Decimonoveno día de guerra en Europa. Los bombardeos han castigado esta noche la mayor parte de Ucrania: cuarenta millones de personas han tenido que buscar refugio en las últimas horas. También el oeste es el objetivo: aún resuena el eco de los 30 misiles que cayeron sobre una base militar situada a tan solo 25 kilómetros de Polonia, territorio de la OTAN. Con pocas expectativas se celebra una nueva ronda de negociaciones por videoconferencia entre las delegaciones ucraniana y rusa. El objetivo: establecer corredores humanitarios en las zonas más afectadas como Mariúpol.
El asesor de Seguridad Nacional, Jake Sullivan, ha recordado en rueda de prensa en Washington que la OTAN defenderá "cada pulgada de su territorio". El temor a que se produzca un accidente fortuito o que haya una provocación intencionada por parte de las fuerzas al servicio del Kremlin es cada vez mayor.
Sería un salto cualitativo que, como ha advertido reiteradas veces el presidente de EEUU, Joe Biden, supondría el inicio de la Tercera Guerra Mundial. De ahí que la OTAN rechace las demandas del presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, de establecer una zona de exclusión aérea. Si los aviones aliados tienen que salvaguardar los cielos de Ucrania, se enfrentarán a los aparatos rusos, y habría choques directos entre Rusia y la OTAN. Ahora es una guerra de proxys en realidad. El presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, ha dicho lo mismo: "Si la Alianza entra en el conflicto, caeremos en la Tercera Guerra Mundial".
El ataque cerca de Polonia denota la debilidad del líder ruso, según las autoridades estadounidenses. "Lo que muestra el ataque al Centro Internacional para el Mantenimiento de la Paz y la Seguridad es la frustración de Vladimir Putin por el hecho de que sus fuerzas no avanzan en las grandes ciudades como Kiev. Por ello, ha ampliado los objetivos y trata de causar daño en cada parte del país", ha dicho el asesor de Seguridad Nacional, Jake Sullivan. El Ministerio ruso de Defensa asegura que acabó con 180 combatientes extranjeros en la base de Yavoriv. Sin embargo, Ucrania lo niega.
El papel de Pekín
A su vez, se abre otro flanco por el este: según fuentes de EEUU, Rusia habría pedido ayuda militar y económica a China para hacer frente a la presión de las potencias occidentales. El asesor de Seguridad Nacional se reúne este lunes con Yang Jiechi, diplomático chino, para advertir de que habría consecuencias si Pekín ayudaba al Kremlin a evadir las sanciones. China no ha dado la espalda a Moscú y ha criticado las sanciones, pero de momento se inclina por pedir que las partes se avengan a negociar.
El canciller alemán, Olaf Scholz, y el presidente francés, Emmanuel Macron, han mantenido varias conversaciones con el líder chino, Xi Jinping, a quien quieren implicar más en la búsqueda de una salida. Xi Jinping es el único líder al que Vladimir Putin de verdad escucha. Sería vital atraer a China hacia la mediación y evitar que respalde al Kremlin.
Otros países están moviendo ficha como mediadores. Turquía, que por un lado suministra drones a Ucrania y es miembro de la OTAN, pero a la vez mantiene buena relación con el Kremlin, ha sido anfitriona de las primeras negociaciones entre los jefes de la diplomacia rusa y ucrania, el pasado jueves. La cumbre apenas duró una hora y no cosechó avances, pero no descartaron volver a verse. Zelenski insiste en encontrarse con Putin.
El interminable cerco de Mariúpol
Las condiciones de vida en Ucrania son cada vez peores, especialmente en ciudades como Mariupol, convertida en una auténtica ciudad mártir. Unas 200.000 personas se encuentran sitiadas sin comida, luz o calefacción, desde hace días. La Cruz Roja ha hecho un llamamiento para que pueda abrirse un corredor humanitario.
El Papa pidió este domingo por quienes luchan por su vida en la ciudad que lleva el nombre de la Virgen María. Más de 2.500 personas han muerto por los ataques rusos en Mariúpol.
A primera hora del lunes se ha sabido que la mujer embarazada a la que trasladaron desde la maternidad de Mariúpol tras el bombardeo de las tropas rusas murió. El recién nacido también, según informa Associated Press. La imagen de la mujer en camilla se ha convertido en un símbolo de ese ataque. El ministro ruso de Exteriores, Serguei Lavrov, aseguró que la maternidad estaba ocupada por miembros del Batallón Azov, ultranacionalistas ucranianos.
En la capital, Kiev, apenas quedan alimentos para un par de semanas, según ha dicho su alcalde, Vitali Klitschko. Esta noche las tropas rusas han bombardeado un edificio en el noroeste. Dos personas han muerto y tres han resultado heridas en este ataque.
Desde las inmediaciones de la capital, el hombre fuerte de Chechenia, Ramzan A. Kadirov, ha publicado un video en el que se burlaba de las fuerzas ucranianas. Las imágenes se habrían grabado en el aeropuerto de Hostomel, el aeropuerto cercano a Kiev que ha vuelto a ser bombardeado. Kadirov dice estar preparándose para entrar en la capital. El viernes, el presidente ruso aprobó la llegada de 16.000 voluntarios procedentes de Siria. Putin ha sido firme aliado del presidente Asad en la guerra de Siria.
En los alrededores de la capital, en Irpin, el periodista estadounidense Brent Renaud murió tiroteado. En esta zona ha quedado prohibido el acceso de los medios de comunicación.
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