Kiev, la capital de Ucrania, es el trofeo que ansía el líder ruso, Vladimir Putin. Tras el primer día de ofensiva de Rusia sobre Ucrania, las fuerzas especiales de Rusia, una avanzadilla, han entrado en la capital, según el presidente ucraniano, Volodymyr Zelensky, que las llamaba "fuerzas de sabotaje". Ha añadido: "Mi familia y yo nos quedamos", al tiempo que llamaba a la movilización general. Sabe que es el objetivo número uno. En las cancillerías occidentales se teme por la vida del presidente y de otros miembros del gobierno ucraniano. El Ministerio de Asuntos Internos ha dicho que se han repartido armas entre los diputados. Parte de las tropas rusas han empezado a entrar en la capital, según el titular de Defensa ucraniano, apenas un día después de iniciarse la invasión de Ucrania. La noche ha sido un infierno en esta capital europea asediada.

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Kiev ha quedado expuesta a los bombardeos una vez eliminadas las defensas antiaéreas. El ruido de sirenas antiaéreas, el tráfico de los que tratan de salir con sus familias y unas escasas pertenencias, y la concentración en refugios improvisados como las estaciones de metro parecían imágenes de un mal sueño. Los ciudadanos de Kiev, una ciudad bellísima de 2,8 millones de habitantes, han pasado las peores 24 horas en décadas. Y pueden ser un preludio de más horror. El presidente, Volodymyr Zelensky, ha acusado a Moscú de atacar a los civiles: "Dicen que los civiles no son un objetivo. Es mentira. No distinguen las zonas en las que operan".

Miles de personas han decidido salir a toda prisa de Kiev en busca de un lugar seguro, hacia la frontera con Polonia, o al menos en Leópolis. Quienes han pasado la noche en la capital apenas han pegado ojo por el temor a los ataques y la inquietud de no saber si el día después será aún más trágico. En las primeras horas de la ofensiva ordenada por el líder ruso, Vladimir Putin, enmascarada como "operación militar especial" para "desmilitarizar y desnazificar" Ucrania, han muerto 137 personas y 316 han resultado heridas, según ha informado el presidente de Ucrania, Volodymyr Zelensky.

El alcalde de Kiev, Vitali Klitschko, ha decretado el toque de queda entre las 22h y las siete de la mañana. Las autoridades ucranianas han entregado unas 10.000 rifles a los ciudadanos de la capital para defenderse. Fuerzas aerotransportadas y fuerzas especiales rusas se dirigían hacia la capital.

El presidente de Ucrania pide al líder ruso que se sienten a negociar, según los medios rusos

Según los medios rusos, el presidente de Ucrania, Voldymyr Zelensky, ha pedido al líder ruso que se sienten a negociar. El líder ucraniano también ha criticado a Europa por su deficiente reacción. Zelensky ha comparado el asedio a Kiev con el sufrido por la ciudad en 1941 por parte de los nazis. "Sois todo lo que tenemos", ha dicho a las Fuerzas Armadas. El ministro ruso de Exteriores, Serguei Lavrov, ha respondido que no negociarán hasta que no cesen los combates los ucranianos. Como si fueran los agresores.

Según el Centro de Ucrania de Comunicaciones Estratégicas, el plan del Kremlin es bloquear Kiev y crear un corredor terrestre entre la Península de Crimea y el autoproclamado territorio de Transnistria. También busca vulnerar las infraestructuras civiles con ataques aéreos y misiles. A su vez, la infraestructura de la isla Zmiinyi ha quedado destruida por aviación y bombardeos desde barcos, según informa The Kyiv Independent. Este mismo medio informa que el distrito de Obolon, a diez kilómetros del centro. El Ministerio de Defensa ha pedido a los vecinos que preparen cócteles Molotov.

Coincide en el diagnóstico el secretario de Estado, Antony Blinken: "Todas las pruebas sugieren que Rusia tiene la intención de rodear y amenazar Kiev". Y ha añadido ante la OSCE: "Creemos que Moscú ha desarrollado planes para infligir abusos generalizados de los derechos humanos y potencialmente peores, al pueblo ucraniano".

Según un funcionario de Defensa de EEUU, citado por Reuters, esta sería la primera fase de la operación, focalizada en decapitar el gobierno de Kiev, en la que Rusia no ha empleado toda la capacidad a su disposición gracias a las 190.000 tropas desplegadas en torno a Ucrania. Especulaba con que la invasión duraría entre 10 y 15 días.

Unas 100.000 personas podrían verse obligadas a desplazarse a otras partes del país, según ACNUR. Esta agencia de la ONU está lista para ayudar a los desplazados pero no puede actuar mientras haya acciones militares en curso.

Objetivo: Ucrania como Bielorrusia

Las tropas rusas han avanzado desde el sur por Crimea, por el sur donde tienen fácil acceso por las autoproclamadas repúblicas separatistas de Donetsk y Lugansk, y el norte, donde unas 30.000 tropas estaban apostadas junto a los soldados bielorrusos desde semanas en unas oportunas maniobras militares. La Bielorrusa de Aleksander Lukashenko es hoy en día un satélite del Kremlin.

Varios misiles cayeron este jueves cerca de la capital. La calma que hasta ahora han tenido los ucranianos empezaba a quebrantarse, dada la dimensión de esta operación perpetrada por el Kremlin. Si bien es cierto que viven una guerra latente desde hace ocho años, en este tiempo los choques habían sido en la zona del Donbás, en el este, no en la capital. O en una ciudad simbólica para Putin como es Jarkov, la segunda del país desde donde intentó que sus aliados en el gobierno pre Maidán recuperaran el poder. Allí no paraban de escucharse explosiones.

Cerca de Kiev, a menos de 40 kilómetros, se había dado por perdido el aeropuerto Antonov, localizado en Hostomel, pero las fuerzas ucranianas están luchando hasta la extenuación para recuperarlo. Este aeropuerto es la joya de la corona de la industria aeronáutica ucraniana.

Uno de los golpes más impactantes asestados por los rusos ha sido la toma de la planta nuclear de Chernóbil. El presidente Zelensky ha llegado a decir que se corría el riesgo de provocar una catástrofe como en 1986. "Es una guerra contra Europa", insistió Zelensky.

Mapa del ataque ruso en Ucrania

Mapa de los bombardeos rusos en Ucrania en las zonas de guerra
Mapa de los bombardeos rusos en Ucrania

Combates de extraordinaria fiereza se han dado en Sumy. Cuentan que está siendo una carnicería en los dos bandos. Jersón sigue en claro peligro. De la localidad costera de Mariúpol llegan escenas de explosiones continuas. La víspera en esta ciudad de 400.000 personas situada en el Donbás varios miles de personas se concentraban en la plaza principal para mostrar su rechazo a la agresión de Moscú. El alcalde, Vadym Boychenko, ha dicho: "No estamos defendiendo solo Ucrania; estamos defendiendo Europa".

Amnistía Internacional ha denunciado el ataque con misiles balísticos en las inmediaciones de un hospital en Vuhledar. Al menos dos personas han muerto. Los hospitales están protegidos por la ley humanitaria internacional, de la que Putin se burla una y otra vez. El ministro ruso de Defensa, Serguei Shoigu, hablaba de una campaña de ataques "quirúrgicos".

El presidente de EEUU, Joe Biden, acusó a Putin de ser el agresor y le dijo que se ha convertido en un "paria". Ha asegurado que el líder ruso "pagará" por lo que ha hecho. Sin embargo, también dejó claro que no habrá tropas estadounidenses luchando codo a codo con los ucranianos frente a los rusos. También ha dicho la ministra española de Defensa, Margarita Robles, que no habría efectivos españoles en suelo ucraniano. El Pentágono sí anunció el envío de 7.000 nuevos soldados a reforzar el flanco oriental de la OTAN. Se asentarán en Alemania.

A pesar del desplante que le dio el presidente Putin al jefe del Estado francés, Emmanuel Macron, el inquilino del Elíseo ha hablado este jueves por teléfono con el líder ruso. Putin le ha explicado "las razones y circunstancias" en torno a la invasión, según un comunicado del Kremlin.

Para Rusia es vital avanzar rápido y lograr su objetivo: provocar la caída del gobierno de Volodymyr Zelensky y reorientar a Ucrania hacia Moscú. El presidente Zelensky ha participado en la reunión del Consejo Europeo y ha recibido las condolencias de los Veintisiete. Pero con la solidaridad de palabra no se derrota al régimen del Kremlin. Las sanciones que han acordado la UE, el Reino Unido y Estados Unidos podrán dañar la economía rusa pero difícilmente van a detener los carros de combate y los misiles.