Sostiene Josep Borrell que no está en Qatar para firmar nada. “No he venido a negociar contratos de gas. De eso se encarga el comisario de Energía”, responde el Alto representante de la Unión para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad. La dependencia energética con Rusia, el talón de Aquiles de la UE, es, sin embargo, uno de los asuntos que concentran su apretado periplo por Oriente Próximo. Una consecuencia más de este largo mes de guerra en Ucrania.
“Ucrania está detrás de todo lo que estamos hablando con todos aquí”, admite Borrell en una entrevista con varios medios de comunicación internacionales, entre ellos El Independiente, con motivo de su participación en el Doha Forum, un evento que reúne a líderes y expertos de todo el mundo este fin de semana en Qatar. “Queremos desarrollar una asociación más sólida con los países del Golfo, no solo porque necesitemos diversificar nuestras fuentes de energía”, indica el español. “Es cierta la fuerte dependencia al gas en muchos países de la UE, no en todos, porque no existe casi suministro de gas ruso a España o Portugal. Es un impacto asimétrico”, agrega.
“Existen dos formas de suministrar más gas: tomar el asignado a otro cliente o producir más. Producir más lleva tiempo. Qatar tiene mucho gas y aumentará su producción, pero no es inmediato. Mientras tanto, la única forma de conseguir más suministro para Europa es desviar algunas de las asignaciones de otros clientes, pero hay que acordar con los terceros países que las recibirán”, comenta.
Negociaciones en Viena
Borrell tiene otro frente abierto: Viena. Se halla pendiente de otro hito que puede aliviar el futuro energético inmediato de Europa: la reactivación del acuerdo nuclear de 2015 que Irán y las potencias mundiales llevan 11 meses negociando. “Es cuestión de días llegar a un acuerdo”, avanza Borrell, optimista con el curso de las conversaciones. “Queremos llegar a un acuerdo, no porque queramos tener más petróleo en el mercado, sino para volver a un acuerdo que estaba funcionando bien hasta que los estadounidenses decidieron retirarse unilateralmente sin ninguna razón. El propósito es, además, tener la garantía de que Irán no será una potencia nuclear”, arguye sin obviar el beneficio más tangible de resucitar el pacto.
“Las negociaciones no pueden prolongarse porque hay cierta fatiga y la comunidad internacional señala que si los iraníes continúan con su programa nuclear llegará cierto momento en el que el acuerdo no tendrá sentido porque lo que queremos es prevenir los progresos del programa. Hay aún un par de preguntas pendientes. No podemos esperar muchos más días”, indica, evitando entrar en detalles. “No quiero revelar información que pueda comprometer el resultado de las negociaciones. Los metros más difíciles son siempre los últimos”.
“Habrá una consecuencia del acuerdo. Los iraníes lo firman para poder exportar el petróleo. Y si vuelven a cumplir plenamente con la parte nuclear, tendrán capacidad de suministrar petróleo. ¿Cuánto? No lo sé. Algunos dicen que 1,5 millones de barriles por día. Bueno, si esto sucede, bien”, insiste el jefe de la diplomacia europea. “Estamos muy cerca, pero todavía hay algunas cuestiones pendientes”, insiste a propósito de las reservas exhibidas en la última semana por la delegación rusa. “Cuanto más tiempo pase, el acuerdo será más difícil porque las opiniones públicas se están movilizando”.
En cualquier caso, no será -advierte- la única fuente energética adicional que logre una UE obligada, a la fuerza, a diversificarse. "Biden ayer nos prometió una gran cantidad de gas de EEUU. Hay gas en Latinoamérica, en África… El Golfo es un gran proveedor pero no es el único". "Nuestra unidad [en la UE] nos permite buscar contratos colectivos. Son cosas que no se pueden hacer de la noche a la mañana, pero se pueden hacer. Y lo vamos a hacer. Seremos libres de la dependencia del gas y el petróleo de Rusia en un corto periodo de tiempo".
Los precios de los alimentos aumentarán la presión sobre la inflación y afectarán a la estabilidad política y social en el norte de África
Otros seísmos de la guerra en Ucrania
Un optimismo con Teherán que Borrell alterna con el cuidado de las petromonarquías. Tras su paso por Qatar, tiene previsto hacer escala en Kuwait. “La Comisión Europea está trabajando para reducir la dependencia energética rusa rápidamente. Hay dos formas de hacerlo: una es consumir menos y la otra es tener otros proveedores. Haremos ambas. Estamos buscando otros proveedores. Y aquí en el Golfo existe un número bastante importante de personas que podrían suministrar petróleo y sobre todo gas, especialmente aquí en Qatar”, explica Borrell.
El Alto Representante reconoce estar preocupado por otro efecto colateral del conflicto ucraniano: la crisis alimentaria en el norte de África y su efecto en la frágil estabilidad política de sus estados. “Los países africanos con mayor población reciben el trigo en una proporción muy alta, del 60, 80, o 100 por cien de Rusia y Ucrania. Rusia es el mayor exportador de fertilizantes, lo que significa que la próxima cosecha también se verá afectada por un aumento importante en el precio de los insumos”, detalla. “Sabemos que nos vamos a enfrentar a eso y la Comisión ha decidido retirar cualquier límite a la producción agrícola para incrementar los suministros y estar preparados para exportar”.
Los aviones que bombardean Mariúpol son los mismos que en Alepo. Es un hecho
Borrell pronostica que “los precios de los alimentos aumentarán la presión sobre la inflación y afectarán a la estabilidad política y social”. A propósito de la guerra en Ucrania, el socialista suena directo: “Rusia es incapaz de ganar en el campo de batalla y lo que está haciendo es bombardear a civiles para quebrar la moral de la población. La comparación entre Alepo, en Siria, y Mariúpol, en Ucrania, es acertada. Siento el mismo dolor por la gente de Alepo como por la de Mariúpol”, declara. Y añade: “Los cañones y los cohetes de los aviones que bombardean Mariúpol son los mismos que bombardearon Alepo. Es un hecho”. Un símil al que acompaña otro, en clave regional: "Es ridículo pensar que Ucrania sea capaz de amenazar a Rusia. Tan ridículo como era pensar que Kuwait amenazaba a Irak".
"Si dejamos a Putin imponer su orden en Ucrania, ¿Quién será el siguiente y dónde? No piensen en otra guerra en Europa. Nosotros los europeos rechazamos la guerra como solución a los conflictos. Estoy a favor del diálogo para resolver conflictos", murmura.
Con cierto enojo el jefe de la diplomacia comunitaria ha negado que la actual tragedia ucraniana olvide las consecuencias de otros conflictos de la última década. “La UE es el mayor donante del pueblo sirio. Y seguimos trabajando en una solución política sostenible. El hecho de que cuidemos a los refugiados ucranianos no significa que nos olvidemos de lo que está sucediendo en Siria”, replica.
Tampoco considera que Bruselas esté proporcionando una respuesta distinta a la que ofreció hace un lustro con la llegada del éxodo sirio. “Después de lo que sucedió entonces, con ese gran flujo de personas escapando de Siria, también de una guerra y pidiendo asilo, creamos un instrumento legal que podía ser activado en caso de otra situación como ésta y eso es lo que hemos hecho ahora. Las nuevas reglas se crearon tras la experiencia siria”.
Los europeos estamos más unidos que nunca antes. Jamás habíamos hecho tantas cosas en un período tan corto de tiempo
Recalca, sin embargo, los lazos con Kiev. “Tenemos con Ucrania el acuerdo de asociación más fuerte y profundo y, desde la guerra en Crimea, hemos proporciona una gran cantidad de apoyo a un país con el que hacemos frontera”, indica. Borrell promete seguir librando la batalla contra la desinformación rusa, también en los foros internacionales con países que mantienen ciertos recelos hacia la estrategia de Occidente.
No podemos crear una división global que deje en un lado a Rusia y China
“Tenemos que seguir explicando lo que está sucediendo porque la desinformación rusa es extremadamente poderosa. La diseminan constantemente, junto a las supuestas raíces de la guerra como la desnazificación; el supuesto poder nazi en Kiev; y el genocidio del pueblo ruso en el Donbás. Tenemos que luchar contra esto”.
A Borrell le inquietan, dice, las fracturas que muestra el planeta. "El mundo podría no ser un lugar para vivir en los próximos años si no hay un reequilibrio global entre sur y norte", alerta. "No podemos crear una división global que deje en un lado a Rusia y China". El español muestra cierta esperanza, al menos más que la que sus declaraciones públicas rezumaban hace tan solo unas semanas. “Los europeos estamos más unidos que nunca antes. Jamás habíamos hecho tantas cosas en un período tan corto de tiempo. Estoy convencido de que Europa mantendrán su sólida unidad”, concluye.
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