¿Qué se nos ha perdido en Ucrania? Es una pregunta que está en la mente de muchos lectores al ver hasta dónde nos está llevando la tensión entre Rusia y la OTAN a propósito de la entrada de Ucrania en la Alianza Atlántica. ¿Es realmente lo que está en juego? En realidad, va mucho más allá. Lo que Rusia pretende cambiar es la estructura de la seguridad europea. España, como miembro de la Unión Europea y de la OTAN, está implicada en este conflicto.

España y Ucrania cumplen este año 30 años desde que se entablaron relaciones diplomáticas. Es una fecha memorable, de ahí que se piense en este año 2022 como el ideal para que el jefe del gobierno de España, Pedro Sánchez, visite por primera vez Ucrania. Es uno de los pocos jefes de gobierno europeos que aún no ha ido a Kiev. Sí que recibió al entonces primer ministro ucraniano, Petro Poroshenko, en junio de 2018, justo después de tomar posesión. Fue su primera reunión internacional.

Y este miércoles el ministro español de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, ha viajado a Kiev, donde se entrevistó con el jefe de la diplomacia ucraniana, Dmytro Kuleba. En la capital ucraniana, Albares dijo: "Nadie a este lado de Europa se está preparando para una guerra y por lo tanto no tenemos que dar la impresión de que ese escenario es inevitable porque no lo es". A su vez, el jefe del gobierno español, Pedro Sánchez, insistía en una entrevista en El Diario en el mensaje que siempre reiteran los principales dirigentes de la UE: Ucrania tiene derecho a entrar en la OTAN y su soberanía es incuestionable.

"La relación entre Ucrania y España ha ido creciendo. No hemos estado presentes políticamente hasta ahora, pero si queremos liderar hemos de estar ahí, no solo mirar al sur. El Este importa", señalan fuentes cercanas al gobierno español. Sobre Ucrania hay acuerdo con la oposición conservadora, si bien la parte podemita del gobierno es reticente a cualquier participación en una misión aliada para defender la soberanía de Ucrania. En el otro extremo, Vox oscila entre el atlantismo de aliados como los polacos y la rusofilia de Viktor Orban.

Dinámica positiva

Reconocen en Moncloa que hay una simpatía mutua con Ucrania y que está creciendo el intercambio comercial. Confirman esta impresión en la embajada de Ucrania en Madrid, donde destacan que en los primeros 11 meses se superó la cifra de 2.240 millones de euros en intercambio comercial.

España es el séptimo importador de cereales ucranianos a nivel mundial. El 30% del maíz que se consume en España procede de Ucrania y un sector prometedor es el del hidrógeno, ya que Ucrania será uno de los principales proveedores a nivel europeo. En 2022 está previsto que se celebre un foro empresarial hispano-ucraniano.

"La dinámica es positiva en el ámbito comercial. También el diálogo político es cada vez más intenso: el año pasado hubo varios encuentros al más alto nivel, incluso entre el presidente Volodymyr Zelensky y el presidente Sánchez, en la cumbre de la Asociación Oriental. También hubo conversaciones telefónicas y ahora acaba de estar el ministro Albares en Kyiv", señala el número dos de la embajada, Dmytro Matiuschenko. En la visita se abordó la crisis con Rusia, las relaciones comerciales y los vínculos culturales.

Cada vez hay más ucranianos interesados en la cultura española. Está pendiente la apertura de un Instituto Cervantes en Kiev. Antes de la pandemia, vinieron a España 260.000 turistas ucranianos, que no necesitan visado. En España viven 115.000 ucranianos.

Ucrania se ve como una democracia joven, consciente de que tiene problemas con la corrupción, si bien están trabajando en un programa de reformas. Sin embargo, presume de haber crecido un 3,2% en 2021.

La lección de 2014

Aunque Kiev esté a 3.635 kilómetros de Madrid, lo que ocurra en Ucrania no nos es ajeno. "Agradecemos al gobierno español por su postura clara en cuanto al apoyo a la soberanía y la integridad territorial de Ucrania, incluida Crimea", comenta el diplomático.

Cuanto más fuerte sea Ucrania, económica y militarmente, menos tentaciones tendrá el Kremlin de ejercer su política agresiva contra nuestro país"

dmytro matiuschenko, número dos de la embajada ucraniana en Madrid

Sin embargo, no oculta su pesar por el hecho de que toda la Unión Europea no se diera cuenta ya en 2014 de lo lejos que podía llegar Rusia. Fue entonces cuando se anexionó Crimea y ocupó ilegalmente ciertas zonas del Donbás. Desde entonces sigue la guerra latente en esta región ucraniana. El conflicto ha costado la vida a 14.000 personas y otro millón y medio se han visto obligadas a desplazarse. De ahí que Matiuschenko insista en que la agresión rusa data de 2014, no es nueva.

"Habrían sido necesarias respuestas más contundentes. Si se hubiera hecho así, no habríamos llegado a la situación actual. El apoyo a Ucrania debería haber sido mucho mayor. Cuanto más fuerte sea Ucrania, económica y militarmente, menos tentaciones tendrá el Kremlin de ejercer su política agresiva contra nuestro país", dice el ministro consejero ucraniano.

¿Por qué es relevante para España lo que pase en Ucrania? "Vivimos en un momento en que todo está vinculado. Lo que pasa en un rincón de Europa repercute en otros rincones. Hablamos de principios internacionales, reflejados en la Carta de la ONU y en el documento de Helsinki. Si no defendemos estos valores, ¿quién asegura que no puede pasar en otro país? Hemos de tener muy claro que hablamos no solo de Ucrania sino de la seguridad europea y la estabilidad euroatlántica. Lo que pretende Rusia es reescribir la historia. Niegan que ya no existe la URSS", añade el diplomático. "Lo que hace el Kremlin es terrorismo a nivel de Estado. Ejerce el chantaje y busca dividir a los aliados".

Ucrania es un país pacífico que no tiene armas nucleares. Rusia sí las tiene"

d. matiuschenko

Para los ucranianos fue una decepción haberse quedado a las puertas de la OTAN en 2008, al igual que Georgia, cuando esperaban que se hubiera allanado su adhesión. Pocos meses después Rusia invadía Georgia, y en 2014 se anexionó Crimea y ciertas áreas del Donbás. Ucrania renunció al tercer arsenal nuclear mundial en 1994 y suscribió el Memorandum de Budapest con garantías de seguridad, también acordadas por Rusia.

"Ucrania es un país pacífico que no tiene armas nucleares. Rusia sí tiene armas nucleares", remarca el consejero. De ahí que consideren las autoridades ucranianas que solo en la OTAN se sentirían seguros. Descartan la opción de una finlandización de Ucrania. Es poner en la mesa una neutralidad forzada, que entra en contradicción con el principio por el que cada país es soberano y puede elegir sus alianzas de seguridad.

Los rusos rebaten este argumento con la alusión a la seguridad indivisible, por el cual un Estado no puede ingresar en una alianza si eso pone en cuestión la seguridad de otro. "Son los rusos los que no cumplen con los acuerdos internacionales y tampoco con Minsk", subraya el diplomático ucraniano.

A pesar de que Rusia insiste en que el ingreso de Ucrania en la OTAN pone en peligro su seguridad, de momento no está en la agenda. Ni siquiera se va a tratar en la cumbre de Madrid, que se celebra a finales de junio en Madrid. Si Rusia invade Ucrania, la OTAN no puede activar el artículo 5 y defenderla automáticamente. "Cuando Rusia invadió Ucrania en 2014, no había un compromiso constitucional para ingresar en la OTAN. Ucrania era un Estado neutral. Desde 2019 el objetivo de Ucrania es integrarse en la UE y ser miembro de la OTAN. Vemos ahora el fracaso de Rusia en su política hacia Ucrania".

Aún así, Ucrania insiste en que apuesta por la vía del diálogo y la diplomacia. España insiste en que aún hay tiempo para evitar un conflicto. Sería una tragedia y no solo para los ucranianos.