países aspiran a que se posicione de su lado. Pero sí que podría ser un actor que se tome esta tensión en serio, sea consciente de los impactos negativos y mire a medio plazo. Se beneficiaría si hubiera una desescalada y se fomentara la cooperación. Sería el país que más se beneficiaría de que hubiera un proceso de integración en el Magreb".
Tanto Soler i Lecha como Amirah Fernández se inclinan por una mediación de España junto a Alemania, Francia e Italia, como motores europeos que pudieran interactuar con Estados Unidos, la Unión Africana y la Liga Árabe. "España ha de aportar para que esta tensión no vaya a más. No puede hacerlo sola pero sí promover una acción concertada". Nos jugamos mucho.
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