En los últimos siete años Alain Pellet representó a Rusia frente a Ucrania ante el Tribunal Internacional de Justicia, un órgano judicial de la ONU encargado de arbitrar las disputas jurídicas entre países. Hasta que la invasión rusa de Ucrania, que acaba de cumplir su primera semana, le puso en una tesitura que ha terminando resolviendo. Ha optado por la deserción. “Los letrados pueden defender causas más o menos discutibles, pero resulta imposible representar en foros dedicados a la aplicación de la ley a un país que tan cínicamente la desprecia”, declaró en "una carta abierta a sus amigos rusos”.
Pellet (París, 1947) abandona la defensa del régimen de Vladímir Putin ante la corte cuando el fiscal del Tribunal Penal Internacional, otra instancia con sede en La Haya (Países Bajos), ha abierto una investigación para dirimir si Moscú está cometiendo “crímenes de guerra” en la ofensiva militar que estrecha el cerco sobre las principales ciudades de Ucrania. En conversación con El Independiente, Pellet, uno de los principales expertos en derecho internacional del continente europeo, no rehúye las preguntas. “Mis razones son genuinas”, advierte.
Alain Pellet
ABOGADO EXPERTO EN DERECHO INTERNACIONAL
Es uno de los abogados más reputados en el campo del derecho internacional. Ha participado en numerosos arbitrajes internacionales y transnacionales. Ex presidente de la Comisión de Derecho internacional de la ONU, ha ejercido como defensa de una veintena de países en el Tribunal Internacional de Justicia. En 1998 su labor mereció el título de Caballero de la Legión de Honor, otorgado por el Gobierno francés.
“Tuve mis dudas cuando acepté representar a Rusia ante el Tribunal Internacional de Justicia y otras cortes de arbitraje y me negué a hacer alegaciones en la causa de financiación del terrorismo que es uno de los asuntos que Ucrania llevó ante el tribunal pero, sin embargo, no tuve problemas para representar a Rusia en el contencioso de Crimea”, explica el magistrado galo. De hecho, Pellet ha batallado para que la versión rusa sobre la anexión de la península de Crimea en 2014 venciera sobre las premisas ucranianas. El caso sigue abierto en la corte, que esta próxima semana deberá comenzar precisamente a dirimir "la noción de genocidio para justificar una agresión". “Estaba y sigo estando convencido de que la amplia mayoría de la población de Crimea era favorable a esta reunificación. Aunque la ley internacional proteja la integridad territorial de los Estados, no prohíbe la secesiones si cumplen las aspiraciones de la población concernida”, arguye.
"Soy miembro de la mafia legal internacional"
A juicio de Pellet, “los dictadores no son sensibles a la presión legal”. “Aún así creo que es una de las presiones que la comunidad internacional debe ejercitar. Son casos que Ucrania ha llevado ante la justicia pero otros estados podrían intervenir del lado ucraniano y reforzaría el poder de persuasión. La ley es una herramienta, pero cuando hay una guerra, no resulta una herramienta muy útil. Cuando las armas hablan, el derecho habla muy bajo”, indica el abogado, completamente escéptico con la capacidad de la justicia internacional de detener una intervención militar como la que tiene como escenario la ex república soviética.
“La justicia no puede parar la guerra pero existe la esperanza de que sus actuaciones envíen un mensaje a la dictadura rusa y que sea parte de la reprobación de la comunidad internacional. El Tribunal Internacional de Justicia es el principal órgano judicial de la ONU e indiscutiblemente tiene peso”, reflexiona Pellet. “Es un pequeño paso pero a esto hay que añadir que soy parte de, digámoslo así, la mafia legal internacional y reconozco que estoy muy impresionado con el modo en el que los abogados se están movilizando en contra de Rusia”, desliza.
La justicia no puede parar la guerra pero existe la esperanza de que sus actuaciones envíen un mensaje a la dictadura rusa y que sea parte de la reprobación de la comunidad internacional
“Soy presidente del Instituto de Derecho Internacional, una organización en la que están representados los principales abogados expertos en esta materia, incluidos algunos españoles, y hemos logrado realizar una declaración por cuasi unanimidad en contra de Rusia”, agrega. “Los miembros rusos no votaron, pero si lo hubieran hecho, hubieran apostado por el sí y habrían sido enviados a prisión. El consenso de los letrados que trabajamos en este puede tener cierto impacto”, recalca.
Los crímenes de Putin
- Considera que el que fuera su cliente hasta ahora, la Rusia de Putin, ha cruzado ciertas líneas rojas..
-Así es. En caso contrario, no hubiera renunciado a la representación. Y no es por el hecho de que sea una dictadura. Desde 1983 he trabajado en 67 casos en el Tribunal Internacional de Justicia y, desgraciadamente, he representado a dictaduras. No es esa la cuestión. El problema aquí es que se están cometiendo crímenes contra el derecho internacional. Estamos ante una agresión, uno de los crímenes más atroces del derecho internacional, y resulta muy difícil representar a Estados que obviamente lo están violando.
Moscú ha cometido un crimen de agresión
- ¿Está Moscú cometiendo otros crímenes como de guerra o genocidio?
- Genocidio claramente no. Tampoco crímenes contra la humanidad. Me cuento entre los que se oponen a usar estas calificaciones absurdas. Quizás se pueden estar cometiendo crímenes de guerra pero debe ser comprobado sobre el terreno. Los periodistas deberían ser prudentes en esto porque se necesitan declaraciones e informaciones creíbles para añadir otros crímenes. Ciertamente lo que sí se ha cometido es un crimen de agresión.
"Ucrania no es Crimea"
En su misiva, Pellet insiste en que “Ucrania no es Crimea y no existe justificación para el uso de la guerra como modo de imponer un cambio de régimen en Kiev o un desmembramiento territorial de Ucrania o posiblemente ambos objetivos”. “A pesar de las contorsiones verbales de Putin, es claro que Rusia no se halla en una posición de autodefensa, incluso en el caso de que fuera preventiva, que no sería suficiente para justificarlo. Y, por supuesto, no hubo decisión del Consejo de Seguridad para autorizar una acción como ésta”, manifiesta.
El abogado francés asegura asistir “con tristeza” al ataque ruso contra el derecho internacional porque “Rusia desempeñó un destacado papel” en el diseño de el derecho humanitario internacional y “sufrió el mayor coste en la capitulación de la barbarie nazi”. “Y ahora, en cambio, está pisoteando estos principios que han sido tan difíciles de imponer en la legislación”, denuncia.
El letrado que dijo “basta” a Rusia y rompió con el cliente cuyos intereses representó hasta en cuatro ocasiones confiesa, en conversación con este diario, que la respuesta de Moscú ha sido escueta, desprovista de emoción. “Me han trasladado que lamentan mi decisión. Eso es todo. Entiendo que mis amigos rusos, desde intelectuales hasta abogados, se oponen claramente a lo que está sucediendo estos días pero no pueden decirlo”.
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