Este domingo Ucrania celebra el Día de los Héroes de la Centuria Celestial. Es una jornada en memoria de las víctimas del Maidán, en 2014. Ocho años más tarde los ucranianos están mentalizándose para un conflicto que será más sangriento que la guerra latente que aún padecen en el Donbás, en el este del país. Aún hay un hilo de esperanza que en este caso lleva al Elíseo.
Horas después de que Francia ordenara a sus ciudadanos salir de Ucrania, el presidente Emmanuel Macron, erigido en pacificador en este conflicto con el Kremlin, volvía a conversar con el líder ruso, Vladimir Putin. Han acordado buscar la vía para que se firme un alto el fuego en el Este de Ucrania. Comenzaban a las 11h y han colgado una hora y 45 minutos después, según el Elíseo. Y al terminar ha vuelto a hablar con el presidente ucraniano, Volodymyr Zelensky. Es un ir y venir diplomático que aún se mantiene, a pesar de que reina el pesimismo.
Putin y Macron han acordado retomar las conversaciones en el formato de Normandía y trabajar intensamente en las próximas horas con objetivo de lograr un compromiso de alto el fuego de todas las partes implicadas en el Este de Ucrania. Han subrayado la necesidad de "priorizar una solución diplomática· a la crisis actual y de ahí que se van a intensificar las reuniones con mandatarios rusos. En los próximos días se verán el ministro francés de Exteriores, Yves Le Drian, y el jefe de la diplomacia rusa, Serguei Lavrov.
Según el Elíseo, "este trabajo diplomático deberá permitir progresar de madera que se pueda realizar un encuentro al más alto nivel para definir un nuevo orden de paz y seguridad en Europa". Asimismo, los dos mandatarios se comprometen a "llevar a cabo todas las acciones útiles para evitar la escalada, reducir los riesgos y preservar la paz".
Estados Unidos insiste en que Putin ya ha tomado la decisión de invadir, aunque de cara a la galería diga lo contrario. Aun así, el presidente de EEUU, Joe Biden, se vería con Putin "en cualquier momento y en cualquier formato", si eso ayuda a evitar la guerra, según ha dicho el secretario de Estado de EEUU, Antony Blinken, a la CBS.
Justo antes de este anuncio se hacía público que las maniobras militares de las tropas rusas y bielorrusas cerca de territorio ucraniano iban a prorrogarse indefinidamente. Lo ha justificado en un comunicado el ministro bielorruso de Defensa, Viktor Khreni, "por el incremento de la actividad militar en la frontera y la tensión en el Donbás". Solo en Bielorrusia hay unas 30.000 tropas rusas, que están a menos de 100 kilómetros de Ucrania. Para EEUU esta fuerza facilitará la invasión.
Es otra promesa rota de Putin, que le aseguró al presidente francés en su conversación del 9 de febrero que las maniobras concluirían este domingo. Aún así Macron quiere apurar todas las vías que ofrece la diplomacia para evitar el conflicto. Mientras se mantenga el diálogo, queda tiempo y esperanza.
Rusia, que ha sobrevivido a muchas guerras, es el último país en Europa que quiere hablar, ni siquiera pronunciar, la palabra 'guerra'"
dmitry peskov, portavoz de putin
El portavoz de Putin, Dmitry Peskov, ha vuelto a insistir este domingo, según The Guardian, en que Rusia no tiene intención de atacar a nadie y pidió a las potencias occidentales que se atengan a razones. "Pedimos que se pregunten por qué va Rusia a atacar a nadie", ha dicho en una entrevista en la cadena estatal Rossia.
Ha recordado que Rusia nunca a invadido otro país. Con un olvido claro a la anexión de Ucrania. "Rusia, que ha sobrevivido muchas guerras, es el último país en Europa que quiere hablar, o incluso pronunciar la palabra 'guerra'". Ha reconocido Peskov que cualquier incidente en el Donbás podría tener "consecuencias irreparables".
La situación sobre el terreno se deteriora minuto a minuto: los líderes sepratatistas del Donbás ordenaban la evacuación de civiles -ya van 40.000- por temor a bombardeos de las fuerzas ucranianas, que niegan que vaya a agredir, y a su vez movilizaban a todos los varones entre 18 y 55 años. Este sábado se registraron 1.500 violaciones del alto el fuego en el Donbás, según la OSCE. Dos soldados ucranianos perdieron la vida el sábado.
Antes de conversar con Putin, Macron habló con el presidente ucraniano, Volodymyr Zelensky, que se ha ofrecido a encontrarse con Putin. Y volvió a hacerlo tras colgar con Putin. El líder ruso ha insistido hasta ahora en que los ucranianos han de hablar con los separatistas prorrusos para aplacar la situación en el Donbás, como si no actuaran a órdenes del Kremlin.
Macron se encontró con Putin en Moscú el pasado 7 de febrero. Los dos líderes se sentaron en una mesa interminable, una metáfora de la enorme distancia que separa las posiciones del Kremlin y de los aliados en este conflicto. La excusa es Ucrania; el objetivo es cambiar la arquitectura de seguridad europea. Y las víctimas serán los ucranianos, primero en el Donbás, donde llevan ya ocho años de guerra latente. Han muerto 14.000 personas y cientos de miles se han visto obligados a desplazarse.
La "peor guerra desde 1945"
Pero si ahora Rusia sigue adelante con sus planes militares y lleva a cabo una invasión en Ucrania, "sería la peor guerra que haya vivido Europa desde 1945", en palabras del primer ministro británico, Boris Johnson, que aludió al enorme coste en vidas humanas.
El premier ha asegurado que si Rusia invade se expone a sanciones sin precedentes. Las empresas rusas no podrán operar con dólares ni con libras. Previamente, el presidente de EEUU, Joe Biden, que este domingo se reúne con su consejo de seguridad, daba por hecho que Putin tiene pensado invadir en los próximos días y que atacaría Kiev, la capital. La vicepresidenta, Kamala Harris, insistió desde Múnich en que en Washington creen que Putin ya ha tomado su decisión. Coincide con este planteamiento Jens Stolteberg, secretario general de la OTAN: "Todo apunta a una guerra a gran escala en Ucrania", ha dicho a la televisión alemana.
Estados Unidos y sus aliados europeos han cerrado filas en torno a Ucrania. Así ha quedado claro en la Conferencia de Seguridad de Munich, donde ha quedado claro que las potencias occidentales castigarán con severidad a Rusia si lleva a cabo la invasión, como hace prever el hecho de que haya unas 190.000 tropas rusas en torno a Ucrania.
En Múnich, la vicepresidenta de Estados Unidos, Kamala Harris, se refirió a las sanciones que asfixiarán el comercio ruso con Estados Unidos. Además, la OTAN reforzará su flanco oriental, justo lo contrario que demanda Putin. El secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, ya dijo este miércoles que la OTAN se dispone a desplegar cuatro batallones de combate, unos mil efectivos, bajo mando francés, en Rumanía y Bulgaria.
Ha sorprendido la intervención del ministro chino de Exteriores, Wang Yi, quien ha defendido la soberanía de todos los países, incluida Ucrania. Algunos analistas lo interpretaban como una señal del elevado riesgo de invasión, que llevaría a Pekín a tomar distancia del Kremlin.
Boris Johnson también dijo en Múnich que si Rusia invade Ucrania sus actividades financieras en el Reino Unido se verían afectadas. El paquete de sanciones se está ultimando y, según han difundido varias fuentes, serán "la madre de todas las sanciones".
Zelensky pide sanciones ya
Para el presidente de Ucrania, Volodymyr Zelesnky, hay que pasar ya a la acción. En su intervención en Múnich, Zelensky se preguntaba por qué no aplicar ya las sanciones si Estados Unidos y la OTAN están convencidos de que habrá invasión. "Ucrania desea la paz. Europa desea la paz. El mundo dice que no quiere una guerra más. Y Rusia asegura que no quiere intervenir. Alguien está mintiendo", comenzó su intervención.
Instó Zelensky a los aliado a que pusieran fecha al ingreso de Ucrania en la Alianza Atlántica y citó en concreto la cumbre de Madrid, a finales de junio, para que dieran este paso. Es la línea roja, en teoría, por la que Putin ha provocado este conflicto. En realidad, su objetivo es controlar políticamente Ucrania y volver al mapa europeo de 1997, antes de la ampliación de la OTAN al Este y los Bálticos.
El presidente Zelensky demandó a los aliados a poner fin a la política de apaciguamiento con Rusia. Y lo hizo precisamente en Múnich, donde se celebró en 1938 la conferencia entre los primeros ministros de Francia, Reino Unido, Italia y el canciller alemán, Adolf Hitler, en la que se cedieron los Sudetes al Tercer Reich. Solo se retrasó la guerra un año.
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